jueves, 18 de marzo de 2021

La historia desde los que la padecen

 



Uno de los muchos aciertos de Trafalgar es que está contada en primera persona por un testigo de los acontecimientos que no es un protagonista de la gran historia sino un héroe secundario, en palabras de Georg Lúkacs, que asentó una herramienta metodológica de primer orden para analizar y comprender la novela histórica. Inicialmente, se construye el personaje de Gabriel de Araceli a la manera de la picaresca española, derivada ya en costumbrismo. Gabriel de Araceli nos cuenta su historia cuando ya es un hombre mayor y, desde las primeras líneas nos da cuenta de esa condición de secundario:

Se me permitirá que antes de referir el gran suceso de que fui testigo, diga algunas palabras sobre mi infancia, explicando por qué extraña manera me llevaron los azares de la vida a presenciar la terrible catástrofe de nuestra marina.

Al hablar de mi nacimiento, no imitaré a la mayor parte de los que cuentan hechos de su propia vida, quienes empiezan nombrando su parentela, las más veces noble, siempre hidalga por lo menos, si no se dicen descendientes del mismo Emperador de Trapisonda. Yo, en esta parte, no puedo adornar mi libro con sonoros apellidos; y fuera de mi madre, a quien conocí por poco tiempo, no tengo noticia de ninguno de mis ascendientes, si no es de Adán, cuyo parentesco me parece indiscutible. Doy principio, pues, a mi historia como Pablos, el buscón de Segovia: afortunadamente Dios ha querido que en esto sólo nos parezcamos.


Nacido en el gaditano barrio de la Viña, Gabriel nos contará desde sus primeros recuerdos y juegos en la Caleta hasta las consecuencias del desastre de la batalla de Trafalgar (por hablar solo de la primera novela de la serie). Dado que Gabriel no es un pícaro-delincuente sino una persona normal que se ve sometido a las consecuencias de la azarosa vida del siglo XIX español, el tono de la novela ya está hecho desde estos primeros párrafos: el narrador es un testigo más que un protagonista y, como tal, nos cuenta la historia adoptando una cierta distancia con lo narrado, aunque esté inmerso en lo más duro de los acontecimientos. A ello ayuda y no poco que se nos cuente desde la perspectiva del que ha vivido mucho después de lo ocurrido. Desde esa perspectiva de una persona que ve la historia desde abajo, que la sufre y no la protagoniza, nace otra de las condiciones ideológicas de la narrativa. Y se completa con la entrada de la vida cotidiana, las emociones y la vida doméstica. En las primera páginas, Galdós asienta definitivamente los Episodios Nacionales como la historia contada por quienes la padecen y cuyo papel en ella es fundamental como carne de cañón, pero anecdótica para los tradicionales libros de historia. Todo un acierto que separa radicalmente estas novelas de la literatura histórica romántica y de los tratamientos habituales de esta modalidad hasta el momento.

NOTICIAS DE NUESTRAS LECTURAS

El pasado mes de enero terminaban las conmemoraciones con motivo del centenario del fallecimiento de Benito Pérez Galdós. Pasados los grandes fastos, el mejor homenaje a un escritor siempre es leerlo. No es la primera vez que don Benito asoma en el Club de lectura y, con toda seguridad, no será la última. En estos momentos convulsos en los que todo se pone en cuestión, es bueno leer la novela con la que arrancara uno de los grandes proyectos narrativos españoles, los Episodios Nacionales, que nos plantea hoy los mismos interrogantes que entonces ante un cambio de sociedad y la competencia de los gobernantes. Adelante, entonces, con Trafalgar, que nos ocupará las próximas semanas. De la novela hay muchas ediciones, críticas y populares. Aunque siempre recomendaré las que van acompañadas de aparato crítico (prólogo y notas a pie de página) como las de la editorial Crítica, la RAE o Cátedra, podemos afrontar con éxito su novela en cualquiera de las otras ediciones e, incluso, en la que podemos hallar gratis y con un texto correcto en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en este enlace.

María del Carmen Ugarte García señala con acierto las tres condiciones de la propuesta galdosiana: pacifismo, mirada desde abajo y mirada desde el mundo doméstico. Una entrada más que recomendable.

