jueves, 4 de julio de 2019

La vida, en fin.


¿Sabe alguien lo que le depara el día? Ni el más previsible de los comportamientos controla las horas. Todos hacemos planes, pero la diferencia estriba en que sepamos aceptar cambiarlos. Qué difícil es levantarse a la que salga. Aún en el lecho estirar una pierna, un brazo, abrir los ojos y saltar de la cama a ver qué pasa. Lo que pasa, siempre, es el día. La vida, en fin, que nos lleva y nos trae a su antojo.

11 comentarios:

Fackel dijo...

Claro que nadie sabe lo que le espera. Sabe, y es limitado, que hay una actividad más o menos programada, un proyecto de unas horas ocupadas, unos encuentros tal vez...pero quién te avisa de que vas a tener un ictus o una embolia, por ejemplo. Nuestro tránsito cotidiano, aunque nos creamos otra cosa, siempre es desconcertante (aunque no nos aceche un ictus)

Emilio Manuel dijo...

Hay personas que desde que se levantan saben lo que van a hacer, no solo las primeras 24 horas, también las siguientes, salvo que algo se las lleve.

Saludos

Sor Austringiliana dijo...

A la batalla. 😘

Edurne dijo...

Acabo de decirle a una amiga eso mismo: la vida nos lleva y nos trae por donde le da a ella la gana, aunque queramos esto o lo otro...
¡Y ahí estamos, Pedro, ahí estamos! Yo me veo muchas veces, como en las pelis o los tebeos, ante una encrucijada de caminos. Será por aquí, tal vez por allí... ¿y si me quedo aquí quieta y a ver que pasa...?

Besos.
;)

andandos dijo...

Apenas controlamos lo que nos sucede. En general la vida nos lleva. Hoy día cada vez más. En fin.
Un abrazo

São dijo...

Sim, a Vida em todas as suas formas ...

Buen finde, amigo mio .

Besos

Trini Altea dijo...

Que tengas un buen verano. Saludos desde Almería

Myriam dijo...

Fluye

Besos

El Deme dijo...

Mejor que vivir la vida es que la vida te viva. Eso sí que es una aventura maravillosa.

XuanRata dijo...

¿Qué sentido tiene hacer planes si no es precisamente la posibilidad de cambiarlos? Esa modesta rebeldía, tal vez la única posible. Un abrazo

Ele Bergón dijo...

Quizás lo que más nos asusta e intriga es eso: desconocer nuestro futuro.
Besos veraniegos