El tren dejó de circular por aquella línea férrea. Años después, desmantelaron las vías y las traviesas se convirtieron en decoración de parques urbanos y restaurantes de nueva cocina. Sin embargo, cuando atravesaba a pie el viejo túnel bajo la peña, seguía protegiéndose en los apartaderos a la hora en la que pasaba la vieja locomotora de vapor, fiel a sus horarios. En la oscuridad, oía desde lejos cómo se acercaba el sonido fatigoso de la máquina y el silbido cuando entraba por la boca del túnel y sentía pasar a su lado el convoy ferroviario salvando la ligera pendiente. Un día le convencieron de que todo aquello era producto de su imaginación y se internó sin sus viejas precauciones. Encontraron su cadáver junto a la pared derecha del túnel, arrollado por haber traicionado a su memoria. A la hora exacta del viejo tren correo.
© Pedro Ojeda Escudero, 2020
11 comentarios:
Tu foto en el túnel es genial.
¡Atención! Meterse en un túnel es muy peligroso.
Los modernos consideraron que eso era viejuno, habia que desmantelar.
El texto da, para muchas interpretaciones. La mía es: La propia Memoria no la construimos para los demás y, si una vez la traicionamos nos destruye.
Es peligroso traicionar la memoria.
Me parece oír un tren achacoso. Cuidado.
A foto está linda e adorei o texto!
DE qualquer modo, não te adentres muito no túnel...
Querido amigo, besos e bom dia!
¡Bra-vo! Molan los microrrelatos, cómo me gustaría saberme manejar en ellos...
Un saludo!
Bululú
¿Nos puede traicionar la realidad por haberlo imaginado? O es lo imaginado lo que traiciona a nuestra realidad?
Besos
Todo túnel tiene su misterio, y el del tuyo...es fantástico!
Pero llevaba mascarilla, veo. Mucha imaginación, en este caso auditiva. Me gusta el relato, tan corto y completo. Zapping (perdona la palabra) temático después del confinamiento.
Un abrazo
Enigmático y misterioso hasta en la foto, pareces un fantasma de ti.
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