miércoles, 19 de octubre de 2022

Canto a Teresa de José de Espronceda ilustrado por Antonio de Hoyos (editorial Deméter)

 


Este jueves 20 de octubre estamos de enhorabuena en el programa Valladolid Letraherido. Presentamos el lanzamiento de la editorial Deméter, afincada en Valladolid, un proyecto de Montserrat Ruiz que merece todos los elogios. Su finalidad inicial es la publicación de textos breves de literatura gótica ilustrados por artistas actuales en volúmenes de calidad exquisita, pero asequibles a la mayoría de los bolsillos. Por literatura gótica hemos de entender aquella que se extendió desde finales del XVIII hasta principios del XX y que tenía como temática central el terror y la muerte, que se cruzaba frecuentemente con el amor, textos que no han perdido su vigor para el lector actual, como demuestra la permanencia de algunos de ellos en sus revisiones cinematográficas y en ediciones populares. Son textos que no dejan indiferente al lector, que lo conmocionan y le hacen visitar las emociones más intensas. Los ilustradores no se limitarán a acompañar el texto, sino que buscan dialogar con él, lo que aporta una lectura poderosamente actual. Hay un amplio público que gusta de este tipo de libros ilustrados (de la forma en la que debemos entenderlo hoy: ilustraciones que ocupan páginas enteras, que envuelven los textos y que predisponen a una adecuada lectura y que no se limitan a ser viñetas ilustrativas), al que este proyecto sumará los lectores de este tipo de textos. Estos libros están pensados para el lector adulto, pero a mí me gustaría que se incorporan también los adolescentes y los jóvenes, consumidores de una literatura neogótica de escasa calidad producida con una única finalidad comercial y que se limitan a copiar los parámetros establecidos en la época romántica, en los que se proponía toda una contestación a los valores sociales establecidos. En el listado de la colección habrá autores conocidos y algunos que supondrán una grata sorpresa, especialmente algunas escritoras que son ignoradas en los manuales de literatura canónicos.

Arranca la colección con el Canto a Teresa de José de Espronceda (1840), cuyo texto he revisado minuciosamente para esta edición en los aspectos ortográficos para ajustarlo al presente. Espronceda (Almendralejo, 1808-Madrid, 1842) incluyó este texto como el segundo canto de El diablo mundo, un magno proyecto inacabado publicado entre 1840 y 1841. Todavía hoy la crítica debate sobre este proyecto, su significado y su calidad poética, sin darse cuenta de que el valor del mismo está -además de en algunos momentos absolutamente brillantes en versos que se han fijado en la memoria colectiva- en la diversidad de su tono, que camina desde el prosaísmo hasta el mayor de los lirismos, desde lo retórico a la sencillez, desde lo filosófico a la banalidad; en la mezcla de todos los elementos en un conjunto jamás experimentado en la poesía española y que tomaba como modelos a Goethe, Byron y Voltaire.

La Teresa del título es Teresa Mancha, con la que Espronceda protagonizó una apasionada historia de amor que supuso uno de los grandes escándalos de la época. Se conocieron muy jóvenes en 1827 bien en Lisboa bien en Londres, en uno de varios los exilios a los que se vieron condenados los liberales españoles bajo el ignominioso reinado de Fernando VII. Pronto surgió el amor, pero Teresa cedió a las presiones familiares y se casó en 1829 con el comerciante Gregorio de Bayo para salvar a su familia de la penosa situación económica en la que se encontraba, según parece. El matrimonio tuvo dos hijos y se trasladó a París. Allí apareció Espronceda en concierto con ella y los dos amantes se fugaron juntos. En 1833 regresaron a España aprovechando el decreto de amnistía y guardaron las convenciones sociales viviendo en casas separadas, aunque su relación era conocida por toda la sociedad. El 11 de mayo de 1834 nacería Blanca, hija de ambos, que terminó casándose con el escritor Patricio de la Escosura. Sin embargo, la inestabilidad de Espronceda, las presiones de la moral dominante, la continúa participación de Espronceda en la conflictiva vida política española del momento y -no debe esconderse- las relaciones del escritor con otras mujeres, provocaron que Teresa lo abandonara definitivamente en 1836 afrontando una vida con muchas carencias hasta su fallecimiento en 1839. El anecdotario cuenta que Espronceda contempló el cadáver de su amada a través del ventanuco de la humilde casa en la que ella pasó sus últimos tiempos. Sobre la vida de Teresa Mancha siempre es recomendable la lectura de Teresa, la biografía que escribiera sobre su vida Rosa Chacel por encargo de José Ortega y Gasset, publicada en 1941.

Espronceda incluyó el Canto a Teresa en El diablo mundo, advirtiendo al lector que podía saltarlo porque no tenía nada que ver con el resto del conjunto. Es una ironía más de las muchas que contiene este proyecto inacabado, porque el Canto a Teresa tiene una fuerte unidad en el yo poético -que juega siempre a confundir la figura del autor con la del narrador-, en el enfrentamiento absoluto contra un mundo lleno de corrupción y vicio, sin respeto a nada, y en el uso de la ironía. El texto juega con todo eso y con un fuerte desgarro. La apasionada relación con Teresa sangra todavía, pero también hay rencor, una mezcla tremendamente humana en la que el dolor se suma a la acusación a Teresa de haber pecado contra el amor. El mundo está lleno de corrupción para Espronceda, solo en la pureza del amor está la verdad que puede salvar, pero el amor también se corrompe cuando se niega. Espronceda, como todos los buenos románticos, propugnaba el absoluto de los valores.

Por todo lo dicho hay que admirar más las ilustraciones de Antonio del Hoyo. Aparte de su calidad, sugiere de una forma muy atractiva un mundo lleno de goticismo romántico que se comprende muy bien desde la reactualización del género desde hace unos años, pero hace algo más de manera muy inteligente, sutil y acertada: sus dibujos dan voz a quien no la tiene en el texto de Espronceda, dan voz a Teresa y cuentan la historia desde su perspectiva, desde su fortaleza como mujer que rompe con todos los convencionalismos sociales por amor en un tiempo en el que no era nada frecuente, que afronta todo y que acepta la vida que le depara su decisión. En este juego entre texto e imagen, podremos observar el desgarro del poeta lleno de amor y rencor y la fortaleza de una mujer a la que su decisión de amar le lleva al extremo final.

La presentación de este título no podría tener mejor lugar. Se realizará en la Casa Museo Zorrilla, la casa natal de uno de los grandes poetas del romanticismo español, admirador de Espronceda.

Se emitirá en directo a través de la página de Facebook de la Casa de Zorrilla.

2 comentarios:

Sor Austringiliana dijo...

Cristalino río o estanque de aguas corrompidas, Teresa y su amante poeta bien merecen una edición cuidadosa e ilustrada. Romántico, romántico...

Fackel dijo...

Vaya, uno de mis libros y autores de mi juventud tierna. Qué olvidado -tal vez por haber quedado encerrado en aquel marco colegial- Espronceda, qué olvidado Bécquer (y su hermano), etc. Pero quien quiere sabe buscarlos y hallarlos. Leer a esta gente ya tan adultos nos proporciona una visión muy diferente a la primera. En este sentido se agradece una edición del Canto a Teresa y más si lo ilustra Antonio del Hoyo que, por lo que he visto en internet, tiene muy buenas ilustraciones en otros trabajos. A ver si puedo luego acceder a la retransmisión.