Si todo fuera luz, no existiríamos.
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En el arranque de La voz a ti debida, Pedro Salinas invierte los valores habituales del amado y el amante. En este caso, se deja hacer. En ese maravilloso primer fragmento, el yo poético ya no es quien ama sino el amado y carga con el significado de la duda y de la oscuridad frente a la acción luminosa del ser amante. El trabajo poético es eso: desvelar lo que estaba oculto, a veces de tan evidente que parecía.
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A los cielos con luces sucias, dan ganas de ponerse la cofia más velazqueña posible y pasarles una bayeta para abrillantarlos.
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El filósofo Diógenes buscaba un hombre honrado en Atenas con la luz de un candil a pleno día. Amplió tanto su búsqueda que ahora proyecta un viaje a otros planetas, sin esperanza alguna.
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Solo Machado pudo guardar la luz de la infancia en un verso. Necesitó toda una vida, una situación dramática y una tragedia histórica.
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La memoria de la luz en tus ojos, solo en ellos. Una luz que se hace aguamarina y tornasola hacia verde denso y mar. Que sea el último calor que me lleve.
8 comentarios:
Hay distintas tonalidades de luz, incluso hay quien la ve totalmente negra.
Y concluir que también el amado puede amar, no siempre en la misma dirección.
Tal vez lo mejor de la luz es que hay que hablar siempre en plural. Entonces es cuando sabemos que nos llega a todos, antes o después. Después del todo ya no. La luz no nos la llevamos a la nada.
Si no hay oscuridad no hay luz. Si no hay luz no hay oscuridad.
- Tal vez sí, pero no habríamos aprendido el significado de las sombras...
- No es fácil desvelar lo oculto, lo que da más valor a ese trabajo poético que dices...
- Pero después de observar su naturaleza y las causas y los efectos ¿no?
- Si se hubiera mirado en un espejo, tal vez lo hubiera hallado...
- No sabía eso de Machado, en realidad sé muy poco de Machado... y de todo lo demás...
- Es hermoso ese recuerdo que quieres llevarte en tu memoria...
Abrazo
Amén
Que así sea y así será.
Porque hay luz entrambos,
y luz amor es.
Hay que ver en cuántos hazes distintos se descompone la luz. Y qué ciegos estaríamos sin los poetas. Por cierto, si la luz es lo que ilumina supongo que para un ciego luz será el bastón, el libro, la caricia, el aroma, el camino mismo.
Nunca dejaré de leer y releer " La voz a ti debida" porque quedo tan envuelta en la luz de sus palabras, que navego por ellas, sin que me llamen las sombras.
Besos
Sin luz, qué poca sombra seríamos.
Besos.
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