sábado, 24 de septiembre de 2022

Parábola de la paja prensada

 

El prensado de la paja se ha mecanizado hasta el punto de que se ha conseguido una paca densa, con escaso porcentaje de oxígeno dentro. Poco a poco, la paja prensada va hacia el color marrón. El resultado consigue que, en caso de incendio, la combustión sea muy lenta y de ahí la extensión del uso de la paca en la construcción que se dice ecológica y sostenible. La maquinaria nueva recoge con tanta eficacia los tallos del campo que no queda prácticamente nada para que se pastoreen los rebaños o se refugien los animales silvestres. Estos quedan desnudos ante la mirada del cazador o las rapaces, sin el amparo de la rastrojera; aquellos desaparecen de nuestros campos y se estabulan para acabar alimentados por la paja que hubieran comido en la tierra. Se arrancan las hierbas, los arbustos y los árboles de las lindes de las tierras y no encuentran amparo las perdices que crían libres, ni rama para cantar los gorriones. Cuando abre la ventana, el antiguo habitante de la ciudad al que le ha nacido de pronto un alma bucólica y se ha construido una casa sostenible con muros de paja, se extraña de que ya no canten los pájaros como oía que ocurría antiguamente. Su preocupación, ahora, es que no llega la señal de internet, que las campanas de la iglesia barroca le despiertan las mañanas de los domingos y que los vecinos no clausuran el corral con gallinas de la pared frontera. Por suerte, es fin de semana y podrá ir a la ciudad con su automóvil para pasar la tarde en el centro comercial más grande de la región y comprar muebles fabricados en Asia y diseñados en Suecia.

7 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

¡¡Que cosas dices!! ¿preocuparnos por la paja?, "éramos pocos y parió la abuela", ahora de lo que hay que hablar en la ciudad y en los grandes medios, es de Putin, Rusia y Ucrania, lo demás no existe.

La seña Carmen dijo...

En realidad, según me explicaron una vez, el recoger la paja y empacarla depende del año y del precio. Es el mercado, como en todo.

Lo de las lindes es otra cuestión mucho más peliaguda. Queremos el campo liso como una tabla, no sabemos si para jugar al golf en él, o algo por el estilo.

Fackel dijo...

Los descubridores modernos del campo que no viven del campo.

Sor Austringiliana dijo...

No imaginaba que las pacas tan bien hechitas pudieran robar tanta vida.
Muchos de esos nuevos pobladores abandonarán, no sólo por las campanas y el cacareo de las gallinas. El transporte, el médico, el teléfono con la wifi, el cajero automático, la compra que si eres sordo ni la barra de pan., etc, etc. El pueblo es muy bonito de vez en cuando.

Doctor Krapp dijo...

Debe ser que impactó mucho aquello de los tres cerditos y la volatilidad de la paja ante las sopladuras del lobo.
No había pensado en el asunto de la paja y la fauna. Lo que sí sabemos los que tenemos huerta, es la eficacia de la misma para que no te crezcan las malas hierbas cuando no es tu intención.

José A. García dijo...

Todos ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio, como quien dicen.

Nos damos cuenta de los problemas que hemos generado cuando ya no tienen posibilidad de solución.

Saludos,
J.

Luis Antonio dijo...

Gracias por la lección. Confieso ser un auténtico lego en lo que respecta al conocimiento de estos temas...