jueves, 25 de noviembre de 2021

La dramaturgia de Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín de Federico García Lorca.

 


La dramaturgia de Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín guarda en su núcleo el parentesco con su punto de partida en un teatro guiñolesco, aparentemente inocente, como hemos dicho en las anteriores entradas dedicadas a esta lectura. Es sustancial que sea así para que la propuesta final resulte mucho más radical e impactante. La estrategia de Federico García Lorca en esta obra resulta impecable. Rescatando los efectos de la farsa guiñolesca consigue extremar la sorpresa del lector-espectador. De hecho, una lectura rápida de un lector no atento puede llevar a la perplejidad. Con esta obra, Lorca profundiza en la vanguardia: entra en el espectador provocando desde la primera escena que baje la guardia. Tanto el decorado (Paredes verdes, con las sillas y muebles pintados de negro) como el vestuario (PERLIMPLÍN, casaca verde y peluca blanca, llena de bucles; MARCOLFA, criada, el clásico traje de rayas) construyen el espacio del diálogo que se remonta al juego infantil:

PERLIMPLÍN.-  ¿Sí?

MARCOLFA.-  Sí.

PERLIMPLÍN.-  Pero ¿por qué sí?

MARCOLFA.-  Pues porque sí.

PERLIMPLÍN.-  ¿Y si yo te dijera que no?

MARCOLFA.-   (Agria.) ¿Que no?

PERLIMPLÍN.-  No.

Se introduce la escena con una sonata: es evidente el ritmo musical de toda la pieza. Amor de Don Perlimplín usa continuamente ese efecto y por ese motivo, Federico García Lorca insiste en las acotaciones que construyen el tiempo de la fábula, incluso en aquellas que refuerzan la comicidad más elemental, objetivando lo que sucede (Aparece DON PERLIMPLÍN en la cama, con unos grandes cuernos dorados. BELISA a su lado), forzándolo para que entre en lo poético: (Los cinco balcones del foro están abiertos de par en par; por ellos entra la luz blanca de la madrugada). Incluso en el momento dramático final todo se juega entre la fábula infantil y el sueño poético. 

La obra contiene todos los elementos subversivos para la sociedad de su época: un casamiento forzoso que acaba en amor trágico, un sacrificio por amor contra el concepto de la honra tradicional, la explicitación de la infidelidad de la joven Belisa y la ausencia de culpa. Sin embargo, lo que trasforma la obra y la hace un clásico del teatro es, precisamente, la forma en la que ha tejido el conflicto con la recepción del espectador, cuya expectativa inicial ante lo que parece una fábula inocente, estalla por completo con el desarrollo de la pieza.

Ante la falta de riesgo en el teatro convencional de su época, Federico García Lorca recurre al teatrito infantil para conseguir un teatro nuevo que todavía hoy es indispensable. Toda una lección de teatro del gran dramaturgo que fue Lorca.

Noticias de nuestras lecturas


AVISO: La reunión del formato presencial del Club de lectura, mantenido por Alumni UBU, tendrá lugar el próximo martes 30 de noviembre. Ruego a los miembros que estén atentos al correo, puesto que se cambia el lugar de celebración de la reunión.

Anuncio de la próxima lectura



En el mes de diciembre leeremos Mil amaneceres, el monólogo de José Luis Alonso de Santos, última obra publicada por este autor, con la que anuncia que deja la escritura dramática. José Luis Alonso de Santos es uno de los grandes dramaturgos de la historia del teatro español. Con esta obra retorna a sus inicios con un texto cargado con toda su sabiduría teatral y de hondo pensamiento sobre la piedad, la amistad y la búsqueda del lugar en el mundo. La obra ha sido editada por el Ayuntamiento de Valladolid en 2019 y obtuvo el Premio de la Crítica de Castilla y León.

Recojo en estas noticias las entradas que hayan publicado los blogs amigos (si me he olvidado de alguien, agradezco que se me avise). Entrada del Club de lectura cada jueves (salvo casos excepcionales), en este blog.

Para conocer la forma de seguir las lecturas de este club y sus características y la lista del presente curso, pinchar sobre este enlace.

ADVERTENCIA: Las entradas de La Acequia tienen licencia Creative Commons 4.0 y están registradas como propiedad intelectual de Pedro Ojeda Escudero. Pueden ser usadas y reproducidas sin alterar, sin copias derivadas, citando la referencia y sin ánimo de lucro.



4 comentarios:

Sor Austringiliana dijo...

Una vez superada la perplejidad entramos en la sonatina y en la poesía. Del cuento de la lechera a la escena del balcón de Romeo y Julieta y el amor huido. Un sol que nada como un pez entre los muslos de Belisa, qué es esto, cielos, la vanguardia más humana al parecer. Don Perlimplín ya no es un patito asustado, conoce el amor, ama, lo de los cuernos no importa, ahora está contento, amanece, también para el autor como autor. Al final, con el sacrificio de don Perlimplín, la cornuda va a ser Belisa, ahora con alma. Estalla la tragedia, nos quedamos sobrecogidos, ante la capa roja más roja. Una enorme lección de teatro, García Lorca nunca es fácil.
Leemos y escribimos. Poco a poco...
Volveré a Mil amaneceres de Alonso de Santos, con teatro empapado de nuestros mejores clásicos y un personaje que lo dice todo, lo hace todo y resiste a todo. Una lección de vida en este tiempo de galeotes. Animo a leerlo.

São dijo...

Esta peça de Lorca , nunca vi, mas vi "Bodas de Sangue" e "A Casa de Bernarda Alba", por exemplo.

E gosto da poesia dele.


Querido amigo, bom fim de semana.


Besos.

pancho dijo...


García Lorca es el dramaturgo y poeta más universal y por lo tanto más conocido de la literatura española. El Amor de Don Pelimplín es el patito feo de su dramaturgia, por eso el siempre insistía en representarlo, aunque fuera junto o como complemento de las otras obras mayores y más exitosas.
Ese deseo de vivir una vida plena aunque sea a costa de la propia es demasiado para entenderas normales. Lo que nadie puede negar es la sorpresa, la frescura y actualidad de su propuesta dramática casi cien años después de su escritura. Por eso Lorca es un clásico y durará para siempre junto a los más grandes.
Abrazos.

Ele Bergón dijo...

Gracias por el libro de "Mil Amaneceres" y que Mª Ángeles ya me lo mandó y lo he leído casi de una sentada. Es una maravilla este "monólogo" de Luis Alonso de Santos. He leído por Internet que solo lo han representado una vez en Lerma y por supuesto con un solo actor. Mientras lo leía pensaba lo difícil que debía ser llevarlo a escena, pero... parece ser que así ha sido.

Ya lo comentaré en este mes que empezamos.

Besos