Algunas biografías tienen condición de raíl. Existen para que viajen otras.
Los adioses de los trenes de alta velocidad son palabras con el pie quebrado.
Tiraba besos como un lanzador de cuchillos inexperto. Sembraba las calles de heridos.
A veces me encuentro.
Los días con z son los más felices.
En el juego de las idas y las vueltas de la vida ocurre como en aquella costumbre de enfriar el café con leche pasándolo de un vaso a otro. Siempre se derrama parte del contenido.
Deberían fabricar gafas para vernos años después.
Toda tradición es pasado.
15 comentarios:
Mi último viaje en tren, ni me acuerdo, eso si, fueron 24 hora camino de Barcelona, más que tirar besos hubo lloros, era tan joven que el mundo era mio, eso creia.
Y el que más y el que menos andará buscando esos días con z.
No hay día que no tenga un seguro de gloria que merezca ser recordado. Lunez, martez, miércolez, juevez, viernez, zábado o domingoz.
Tenemos que andar con cuidado y evitar andenes por donde pasan los trenes a gran velocidad y ponernos a resguardo de los cuchillos.
Saludos
Francesc Cornadó
Somos raíles de otros raíles de otros raíles...Vivimos y ayudamos a vivir.
Los adioses en los AVE son manriqueños.
Algunos sobreviven, pero son tan generosos que dan vida a otros y evitan adioses desde la distancia.
Gostei de todos , mas especialmente do antepenúltimo pensamento.
Querido amigo, abrazos
Un AVE me espera el viernes y no sé si tendrá limpias las alas tras tanto polvo y tanta lluvia.
Y las más de las veces, por esos caminos, nos perdemos...
Besos, Pedro.
Hay cuchillos como besos. Espadas como labios.
Casi cada día, me encuentro con la cruda realidad.
Un abrazo
Hay tradiciones que siguen siendo actuales. Si, al menos, fuesen buenas...
Toda tradición es pasado, pero no todo pasado es tradición.
Saludos,
J.
Hay unas biografías, más rectilíneas que otras, al menos eso nos parecen a los y las que leemos.
La velocidad se impone a los adioses.
La mayoría de las veces,los besos son demasiado rápidos, pero creo que casi siempre suelen gustar.
Disfruta de ese momento contigo mismo.
Ese es mi mes y me gusta especialmente.
En el ir y volver, como en el empezar y terminar, se nos pasa la vida que se empeña en no parar de enfriar el café con la leche.
¿Saber antes lo que pasará después? Tengo mis dudas que eso nos beneficie.
Por eso es tradición, porque viene ya desde antiguo, pero con frecuencia, la seguimos y no siempre con acierto.
Besos
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