lunes, 30 de noviembre de 2020

Sobre el adanismo en la "nueva poesía"

 


La luz de la luna llena da cierto dramatismo a la escena de una ciudad con toque de queda por la pandemia, pero mirado con calma, este silencio de las calles sosiega.

Esta tarde he grabado una clase para el programa de la Universidad Abierta a Mayores. Este curso, en el que las clases son virtuales debido a la pandemia, me he encargado de un monográfico sobre la literatura actual y decidí afrontar en la grabación de hoy la realidad de la llamada nueva poesía en las redes sociales. He caracterizado el fenómeno como lo que es, la escritura de unos textos directos, en los que las emociones y las ideas se vierten sin apenas peso de lo literario. Aquí es más importante el fenómeno colectivo que las individualidades de cada escritor, hasta el punto de que la autoría de gran parte de los poemas es intercambiable y que la sucesión vertiginosa de los nombres hace que aparezcan cada mes decenas de autores nuevos con miles de seguidores.

En este fenómeno, lo audiovisual es tan o más importante que el texto, porque han recuperado la oralidad y la presencialidad en la literatura con un uso eficaz de las herramientas digitales: la presencia física de quien lo escribe de acuerdo con una imagen determinada dirigida a un sector del público concreto que se ve reconocido en ella, la música que acompaña a las lecturas y un recitado en el que se sustituye el ritmo tradicional del verso por un tonillo final que marca que el verso termina o el énfasis de una palabra. Es así, salvo algunas excepciones (que suele coincidir con los mayores en edad, nacidos antes de la extensión del mundo digital, que también son los que aportan más carga de crítica social, perspectiva de género o defensa de la identidad sexual). Tanto las emociones como las ideas no intentan trasformar el mundo, este tipo de poesía ha renunciado a ello. Sus posiciones sociales o ideológicas, cuando son críticas, buscan corregir las posiciones que se juzgan como desviación de lo políticamente correcto en una sociedad como la española, no alterar el sistema. Es curioso, por ejemplo, la abundante presencia de un sentimiento neorromántico en el amor que parte de posiciones claramente definidas en los roles tradicionales y de un inconformismo adolescente y juvenil que no tiene más verdad que la frustración personal.

Lo más llamativo de este tipo de poesía es un notable adanismo literario. Estos poetas no rechazan las formas anteriores por conocimiento, superación o agotamiento, rebeldía y experimentación, se limitan a ignorarlas, lo que les lleva a practicar una poesía que incurre continuamente en lo que la historia de la literatura ha rechazado siempre por tópico, previsible, manido y fácil. No parece importarles ni a quienes así escriben ni a sus lectores, que son capaces de leer una y otra vez el mismo poema en diferentes versiones y con la firma de autores diversos. Esta alta conexión con sus lectores es otra de las claves. Los receptores de este tipo de poesía necesitan reconocerse en lo que leen porque suele ocurrir con harta frecuencia que es lo único que leen. Es la clave fundamental del éxito, lo que les ha hecho tremendamente populares antes de que algunas editoriales se hayan fijado en estos escritores para hacer negocio.

Más allá de mi valoración literaria, lo que me he preguntado estos días, cuando preparaba los materiales para la clase que he grabado hoy, es el motivo de este éxito. La razón más evidente es la que he dicho, que este público se ve reconocido en una poesía fácil y directa, sin complicaciones de estilo, semánticas o retóricas, que expresa sus emociones e ideas sin elaboración literaria. En otras épocas también ha sucedido, la poesía popular siempre ha tenido más público que la poesía vanguardista, pero la intensidad del fenómeno que han propiciado las redes sociales es llamativa en un tiempo en el que es más fácil que nunca acceder a la cultura. Curiosamente, medida la literatura como un instrumento de comunicación, este tipo de poesía es altamente eficaz y exitosa.

