Desde que María Bolaños se puso al frente del Museo Nacional de Escultura de Valladolid y promovió un nuevo formato de exposiciones temporales, siempre que se inaugura una me dispongo al asombro. Desde Lo sagrado hecho real (2010) no recuerdo ni una sola que no me haya sorprendido, gustado y apreciado en lo que se muestra pero, sobre todo, en el sentido didáctico e investigador del recorrido expositivo. Acudo a ellas no solo a apreciar la calidad de cada una de las piezas sino también dispuesto a aprender una nueva manera de mirarlas y entender al artista que las realizó y su época.
La invención del cuerpo. Desnudos, anatomía, pasiones (hasta el 4 de noviembre), organizada con el Museo de San Telmo de San Sebastián, muestra un centenar de piezas, todas ellas asombrosas. Reunidas permiten su lectura contextualizándolas en uno de los grandes avances del pensamiento renacentista: el cuerpo humano como centro de la reflexión filosófica, científica y artística, como portador de un propio significado y de una forma racional de comprender el mundo. Aquel cambio se extendió por todas las ramas del saber e implicó también a la literatura y el arte. Este no pudo entenderse desde ese momento sin los avances científicos que permitieron el conocimiento del cuerpo humano. No se trataba solo de un conocimiento anatómico sino de todo un cambio de perspectiva que desligaba su representación de lo teológico aunque aún debiera trabajar temas religiosos principalmente por quienes encargaban las obras y las pagaban.
Para un mayor conocimiento, muchos pintores y escultores practicaron disecciones y vaciados de cuerpos, trabajaron en sus talleres con cuerpos y esqueletos de ajusticiados, compraron ilegalmente cadáveres, rompieron todos los tabúes y prohiciones que sobre el cuerpo humano como vaso sagrado del alma se habían establecido. Fueron avanzados en la práctica de una nueva forma de pensar. A su vez, prestaron su técnica para realizar dibujos que luego se publicaban como grabados en los libros de anatomía, realizaron moldes en cera para las clases de anatomía y cirugía, etc. Todo ello supuso un salto cualitativo en la representación del cuerpo humano en la pintura y en la escultura, junto al estudio de los modelos clásicos entendidos ahora en su plenitud.
La exposición se estructura en seis secciones que nos muestran los aspectos más interesantes de ese proceso: Cuerpos en el taller del artista, Cuerpos en acción, hombres máquina, La anatomía y su sombra, El gran espectáculo de las emociones, La violencia, el cuerpo, lo sagrado, Carnositá, figuras de la plenitud. El recorrido se entiende sobre todo desde la cultura española y católica y por ello una parte sumamente interesante se dedica a la manera dramática de representación de pasajes bíblicos o figuras del imaginario católico en las que las pasiones se entendían como ejemplos de comportamiento cristiano relacionados con el sufrimiento, el sacrificio y el dolor que acercaban al ser humano a Dios. Es interesante recordar cómo en el norte de Europa, tras la reforma, estos mismos conocimientos se aplicaron a la representación del mundo burgués.
Confrontando los libros de estudios anatómicos expuestos, leídas algunas piezas como un muestrario de posiciones del cuerpo humano que sugieren las emociones de cada tema al espectador, contempladas algunas imágenes como un prodigioso ejercicio de dominio de todas las posiciones que puede adoptar un cuerpo, hasta el alarde técnico, se entiende mejor el arte renacentista y barroco, de otra manera, de forma más completa. Hay dos guiños interesantes en la exposición: comienza con una obra del taller de Rubens y termina con una pieza de Goya en la que la carnalidad es el tema esencial, mucho más que cualquier sentido alegórico que esconda el cuadro, el cuerpo se convierte definitivamente en el protagonista del arte sin ningún complejo o precaución moral.
Vayan a ver esta exposición.
Como sugerencia: consulten y descarguen el material que se encuentra en la página del Museo.
6 comentarios:
En la agenda de las intenciones tengo apuntada la visita. Muy bien por difundir estas cosas.
Mágico patio.
Quizás los cuerpos retorcidos, los cuerpos que adquieren formas insólitas en el barroco, muy raro de ver en el Renacimiento, son una rebelión contra el sacrificio del cuerpo y de la naturaleza humana, recién conquistada un siglo antes, que instauró la Contrarreforma.
Gostei muito do texto, pena não poder visitar a Exposição.
O conceito do corpo e da sua abordagem - tão diferente entre o Oriente e o Ocidente . é um tema muito interessantes, sem dúvida.
Querido amigo mio, boa semana.
Besos
Muchas gracias, realmente parece muy interesante. En muchas de tus reflexiones no había pensado.
Un abrazo
¡Ay! llego a España el 8 de noviembre y me la pierdo
por los pelos... ¡Cuanto lo siento! De haberlo sabido, hubiera tomado las medidas pertinentes.
Aquí estoy leyendo con detenimiento todo lo que escribes sobre ella.
Gracias, como siempre, por los enlaces.
Besos
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