Pancho da cuenta de la polifonía de voces de la novela y, en especial, de la mirada femenina. Y termina con una canción de los Rolling Stones, que no se puede pedir más. ¿Que cómo lo hace? Aquí tienes la respuesta.

AVISO A LOS MIEMBROS DE LA SECCIÓN PRESENCIAL DEL CLUB

La evolución de la pandemia por COVID-19 en la llamada tercera ola, provoca que no podamos reunirnos presencialmente con normalidad. Las instituciones con las que colaboramos habitualmente (Universidad de Burgos e Instituto de la Lengua de Castilla y León) tienen cerradas sus instalaciones para todo lo que no sea el funcionamiento ordinario de las mismas, por cuestiones sanitarias, y todo nos lleva a ser lo más prudentes posibles. Por este motivo, los participantes recibirán los materiales a través del correo electrónico. Todo antes que detener completamente el funcionamiento del club. Sé que sabréis comprenderlo. Si alguno de los participantes en el formato virtual a través de las redes sociales quisiera recibir estos materiales, debe facilitarme su dirección de correo electrónico.

Pido a los miembros del Club de lectura en su formato presencial que presten atención al correo electrónico porque se está intentando buscar una sala que nos permita reunirnos con todas las garantías sanitarias a partir de marzo siempre que la evolución de la epidemia nos lo permita.


Recojo en estas noticias las entradas que hayan publicado los blogs amigos (si me he olvidado de alguien, agradezco que se me avise). Entrada del Club de lectura cada jueves (salvo casos excepcionales) en este blog.

Para conocer la forma de seguir las lecturas de este club y sus características y la lista del presente curso, pinchar sobre este enlace.

ADVERTENCIA: Las entradas de La Acequia tienen licencia Creative Commons 4.0 y están registradas como propiedad intelectual de Pedro Ojeda Escudero. Pueden ser usadas y reproducidas sin alterar, sin copias derivadas, citando la referencia y sin ánimo de lucro.

3 comentarios:

Sor Austringiliana dijo...

Gabriel es un héroe de la vida cotidiana que transcurre al lado del gran acontecimiento histórico.Sabe desde el principio lo de Trafalgar y todo el rosario de catástrofes que vendrán después. En medio de todo, sorteando todo, conseguirá su sueño personal de ascenso social. El amor también tendrá su lugar. Y el santo amor a la patria" todavía hace llorar al anciano Gabriel de pluma temblona. Nos va a contar una catástrofe y muchas más. Enganchan los Episodios Nacionales.
Seguimos leyendo. Y contando la lectura.

pancho dijo...

En Trafalgar se cuentan derrotas de la armada española cuando España era aún un Imperio. Galdós lo narra a toro pasado, en 1873, desde el punto de vista de los más perdedores porque ya sabemos que en una guerra pierden todos. Los que más perdieron, pues perdieron la vida en ello fueron los que la historia más ha recordado: Churruca, Gravina, Alcalá Galiano y el almirante Nelson que los mira a todos desde lo alto de la columna de Trafalgar Square. Hay que desnucarse para mirarlo y no entra en los objetivos de las cámaras de fotos. Cierto que la muerte que duele es la de Marcial, un veterano de todas las derrotas de la escuadra, pero que es un símbolo de la fuerza del nacionalismo. Algo tiene que haber cuando la gente se embarca a pesar de saber que va a una muerte segura por la idea. Galdós profundiza en este concepto de manera admirable en Trafalgar: la unión de la gente cuando te quieren quitar algo desde el exterior.
Galdós encuentra el estilo y el tono necesario para atrapar al lector en ese equilibrio y mezcla de hechos históricos y ficción aunque se sepa el final de antemano. También sabemos en qué termina la pasión de Jesucristo y, sin embargo se celebra todos los años.
Encantado de leer estos apuntes tan certeros que nos hacen pensar y volver sobre la lectura para tener algo que decir.
Un abrazo.

Myriam dijo...

Generalmente leemos la historia desde la perspectiva de los vendecedores o de los de arriba, en general masculinos. Olvidamos otras perspectivas como esta del personaje Gabriel, desde abajo, o desde la óptica femenina. Por eso es bueno y saludable complementar perspectivas.

Besos