viernes, 23 de septiembre de 2022

Meditaciones ante un café

 


Me quedé mirando el café de media mañana como si el resto del día no existiera. De hecho, no existía. Desde esa hora ha pasado el tiempo como cuando cae la lluvia y no te importa.

Llamo a mi segundo café del día el café de despertar, como si fuera un acontecimiento, se abrieran los cielos y apareciera de pronto una poderosa mano que barriera todo lo ocurrido, dejando la mañana lista para escribir encima. Después, despierto.

Café natural, solo y sin azúcar, naturalmente. ¿O era la vida?

Hay cafés que recuerdo, como el de aquella mañana fría en la que todo estaba en silencio. El único sonido surgía del humo que salía de la taza.

Las cafeteras italianas gorjean mejor que los mirlos.

Apurar la taza de café busca redimir el pasado.

6 comentarios:

Tatiana Aguilera dijo...

Algo tiene el café que va más allá de su exquisito aroma y sabor, algo que no sabría con certeza definir, pero que se acerca a la palabra filosofía. Definitivamente una taza de café nos ayuda a redimir penas y congojas del pasado y, también las del presente.

Abrazos Pedro

Fackel dijo...

Ah, la estética bella de la cafetera italiana. Estos días me debato en una crisis por haber estrenado una cafetera con diseño diferente, que está bien y es práctica, pero no es la italiana. Es como abandonar un amor por otro, pero aún es pronto para saber cuál de ambos consolará más.

Emilio Manuel dijo...

Lo mío va de cortado y un poco de azúcar, ya sabes, una variante de las múltiples que hay para servir el café en España.

Saludos

La seña Carmen dijo...

Define "natural" aplicado a ese café. Supongo que el natural natural lo tomarás en casa, porque en el bar, el que te ponen.

Abejita de la Vega dijo...

Lo más exagerado que oí nunca sobre el café era lo de una compañera que aseguraba: "yo sin café no soy persona". Es hiperbólico pero a los adictos al café no nos lo parece tanto. Me parece oír ese gorjeo musical, aunque hace tiempo que lo traicioné por la de las cápsulas, tan cómoda.

Qué tendrá el café.

Ele Bergón dijo...

No soy de café porq ue le sienta mal a mi estómago, así que me suelo tomas una infusión o un triste vaso de leche. El chocolate también es sustitutivo del café que tanto os inspira.
Besos