El claro del bosquecillo de álamos negros ha perdido el color, como si lo hubieran regado con polvo gris. Al entrar en él, imagino que algo así debe ser la muerte. En círculo, estos árboles con vocación de cielo agitan sus ramas imaginando el mar. Avanzo hacia el centro del claro. De pronto, el primer escalofrío. Como si este inicio del otoño fuera ya decidido invierno y me despojara.
6 comentarios:
No creo que hombre que mira por el cuidado de la naturaleza se despoje y deje el claro del bosque hecho unos zorros. :-))
El otoño muestra sus grises y un claro de álamos puede volverse un mal llamado "punto limpio". Hayamos. Todavía no toca.
¿Será la imagen, un símbolo de aquello de que somos "culo de mal asiento"?
Aunque me temo que lo que somos de verdad es, un poquitín guarrindongos.
Ojalá la muerte fuera un claro del bosque por lo menos podríamos ver las estrellas y cubrirnos debajo de un árbol.
Por allí llega antes el otoño, aquí se hace esperar, es como una primavera y la primavera como un otoño. La que manda, lo vemos ahora más claro, es la naturaleza.
Un abrazo
La tristeza del otoño te ha invadido, como esa silla discordante en medio de las hojas.
A veces también necesitamos estar tristes.
Besos
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