jueves, 4 de marzo de 2021

Esta conquista ha costado inmensos padecimientos. La violencia en Inés del alma mía y anuncio de de la nueva lectura.


Por su edad y situación, el personaje de Inés Suárez pasa de protagonizar la acción o estar presente en ella a ser mero cronista de lo que ocurre. En el final de la novela, incluso deja de escribir directamente para dictar la historia a su hija. Es desde esa condición de cronista desde la que se nos da la novela y, como todos los cronistas, tienen una intención en su escritura. La de Inés parece claramente la de dejar memoria personal de lo vivido desde su perspectiva de mujer consciente de lo vivido. Por eso, en la historia, como novela moderna que escribe la autora muy consciente de su público, se da tanta importancia a lo sentimental y deben aparecer las despedidas de los dos hombres que tanto significaron en su vida, el viejo amor (Pedro de Valdivia) y el nuevo (Rodrigo de Quiroga), aunque el peso del primero es muy superior al segundo. También por la condición que le otorga Isabel Allende a su personaje, la mirada es la de alguien que no se ajusta bien con el papel que le reserva su tiempo como mujer que no pertenece a la nobleza. De ahí su condición de protagonista esencial de parte de la historia.

La crónica se inclina hacia el balance de lo vivido y la visión de las consecuencias de la extrema violencia sostenida en un ambiente de conquista y frontera continua. En el fondo, es una continuación de la violencia estructural ya vivida en la península. El choque entre dos mundos (Europa y América) y el carácter de los conquistadores y sus ambición de oro y poder provoca que esa violencia se extreme y desate una cadena de crueldad y venganza. Cuando Inés escribe, la sublevación de las tribus del sur cuenta ya con cuatro décadas y mucha sangre:

Una muerte atroz. Hay tantas de esas en nuestro reino, que nos pesarán para siempre en la conciencia. (...) Después de tales horrores, no podemos esperar clemencia de los indígenas. La crueldad engendra más crueldad en un ciclo eterno.

En mitad de esta crueldad continua, también hay gestos heroicos, pero no piadosos, manejados con tópicos sobre la honra. En la Inés Suárez construida por Allende en una modernización del personaje que la sitúa en parámetros actuales, se desarrolla una comprensión por los indígenas, aceptando sus razones:

Son mis enemigos, pero los admiro; si yo estuviese en su lugar, moriría luchando por mi tierra, como mueren ellos.

Sin embargo, quiero llamar la atención de que ese choque violento de los dos mundos comienza a manifestar también una posibilidad de superación del conflicto y que este, en la novela, siempre está relacionado con el ámbito doméstico dominado por la mujer. Pero ese nuevo mundo que podemos atisbar no ha llegado aún cuando Inés Suárez redacta las últimas páginas de su testimonio, en las que disculpa definitivamente a los indígenas incluso aunque causaran la muerte de su gran amor, Valdivia:

Esta conquista ha costado inmensos padecimientos... Nadie puede perdonar tanta crueldad, y menos los mapuche, que jamás olvidan las ofensas, tal como no olvidan los favores recibidos.


NOTICIAS DE NUESTRAS LECTURAS

Vuelvo a pedir disculpas por mis despistes a la hora de publicar las aportaciones de los que participan en estas lecturas. Estas semanas han sido de intenso trabajo y voy a uña de caballo. Si detectáis cualquier error u omisión, por favor, hacédmelo saber.

Pancho resume en su magnífica aportación de esta semana las cualidades de la novela y la visión ideológica que conduce también a corregir a Alonso de Ercilla y dar la visión particular de lo ocurrido. Para no perdérsela, hasta el vídeo final.

ANUNCIO DE LA PRÓXIMA LECTURA



El pasado mes de enero terminaban las conmemoraciones con motivo del centenario del fallecimiento de Benito Pérez Galdós. Pasados los grandes fastos, el mejor homenaje a un escritor siempre es leerlo. No es la primera vez que don Benito asoma en el Club de lectura y, con toda seguridad, no será la última. En estos momentos convulsos en los que todo se pone en cuestión, es bueno leer la novela con la que arrancara uno de los grandes proyectos narrativos españoles, los Episodios Nacionales, que nos plantea hoy los mismos interrogantes que entonces ante un cambio de sociedad y la competencia de los gobernantes. Adelante, entonces, con Trafalgar, que nos ocupará las próximas semanas. De la novela hay muchas ediciones, críticas y populares. Aunque siempre recomendaré las que van acompañadas de aparato crítico (prólogo y notas a pie de página) como las de la editorial Crítica, la RAE o Cátedra, podemos afrontar con éxito su novela en cualquiera de las otras ediciones e, incluso, en la que podemos hallar gratis y con un texto correcto en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en este enlace.


