domingo, 7 de junio de 2020

Déjame que no desista



Déjame que no desista de quererte
mientras navego en tus ojos
después de los naufragios,
que no tenga más amarre que tu cuerpo en la noche,
que busque sediento tu piel para bebérmela,
que corra centauro sobre tu cuerpo,
que devore tu cuello hasta las vértebras,
que acaricie seda tu espalda
con la grama del monte crecida, hermosa y verde,
que viaje por cada valle de tu carne,
por tus grutas cálidas,
por la umbría de tus montes más húmedos
y me sumerja en los ríos guadianas de tu vientre,
déjame que no desista,
que repita mis torpezas,
que me muera en ti cada noche
como dicen que mueren las auroras boreales en invierno.

© Pedro Ojeda Escudero, 2020

8 comentarios:

Fackel dijo...

Ansiosa invocación en tiempos que no nos conviene desistir de nada y menos del amor. Te felicito.

Sor Austringiliana dijo...

Hermoso viaje

Rosi Gómez dijo...

Maravilloso viaje recorriendo diferente paisajes y donde tod@s deseamos acabar muriendo un poco.

andandos dijo...

Precioso poema, Pedro, tan sentido.

Un abrazo

São dijo...

Um maravilhoso poema de amor em todos os sentidos !


Besos, amigo mio

Ele Bergón dijo...

Sin palabras me dejas, ante este paisaje de tanto amor
Hermoso y sentido poema.

Besos

poetabululu dijo...

¡Bravo! Me gusta. Dominas todos los tercios en lo que a escribir se refiere, qué envidia -sana-. Muy bien.

Saludos

Bululú

impersonem dijo...

Poética y pasional petición...