jueves, 11 de febrero de 2021

La mujer en el relato de la conquista y colonización de América e Inés del alma mía de Isabel Allende

 


La conquista y colonización de América es un relato marcado fuertemente por lo masculino. Los textos escritos y la historiografía posterior ha ninguneado la presencia de la mujer en la misma hasta fechas muy recientes. Es evidente que la razón fundamental se debe a que en las estructuras sociales y mentales predominantes, el hombre era el protagonista de la acción (más aún si se trataba de hechos en los que podía estar presente la violencia o la negociación política tal y como se entendía entonces) y todo lo que se refería al mundo doméstico o de la vida cotidiana gozaba de menos importancia en la jerarquía del relato, pero incluso cuando la mujer se convertía en protagonista de la historia, se reducía su valor y se difuminaba. Las estrategias para ocultar su trascendencia eran varias. La más recurrente era borrarla, como si sus actos fueran producto de las circunstancias, una anécdota prescindible. Pero se utilizaron otras. A la mujer que sobresalía se la calificaba de varona, con la plena carga de su significado que atribuía toda su actividad a un carácter propio de los varones. En otras ocasiones, su trascendencia histórica se atribuía siempre a la proximidad a un hombre, al que ayudaba (es el caso de Malinche, la mexica que tuvo un papel trascendental en la conquista de México, que se subordina a Hernán Cortés, despreciándola hasta la simplificación de su personalidad bien como amante bien como traidora, según las versiones). Tegualda, el personaje del poema épico La Araucana de Alonso de Ercilla que relata la conquista de Chile no pasa de responder a un tópico renacentista. La historia de Catalina de Erauso, conocida como la Monja Alférez, aborda otro aspecto de la cuestión: para poder realizar las acciones en América que tanto han llamado la atención, tuvo que fingir ser hombre, con diferentes nombres.

Sin embargo, la búsqueda de grandes nombres no debe esconder otra realidad. Se calcula que en siglo XVI pasaron a América más de 45.000 colonos y 10.000 de ellos eran mujeres. Y otra realidad: la población indígena americana se constituía, casi a la mitad, de mujeres y en algunas culturas la posición de la mujer era notable. Salvo excepciones notables en las que se tenía en cuenta esta realidad, hubo que esperar a la nueva sensibilidad del siglo XX hacia la vida cotidiana para la recuperación de la presencia femenina en los relatos históricos y literarios. Especialmente con la corriente de la narrativa feminista, pero también tuvo enorme peso el porcentaje creciente de lectoras, que despertó el interés de la literatura que buscaba a un público masivo. Es entre estas dos situaciones en donde debemos tener en cuenta Inés del alma mía, publicada en 2006. En todo caso, la novela de Isabel Allende tuvo la virtud de caminar al lado de las nuevas investigaciones históricas y de la construcción de un relato diferente, que incorporara a la mujer y le otorgara el papel que le correspondía. Inés Suárez, su protagonista, enfrenta hasta a los más ciegos con una realidad: las mujeres acompañaron a los hombres en la conquista y colonización, fueron parte de la historia y deben serlo del relato de una manera correcta, así como se debe recuperar la posición de las mujeres indígenas americanas.

De hecho, esta estrategia narrativa se encuentra incluso en el título interno de la novela, que finge ser crónica: Crónicas de doña Inés Suárez, entregadas a la iglesia de los Dominicos, para su conservación y resguardo, por su hija, doña Isabel de Quiroga, en el mes de diciembre del año 1580 de Nuestro Señor.


NOTICIAS DE NUESTRAS LECTURAS

María del Carmen Ugarte retoma sus entradas correspondientes a nuestras lecturas. Escribe aquí con mucho acierto sobre las virtudes y defectos de la novela de Isabel Allende, sobre sus objetivos y cualidades y pone de relieve algo que no debe olvidarse: se trata de un texto literario que pone su acento en las mujeres, olvidadas siempre por la historiografía oficial.


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4 comentarios:

Sor Austringiliana dijo...

Es una historia silenciada la de las mujeres en la conquista y colonización de América. Encerradas en el ámbito doméstico, a ver cómo buscaban estrategias para salir del corralito, serían las más inteligentes y valientes. Con la nueva sensibilidad hacia el papel de la mujer se recuperará información, espero.
De la novela que comentamos, me queda la empatía con un personaje femenino que sale adelante en un mundo desconocido e hipermasculino que la valora más allá del papel de criada y amante del jefazo. Recuerdo muy poco de la relación tórrida de Inés Suárez con Valdivia y de las hazañas bélicas del final. El poso de cada lectura... De la serie ni idea, ni tuve mayor interés.
Seguimos.

Alimontero dijo...

Querido Pedro, yo no participo en general en temas de esta índole porqueno he urgado lo suficiente como para opinar, sin embargo he ido al link de María del Carmen Ugarte, y he leído con mucho interéssu opinión o su punto de vista acerca de la novela Inés del Alma mía, de Isabel Allende, nuestra prolífera escritora de novelas...muy claro lo deja estipulado María del Carmen.
Muy clara y generosa en su opinión. Muchas gracias Pedro!
En relación a la participación de la mujer en la Colonización de America.
En el marco de la celebración del V Centenario del Descubrimiento del Mar del Sur por el español Vasco Núñez de Balboa, plantea que el papel de las mujeres fue hurtado, manipulado y silenciado por la historia oficial y que, en esta trascripción de los sucesos, se ocultó tanto lo bueno como lo malo de la incidencia del sexo femenino en el hecho.
Las mujeres indígenas fueron las que se llevaron la peor parte y quienes más sufrieron por la conquista, ya que éstas fueron humilladas, violadas e infectadas durante el proceso; aunque, mientras algunas poco a poco se fueron adaptando a ello, otras se rebelaron.

Jamás se mencionó que en el tercer viaje de Colón iban a bordo cerca de 30 mujeres, que fueron las primeras europeas en pisar suelo americano.

Muy interesante esta entrada, una vez más, gracias!
beso,
Ali


Luis Antonio dijo...

La deuda que tenemos los hombres con las mujeres necesitará de siglos y muy buena voluntad para saldarse

São dijo...

Allende é uma escritora que me agrada, mas ainda não li este livro dela.

Toda a História é, infelizmente, um relato valorizando exclusivamente os homens ...

Muito interessante o teu texto.

Besos y buen finde , querido amigo