AVISO A LOS MIEMBROS DE LA SECCIÓN PRESENCIAL DEL CLUB

La evolución de la pandemia por COVID-19 en la llamada tercera ola, provoca que no podamos reunirnos presencialmente con normalidad. Las instituciones con las que colaboramos habitualmente (Universidad de Burgos e Instituto de la Lengua de Castilla y León) tienen cerradas sus instalaciones para todo lo que no sea el funcionamiento ordinario de las mismas, por cuestiones sanitarias, y todo nos lleva a ser lo más prudentes posibles. Por este motivo, los participantes recibirán los materiales a través del correo electrónico. Todo antes que detener completamente el funcionamiento del club. Sé que sabréis comprenderlo. Si alguno de los participantes en el formato virtual a través de las redes sociales quisiera recibir estos materiales, debe facilitarme su dirección de correo electrónico.

Pido a los miembros del Club de lectura en su formato presencial que presten atención al correo electrónico porque se está intentando buscar una sala que nos permita reunirnos con todas las garantías sanitarias a partir de marzo siempre que la evolución de la epidemia nos lo permita.


Recojo en estas noticias las entradas que hayan publicado los blogs amigos (si me he olvidado de alguien, agradezco que se me avise). Entrada del Club de lectura cada jueves (salvo casos excepcionales) en este blog.

Para conocer la forma de seguir las lecturas de este club y sus características y la lista del presente curso, pinchar sobre este enlace.

ADVERTENCIA: Las entradas de La Acequia tienen licencia Creative Commons 4.0 y están registradas como propiedad intelectual de Pedro Ojeda Escudero. Pueden ser usadas y reproducidas sin alterar, sin copias derivadas, citando la referencia y sin ánimo de lucro.

5 comentarios:

Sor Austringiliana dijo...

La violencia engendra violencia y una cadena que no termina nunca, que no se olvida nunca. Inés Suárez era ya un poco mapuche.
Ninguna cultura es superior a otra, pero hay muchos que no han superado la visión patriotera y pobretona de la enciclopedia Álvarez. Les llevamos nuestra raza, nuestra lengua, nuestra religión, nuestras costumbres, bla, bla, bla. Que hubo un baño de sangre y odio, qué va eso es la leyenda negra creada por los que nos tienen ojeriza, que ellos ni mestizaje, que le hacían ascos a las indias, no como nosotros, tan machotes. En fin, cuánta tontería disfrazada de historia.
Vamos a por Trafalgar, la siguiente lectura. Bueno...esta vez, por fin, me atrapó Gabrielillo, viví la batalla, con lo poco que a mí me gustan, y no pude dejarlo. Me metí con él en el teatro y en la corte de Carlos IV y estoy con el 19 de marzo y 2de mayo. Sí, ya sé que solo era Trafalgar... La voz de un niño que no es niño, de un pícaro que no es pícaro porque tiene honor y prestigia el honor. Una lectura de las de primera fila.
Seguimos.

Luis Antonio dijo...

Gracias por las acertadas propuestas de lecturas. Saludos

Myriam dijo...

"Una Inés modernizada" me gustó eso. Al leer debemos ser conscientes de que la verdadera Inés era hija de su época y mucha comprensión por los indígenas no tendría. También ejerce aquí actuación la ideología personal de la autora que trasunta sus escritos, algo muy difícil de evitar.

Besos

Myriam dijo...

PD- Muchas gracias por el enlace a Trafalgar.

pancho dijo...

Hay que ser muy buena escritora para mantener la tensión narrativa durante más de trescientas cincuenta páginas, sobre todo tratando temas complejos que sabe de antemano que le van a arrear por todos los lados del prisma. Encontrar el tono, el estilo justo y mantenerlo de cabo a rabo no es fácil, ni siquiera para los autores mejor considerados por la crítica.
Yo entré en la novela receloso porque ya no está uno para aguantar panfletos ideológicos interesados. Creo que a esta novela lo que la salva del desplome es el tratamiento que hace de asuntos poco conocidos como el saqueo de Roma o la guerra fratricida entre los partidarios de Pizarro y Almagro vista por los indígenas. Genial esa escena tan cinematográfica de contemplar la batalla desde un teso poniéndose ciegos, esperando el momento justo para lanzarse sobre los despojos humanos y rematar a los supervivientes. Por algo hicieron una serie de televisión basada en la novela, no la vi, pero ahora después de leer la novela, lo haría.
Otro aspecto positivo que encuentro en la novela es el trabajo de documentación histórica que tiene detrás, en dos continentes distintos. Y es valiente la autora al presentarnos a una protagonista trígama (si es que exista la palabra) en una sociedad supuestamente tan mojigata, como ella la pinta en Plasencia.

Salir del bucle (como ahora dicen ) de la violencia es difícil siempre, pero se sale porque la gente también se cansa de la sangre derramada, no importa la causa. Lo peor es la humillación del contrincante.

Me gustó y se hizo muy breve la presentación y dialogo que hiciste ayer tarde con las dos autoras, saliste airoso del reproche histórico de la falta de premios a autoras.