Hoy contemplo Béjar desde el Ventorro Pelayo. Abajo, las antiguas fábricas textiles siguiendo el curso del Cuerpo de Hombre, tan impulsivamente joven aún que bate contra las rocas. Conoce que el tiempo está de su parte. Arriba, la sierra blanqueada por las últimas nieves. Las heladas de estos días asegurarán que la nieve llegue hasta la primavera. Se hará entonces manantial fresco y torrentera alegre. En el medio, la ciudad alargada pegándose al relieve curvo de la peña sobre la que se asienta. Desde aquí, si cierro los ojos, camino desde el antiguo puente del Riofrío hasta la puerta del Pico, subo y bajo la calle Mayor desde la Corredera y contemplo las fachadas, tan familiares. Lo he hecho a pie hace un momento, pero es aquí desde donde lo imaginado se retiene mejor en la memoria. Se despeña todo hacia el río y seguirá su curso hasta el Alagón, que es un río sin tiempo, propio de los mitos.
He tenido en mi vida una extraña mezcla entre ser social y eremita. Predomina ahora el ejercicio del refugio interior. La casa es lo que se puede llevar encima. Me despido de paisajes, de vidas, del sonoro aleteo primaveral de los vencejos, que regresarán cuando todo pase y yo no esté. Se atraviesa entonces un páramo deshabitado, azotado por el viento. Hay que abrigarse, llega el invierno.
7 comentarios:
Llega el invierno y, si nos descuidamos, llega ómicron también...
Saludos,
J.
Llega , es inevitable ,pero es bueno llenar las pupilas con esas imágenes .
No he tenido el gusto de vivir un invierno en Bejar ,sino varias primeras y veranos, tengo muy buenos tecuerdos...
Un abrazo
...primaveras
Disfruta del refugio interior. Béjar ya me es familiar y nunca estuve allí. Feliz fin de domingo.
Sí, es tiempo de refugiarse en nuestro habitáculo interior porque aún nos quedan Primaveras... ;)
Besos, Pedro.
Béjar es más grande de lo que yo creía. Resistirá el paso del tiempo pero en el Pirineo hacemos como que no lo vemos, pero muchos pueblos no llegarán habitados a la siguiente generación. En verano, entonces sí hay gente. Ahora son refugio interior, pero tienes que tener cierta vida interior, más bien bastante, porque ves a poca gente y hablas con muy pocos. En fin.
Un abrazo
La foto es espectacular. Ese refugio interno del que hablas,
es necesario para reencontrarnos con nosotros mismos y re-energizarnos. Entiendo esa mezcla de la que hablas, a mi me pasa igual alterno entre lo social y la soledad buscada.
Besos
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