miércoles, 2 de diciembre de 2020

Entre el trabajo y la pereza

 


A la salida de Salamanca el cielo se puso modelo de pintor, con intensidad dramática de azules. Camino de Béjar, la sierra brotó de pronto en el horizonte, con las cumbres nevadas. Anuncian más nieve para este fin de semana, así que quizá tenga ocasión de pisarla por primera vez en la temporada. Hasta hoy no se ha sentido el frío por estos lugares. Tengo ganas. Se ha prolongado demasiado el buen tiempo y a mí me gusta que las estaciones se marquen.

Traigo la maleta llena de libros pendientes y una abrumadora cantidad de trabajo atrasado. También necesito descansar del ajetreo de estos días, así que oscilaré entre el deber y la tentación de la montaña.

Decía Miguel Mihura que era un vago que trabajaba mucho, que la pereza le había convertido en un maestro de no hacer nada, pero que para eso había tenido que hacer muchas cosas, incluso trabajar. Otro que practicó con gran sutileza y constancia el arte de la pereza fue Pepín Bello, una de las personas más importantes del grupo inicial de la llamada Generación del 27 que jamás publicó nada. Álvaro Medina pudo titular el documental que hizo de su vida, Pepín Bello, el hombre que nunca hizo nada. Mihura y Bello no pararon de trabajar para no hacer nada. El trabajo está sobrevalorado, es evidente. Así que no descarto un puente de sofá, manta, lectura y películas. Por si acaso, por si decidiera no hacer nada, ya he abastecido de todo lo necesario la casa.

7 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Ser maestro de no hacer nada pero trabajando mucho es fantástico, lo que hagas ha de gustarte mucho.

Sor Austringiliana dijo...

Para no trabajar hay que trabajar mucho. Citas ilustres vagos, yo me quedo con los perezosos del ejemplo del Conde Lucanor, esos sí lo eran de verdad. No te veo yo ejerciendo la vagancia, disfruta del intento. Besos

Fackel dijo...

Trabajar para no hacer nada, una idea estupenda si se les es permitido a sus trabajadores. Claro que por el contrario hay quienes no hacen nada para o por trabajar, y vivir a costa de otros, claro. Feliz estancia bejarana.

Ele Bergón dijo...

Me encanta ese cielo que nos deja en tu foto y en tu forma de nombrarle" modelo de pintor".

Si encuentras nieve, la pisarás. ¿Cómo oponerse a esa tentación tan deliciosa? Por unos días.. puedes guardar la obligación debajo de la almohada.

El no hacer nada, puede significar hacer mucho o quizás hacer demasiado. ¡Cuidado con esto último! .

Besos

impersonem dijo...

Dijo Catón algo así como que "Nadie esta más activo que cuando no hace nada, nunca está menos solo que cuando está consigo mismo"...

Yo también creo que el trabajo está sobrevalorado...

Me gusta mucho la foto...

andandos dijo...

Trabajamos más de lo necesario, no tengo duda. Y cuando los robots hagan parte de nuestro trabajo, o todo el trabajo, ¿qué haremos?
Bueno, puedo imaginarlo porque lo mismo decía cuando los ordenadores hicieran casi todo. Pepín Bello, de Huesca, el aglutinador.

Un abrazo

Paco Cuesta dijo...

Las distintas modalidades de confinamiento que venimos soportando han creado una especie de pasividad admitida de la que debemos salir para no perecer en el intento.
Saludos