No valoro negativamente ni a estos escritores ni a su público, aunque sí el producto final que son estos textos literarios. Pasarán, como tantas modas de escritura y de ellos quedarán los mejores o los más representativos o los que consigan evolucionar. Lo que me pregunto es qué razón existe para que no se haya podido divulgar la literatura que permite elaborar mejor emociones e ideas, que permite la experiencia superior de comprender algo que no estaba ya en el lector antes, la que lleva a la literatura de otros tiempos y culturas, en tiempos en los que todo está al alcance de la mano en un teléfono móvil. Y esto, es evidente, el sistema educativo y los divulgadores literarios han fracasado estrepitosamente.

7 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Es curioso ver, como en un país que se lee poco y se editan pocos libros de poesía, la red está llena de "poetas" y de poemas; llevas razón, algunos de esos "poetas" llevan escribiendo el mismo poema desde hace varios años incluso han llegado a editarse sus propios libros, seguramente querrán que se cumpla el dicho de que antes de morir hay que plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro, de esos tres objetivos, me temo que no voy a cumplir dos.

Sor Austringiliana dijo...

La educación ha fallado y son muchas las manifestaciones de la incultura de fondo. No conozco el fenómeno y si me tropiezo en las redes con esos poetastros seguro que ni caso. La literatura se enseña tan mal... Los mayorcitos de la UBU esperando el lunes.

impersonem dijo...

Es interesante el asunto de fondo que planteas en tu entrada... Supongo que cada cual tendrá sus ideas y propósitos a la hora de escribir un tipo de poesía u otro... no lo sé... Algunos solo escriben poesía como una forma de desahogo, de protesta lanzada al viento... sin más pretensiones que esas... pero me imagino que cuando lean la poesía "de oficio" sabrán reconocerla y apreciar las diferencias, en caso contrario, no creo que gusten mucho de la poesía...

No sé, yo sobre este tema a veces me encuentro muy confundido y dubitativo... para mí el término poeta tiene un significado que va más allá de quienes escriben poemas en la red con mejor, peor o ninguna técnica literaria... es tan algo más, que no sé explicarlo...

Abrazo

La seña Carmen dijo...

Bueno, mi santo esposo cada vez que hojea alguno de los libros de poesía actual, de poetas más o menos consagrados, que pululan por la mesa del salón, dice: A cualquier cosa llamáis ahora poesía.

Tu disertación teórica está bien, pero a mí me faltan ejemplos. En las redes sociales, término amplísimo donde los haya, yo encuentro de casi todo, pero sobre todo me llegan hermosos recitados hechos por actores profesionales de versos muy clásicos.

Al rap, a las improvisaciones y repentizaciones, formas actuales de las viejas fórmulas, se les coge fácil el punto.

São dijo...

A Educação, melhor, o sistema educacional falhou, sim.

Além disso, as gerações mais novas do que aminha foram muito protegidas , porque a nossa estava traumatizada e tinha sofrido uma ditadura e um ageuerra sem sentido.

Que resultou, pessoas sem garra e que tudo pretendem sem enfrentar dificuldades.

Falo pelo meu país, que não sei muito bem que se passa no teu.

Beso, amigo mio. Bom Dezembro.

andandos dijo...

En música lleva pasando esto mucho tiempo. Si sustituyes "poesía" por "música" se le puede aplicar casi todo lo que dices. Pero nadie se lo cuestiona. Algunos de estos poetas llegarán a ser profesores de lengua y literatura en institutos, y ya habremos dado la vuelta completa.

Un abrazo

Ele Bergón dijo...

Mi opinión es que vivimos en un mundo donde impera la cultura del mínimo esfuerzo y con un refuerzo rápido e instantáneo que también se olvida, con bastante facilidad.

Hace algún tiempo que no frecuento el ambiente literario de la capital, algo que en otros tiempo, sí andaba sumergida en él, por eso no puedo opinar mucho a cerca de lo que escribes. De toda esta poesía simplona y sin esfuerzo, supongo que quedarán, como siempre, los que de verdad vaya cribando el tiempo, o se desvanecerá con el aire de los propios años.

Besos