lunes, 26 de septiembre de 2022

Cinia

 


Es extraño ver una cinia en flor por estas tierras, sobre todo fuera de algunos jardines. Esta se encuentra junto a la acequia, desbordando la valla de acero que impide el paso en un tramo del curso del agua. Leo que la zinnia es originaria de América, especialmente de México. Dicen que fue la primera planta que floreció en la Estación Espacial Internacional, pero no la primera que floreció en el espacio. Según parece, esto le corresponde a la arabidopsis, una hierba que la Administración Espacial Nacional de China afirma haber conseguido cultivar en la Luna, adelantándose a la NASA norteamericana, que ha doblado la apuesta y quiere llevarla a Marte. Algo debe tener la arabidopsis, aparte de un enredoso nombre, puesto que fue la primera planta de la que se secuenció el genoma completo. Claro, esto a la cinia de la acequia no le importa demasiado. En su esplendor violeta, se limita a ofrecerse a las abejas y otros insectos. Estas abejas castellanas deben asombrarse ante la exuberante belleza de la flor, desusada por estas tierras. La contemplan unas margaritas y la alfalfa en flor, tan hermosas también, pero tan vistas que junto a ella pasan desapercibidas. A veces la belleza es eso, la extrañeza de lo no visto. He quedado deslumbrado durante un tiempo, injusto con lo que se ofrece cotidiano y en abundancia. Es como el amor de lo diario, que ya no vemos, que dejamos de ver como si lo diéramos por hecho y exigimos más hasta quebrar el hilo de los sentimientos trenzados. Por no verlos de tan ofrecidos cada día. Sin embargo, la arabeta quizá viaja ya hacia Marte.

Desde hace unos días, al atardecer, ladran los perros. Quizá adviertan que viene el lobo. Perros lejanos. Quizá solo uno, amplificado por el eco. Atentos, los colmillos ya están entre nosotros. Amanece, sin embargo, como amanecerá después del fin del mundo. Al despertarme, la esperanza de la salida del sol. Mañana pensaré en la belleza de la cinia junto a la acequia, en la humilde hermosura de la arabeta. Ya hace frío a esas horas.




4 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

¿Hay poesía en llevar una flor al espacio? lo veo más como un estudio científico.

Sor Austringiliana dijo...

El amor de lo diario es el gran amor y va más lejos, como la arabidopsis. La cinia se queda en su belleza ornamental, guapa guapa.
Los lobos rondan cerca, nunca lo hubiéramos pensado. El fin del mundo, tampoc...

Ele Bergón dijo...

Esta flor creo que la he visto más en primavera y verano . Siempre me pareció muy bella en sus colores.
Interseante lo que cuentas del espacio,. Aquí en la Tierra estamos a nuestras cosas pero hay personas que se ocupan de de ese infinito desconocido y también piensan en las flores.

Besos

Neogeminis Mónica Frau dijo...

"A veces la belleza es eso, la extrañeza de lo no visto." Muy sugestivo pensamiento surgido de esa bella flor hallada en la acequia! Que tengas un buen fin de semana. Un abrazo