domingo, 19 de septiembre de 2021

Silene. La hermosa sencillez de un dios menor

 


Hermosa condición la de esta planta humilde. Debe su nombre al dios menor Sileno (Silvano, para los romanos), inventor de la flauta y gran bebedor. Casi todas sus hazañas están relacionadas con la embriaguez. Por sus excesos, se le solía representar con el estómago hinchado y la metáfora visual dio nombre a la silene. Extendida y abundante, puede consumirse como verdura, cruda y en guisos, como en el cuinat ibicenco de Semana Santa. Tiene muchos nombres comunes, algunos asociados con la forma de su flor o de su semillas y otros por similitud con otras plantas. El más generalizado, colleja, no tiene nada que ver con el castigo físico, sino que procede del latín (caulicŭlus, de caulis 'tallo'). Hay que agacharse para verla y sostener sus flores delicadas con suavidad.

Lo más hermoso de esta vida suele ser lo más humilde. Lo más delicado, además, es lo más fuerte. Hay quien camina por la vida asombrándose por las estatuas de bronce y clamando por grandes ideales que solo han provocado dolor y muerte, mientras pisan las flores que crecen a su lado.

6 comentarios:

José A. García dijo...

¿En serio estas flores pueden comerse?

Saludos,
J.

Sor Austringiliana dijo...

Los dioses menores son mayores.
Me has llevado al recuerdo de una persona que conocí hace muchos años, la única a la que oí hablar de collejas comestibles, muy ricas, era de un pueblecito de Cuenca. ¡Santa colleja! decía y yo no entendía nada. Silene, lo apunto.

La seña Carmen dijo...

Recuerdo a mis vecinos, que eran muy de campo, recogiendo collejas cuando llegaba abril, pero no tenían esta pinta, ni me suena la flor.

A estas alturas de mi vida, el suelo me queda cada vez más bajo y la vista da lo que da, como para ir en busca de collejas.

Emilio Manuel dijo...

Menudo cocido de collejas hacia mi suegra, ya no se recogen y en los mercados muy de tarde en tarde se ven empaquetada en plástico.

Saludos

Rita Turza dijo...

Las cosas pequeñas de la vida son casi siempre las más grandes.
Gracias, Pedro por acercarnos estas bellas flores antes del otoño.

Un fuerte abrazo.

Ele Bergón dijo...

Otra planta que también he visto en los campos y que no tenía ni idea de su nombre.

Es curioso lo que comentas de la flauta, pues lo que si recuerdo de mi niñez, cómo cortábamos la flor e intentábamos soplar por la parte de abajo porque tiene un agujerito. Nunca pensé que esas plantas eran las collejas que las oía nombrar pero nunca llegué a saber qué eran.

De las que recuerdo muy bien son otras plantas sin flor, de color verde que tienen una especie de espinas y que crecen a ras de la tierra. Se llaman "lenguas" y sirven para dar de comer a los cerdos. Más de una vez mi madre me apremiaba para ir a buscarlas. Hace unos días, las vi muy creciditas por los campos de Pardilla.

Besos