lunes, 3 de septiembre de 2018

Traigo conmigo


Traigo conmigo a Jade, la niña del mercadillo de Santo Domingo de Oaxaca, que sabía todas las formas posibles de vestir una prenda en el puestito de su madre y que las matemáticas del colegio le servirían en la vida; traigo conmigo a los tres niños pintores todo ojos que habían viajado solos desde Chiapas hasta el andador a mostrar sus dibujos en los cuadernos escolares y que no pedían pero aceptaban que les compráramos un dibujito siempre y cuando nos agacháramos y conversáramos con ellos en un rato largo de galletas y palabras; traigo conmigo a Diego, el chaval que manejaba la trajinera y buscaba siempre el lado menos transitado del canal; traigo conmigo a los amigos nuevos (qué grandes artistas, escritores, libreros, archiveros y bibliotecarios, actores, qué buenos gestores de la cultura entregada a la gente) que a puñados me han llegado al corazón para quedarse en él con cuarto propio; a una sociedad amable y trabajadora, culta y atenta, que festeja la vida y no teme a la muerte; me traigo el español hablado de aquel guarda de seguridad del estudio museo de Diego Rivera que me indicó el camino con tanta exactitud como hermosura y me hizo paladear mi idioma como hace tiempo no me sorprendía la maravilla; traigo conmigo el color y el sabor de unas tierras que no conocía; a la banda de corridos que cantaba en un pueblito lejos de las rutas turísticas para amenizarnos el desayuno de café de olla con canela y taquitos; me traigo la sabiduría de Carmen en Santo Domingo de Yanhuitlán y a la adolescente ceramista que hace cacharros y manos y ceniceros con calaveritas infantiles en su aldeíta de la Mixteca alta; me traigo tantas cosas vividas y tantas conversaciones que deberán asentarse las próximas semanas, el sabor del agua de pepino, el gusto de los vinos de la Baja California, la certidumbre del mescal, el bullicio del mercado de Tlacolula, la belleza de los templos y el reclamo social de los que notan las injusticias; me traigo la sensación de que toda historia futura pasa por el encuentro de culturas y no los muros, la confianza en el futuro de aquel viejo taxista del parque de España; el trabajo con la cerámica negra y las muchachas que decoraban los alebrijes mientras sonreían, el bullicio de la ciudad de México y su actividad continua; me traigo la impresión de lo pequeño que soy y el sabor intenso de la hierba santa, el aire de las rancherías de las sierras en donde Pedro se construye su casa con adobe. Los colibríes libando las grandes flores tras la lluvia.

13 comentarios:

Fackel dijo...

No traes poco, no. Ese alimento en el magín va a ser buena cosecha para una visión del mundo menos atosigante. Que te dure.

María dijo...

Qué bien que ya estés de vuelta y nos traigas tus letras y ese color de mil sensaciones.

Besos.

Rita Turza dijo...

Atrapo todo lo que traes en un gran abrazo.
Un placer volver a leerte en el blog.
Un inmenso placer.

Pedro Carcedo dijo...

Te has traído todo México. Hasta una trajinera de Xochimilco, en la que estás en la foto. Me has recordado con tu montón de fotos el viaje que hice en 1987
a este hermoso país y California. Gracias tocayo.

Marina dijo...

QUién te iba a decir a ti...

Tú también volverás, eso es lo bueno.

Besos

Emilio Manuel dijo...

Mi nieto que me ha metido, en contra de mi voluntad, en la red social Instagram, gracias a ello y a las fotos que has ido subiendo en tu periplo americano te he ido siguiendo.

Saludos

matrioska_verde dijo...

y has vuelto cargado de emociones
besiños

Sor Austringiliana dijo...

Bienvenido seas con tamaño equipaje.

Campurriana dijo...

Hemos coincidido hoy, Pedro, en el regusto del postviaje.
Con sus amarguras y sus dulzuras, con miles de sensaciones...

Edurne dijo...

¡Qué bien que hayas traído la maleta tan llena, a rebosar , de tanto bueno!
¡Bienvuelto!
Besos
;)

Ele Bergón dijo...

Te traes todo Mexico en el bolsillo de tu pantalón azul.

Me gusta el texto y todo lo que nos vas contando en él.

Besos

andandos dijo...

Tienes mucha suerte, pero mucha.

Un abrazo

Myriam dijo...

Veo que has tenido vivencias y experiencias maravillosas y enriquecedoras, y ¿quién no? tratándose de México.

Me alegro mucho, besos y abrazos