jueves, 27 de mayo de 2021

El corazón está al fondo a la izquierda de David Acebes Sampedro

 


Nacer es como salir de la bañera de mamá, dice uno de los textos de El corazón está al fondo a la izquierda de David Acebes Sampedro, editado este mes de mayo por la valenciana Asociación Cultural Babilonia (editorial especializada en poesía visual y experimental) en la colección Los prescindibles coordinada por Paco Pérez Belda, en la que hace el número 10, tras otros de Paco Pérez Belda, Felipe Zapico, Joaquín Gómez, Roberto Net Carlo, Manel Costa, Fernando Costa y Joan Rubio.

A David Acebes Sampedro (Valladolid, 1976) le gusta definirse como poeta experimental. Tras obtener con Trópico azul... en 2004 el Premio del Consejo social de la Juventud de Valladolid, inició una carrera literaria que le llevó por la poesía discursiva (el último de sus libros en este sentido es Una décima parte de mí, 2018), la narrativa breve (sus textos están presentes en varias antologías), el relato infantil y juvenil (Víctor, el centauro y otros cuentos para niños, 2017; El perro que escribía poemas de amor, 2019) o el ensayo (La poesía es cosa de burros, 2018, en el que recoge artículos publicados anteriormente en prensa especializada). Sin duda, donde tiene una mayor proyección es como tal poeta experimental, fronterizo con la poesía visual, pero cómodo en los márgenes de esa modalidad poética que ha practicado tanto individualmente como en los trabajos expositivos del colectivo DARt, junto a Rafael Marín y Atilano Sevillano. También participa en el consejo asesor de la revista de crítica y poesía Crátera y en el de la antología de relatos anual Contamos la Navidad, coordinada con sabia mano por Ignacio García.

La obra visual de David Acebes está llena de reflexión sobre la propia concepción poética, cargada de intertextualidad, en la que no se esconden los referentes, con los que establece una relación de homenaje y superación. Puntilloso y exigente en el resultado final, pide al lector/espectador atención, capacidad para descubrir los detalles en donde radica el impacto visual, ideológico y estético a partir de la sorpresa, practicada con una fina ironía y humor sin recurrir a la estridencia que practican otros en este tipo de poesía. Sus obras permiten una primera impresión rápida, pero ganan siempre con la atenta contemplación y la capacidad de quien las observa para extraer sus propias conclusiones, porque más que imponerse permiten el juego dialéctico.

El corazón está al fondo a la izquierda parte de este título en el que podemos encontrar la referencia a la empatía emocional, pero también un juego irónico con una habitual referencia de localización. Consta de diecinueve textos y sus correspondientes imágenes, en las que se inserta el texto dotándolo de una nueva vida visual, que amplía sus posibilidades puesto que no se tratan de una mera ilustración. Califica los textos, en el subtítulo, de greguerías infantiles, dirigiendo al lector hacia el referente directo de la modalidad creada por Ramón Gómez de la Serna, tan cultivada, imitada y llevada hacia otras con las que hace frontera sin ser ninguna de ellas. Quizá muchos no sepan que Ramón también publicó en la prensa sus greguerías con ilustraciones y que este formato de la greguería visual tiene una larga tradición desde entonces. Como en Ramón, los textos parten de juegos visuales, sonoros, rupturas de sentido, para provocar la sorpresa, el humor y la imaginación. Aunque todos ellos pueden tener esa connotación de infantiles que indica el subtítulo, no debe dejarse engañar el lector porque permiten todo tipo de lecturas devolviéndonos a todos a ese estado de la infancia en la que la vida se encuentra tan abierta, incluido el acceso al conocimiento continuo del mundo y sus circunstancias a partir de la creatividad. De hecho, tras pasear por estas páginas en las que nos vemos atrapados por la imaginación y una cierta ternura, se sale mejor. Aquel que quiera, puede volver a abrir la vida y tener nuevas oportunidades, pero para ello se ha de ser niño y adulto al mismo tiempo, porque siéndolo por separado nunca seremos completos. He aquí dos ejemplos más: El cordón umbilical es el lazo que desatamos cuando abrimos el regalo de la vida; Los niños que no comparten sólo juegan al yoyó.

El corazón está al fondo a la izquierda es un libro de pequeño formato, que cuenta con una tirada de 150 ejemplares numerados.

Ayer miércoles 26 de mayo, mantuvimos un interesante y ameno encuentro de autor con David Acebes Sampedro dentro del programa Valladolid Letraherido, en el que hicimos un recorrido por su obra experimental y se habló de esta novedad editorial. Te invito a ver la grabación aquí.

2 comentarios:

Bertha dijo...

-Imaginación, ternura y creatividad: me quedo con estos tres ingredientes ,de ahí ya puede esperarse lo mejor de estos textos con mucha carga emocional y sobre todo visual .Y nunca mejor dicho que ese cordón nunca debe de separarse,..forma parte de como somos.

Muchas gracias por darnos a conocer este poeta experimental.

Un abrazo

Sor Austringiliana dijo...

Encontraremos el camino al corazón.