jueves, 25 de julio de 2019

Entre turquesa y cielo. Tengo síndrome literario de Diógenes


El río se hace lento y luz camino del mar. No buscaré metáforas: hoy el paisaje se impone a todo pensamiento, fatigado como vengo a la orilla. Solo lo miro, entre turquesa y cielo.
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Hay un cierto grupo de poetas que buscan en la literatura la truculencia. Solo les gustan los poemas amargos y las historias dolorosas. La consecuencia salta a la vista. La literatura y, especialmente la poesía, se ha convertido en montañas de libros llenos de amargura y dolor. No cabe ya tanto sufrimiento y angustia en las estanterías de las librerías.
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No hay paisaje entre los poetas actuales más que como telón de fondo. Como si vivieran siempre entre las bambalinas de su pellejo.
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Busco la literatura entre la literatura. Tengo síndrome de Diógenes.

6 comentarios:

Fackel dijo...

A mí ese síndrome me ha llevado a leer lo ya leído, pero al cabo de los años uno lee de otra manera, interpreta de otro modo y goza con mayor hondura de lo que antes no calaba lo suficiente.

La seña Carmen dijo...

El mar transformó a Diógenes en Stendhal.

Sor Austringiliana dijo...

El verdadero Diógenes sólo tenía su tonel y el sol.

Sor Austringiliana dijo...

"La poesía golpea los ojos de quien contempla la belleza.
Mientras, los que se llaman poetas nos venden su alma torturada, pues solo ellos en su infinita sensibilidad puede captar todas las sutilezas del sufrir vario.
Soledad,desamor,angustia y un largo eceteras de flagelos inmateriales.
Hay más poesía fuera de la poesía,hay tanta poesía.
Olvida las ínfulas de los señores de la tinta negra.
Y guarda el tesoro de quien escribe en turquesa, que nunca se presentará como poeta, sino como un hombre que conversa con el hombre que siempre va conmigo"
Agustín Merino

andandos dijo...

Fermín Herreros es una excepción, tú lo sabes bien. Por lo que parece estamos condenados a ser urbanos y vivir de espaldas a la naturaleza. Yo mismo estoy en trance de convertirme en eso.

Un abrazo

Ele Bergón dijo...

La mayoría de las veces, la poesía es un escape para intentar mitigar lo pena que nos consume, pero el conseguir que un poema nos conmueva de una forma especial, ha de tener bastantes más ingredientes.

Besos