martes, 22 de agosto de 2023

Para que todo se inicie

 


El murmullo de la fuente en el jardín. Abro las ventanas de madera de la casa, las puertas de los balcones y dejo que las cortinas de verano se agiten con la corriente. Lo hago cuando aún queda algo de luz, recién puesto el sol. Por este lado, el valle se abre al poniente; al otro lado del largo pasillo, la casa se abre a la sierra. Del jardín viene el rumor de la fuente. Más allá de las tapias, la rastrojera y las chicharras. Cuando el cielo se llena de estrellas, el desasosiego. La barandilla de la terraza aún está caliente.

Recuerdo ahora tu cuerpo sobre un lecho de flores azules. En tu vientre, una rosa blanca.

Se ha hecho de noche sobre el valle y del jardín viene un rumor de jazmín abierto, como una promesa.

Debería bajar a mojar mis dedos en el vaso de la fuente.

5 comentarios:

Sor Austringiliana dijo...

La fuente no calla: agua, agua, aire, aire, glu, glu , recuerda. Un lugar ameno con estrellas, disfruta del día.

Joaquín Galán dijo...

Recuerdos a borbotones desde la paz interior que nos inspìra la noche y el paisaje. Bella reseña. Saludos.

Fackel dijo...

Preserva siempre el recuerdo, a veces hay que echar mano de su motivación para sortear los días de vaciedad íntima. Excelente prosa poética.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Muy poético lo suyo... te dejo un abrazo

Ele Bergón dijo...

El caluroso día del verano, tiene su encanto en la hora de su atardecer, desencadenando en nosotros, una serie de emociones,a veces, contrapuestas.

Nostalgia de los instantes que fueron y pasaron volátiles como los pétalos de la rosa blanca.

El tiempo es implacable, sigue su ritmo sin esperarnos.

No siempre el deseo nos lleva a la acción.

Besos