lunes, 16 de agosto de 2021

Mensaje en una botella

 


La marea dejó sobre la arena de la playa una botella lacrada. La tomó entre sus manos y la alzó a la altura de los ojos. A la vista, no contenía nada dentro, ni siquiera el esperado papel escrito con mano torpe por un náufrago. Se la llevó a casa y la puso sobre la mesa. Durante horas se preguntó las razones por las que una persona arrojara al mar una botella así, sin mensaje. Por la noche, había llegado a obsesionarse.

- Ábrela, tonto.
- ¿Seguro?
- Seguro.

Quitó el lacre. Nada más sacar el corcho, comprendió que alguien se había molestado en conservar dentro de la botella todos los silencios necesarios en el mundo. Demasiado tarde, se habían perdido para siempre.


10 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

De la botella salió el demonio.

Sor Austringiliana dijo...

Y alguien destapó otra botella con las palabras hirientes

Rita Turza dijo...

A veces el silencio es tan necesario como las palabras.
Precioso.

Un fuerte abrazo, Pedro.

Fackel dijo...

Tal vez es que alguien o algo pretendió que los silencios también dijeran (y lo que dijeran lo ceden a la imaginación del receptor de la botella)

Myriam dijo...

Seguro que al abrirla, salió el genio. Claro que no todos pueden verlo...

Besos

Paco Castillo dijo...

Pues habrá que recoger los silencios, sé que en las caracolas también se resguardan, y cuando hablan desde allí suenan a susurro del mar.
Un placer leer tu escrito.
Saludos.

Doctor Krapp dijo...

Hay que encontrar con premura al genio de los silencios que salió de la botella, el ruido se ha hecho insoportable.

José A. García dijo...

Y se necesita tanto el silencio últimamente...

Saludos,
J.

São dijo...

A curiosidade matou o gato...


Beso e bom resto de domingo, amigo mio :)

Campurriana dijo...

Los silencios están poco valorados hoy en día.
Muy poco.
Una verdadera lástima.