Con ser mucho el interés de lo biográfico y la forma de entender la vida por el autor, en Los refugios de la memoria a mí me ha interesado sobremanera el escritor. Me explico.
Tal y como dije en la primera entrada sobre esta obra, es indudable el interés que despierta en el lector conocer las circunstancias personales de quien se convirtiera en uno de los nombres más conocidos de la oposición a la dictadura franquista en los años setenta del pasado siglo, todo lo que en este caso hay memoria individual y colectiva.
La segunda entrada la dediqué a la forma de comprender la vida por José Luis Cancho: el nómada que recorre el mundo con un hatillo en el que lleva la memoria de un barrio popular de Valladolid, que entiende su historia como ciclos que se abren y se cierran y cuya forma de ser ha sido marcada por las experiencias vividas, algunas tan extremas como las que le ocurrieron en el año 1974, pero no solo. Pero todo esto no existiría como esta narración autobiográfica sin el escritor que es José Luis Cancho. Los refugios de la memoria se anudan precisamente porque hay un momento en la vida de Cancho en el que este decide ser escritor antes que otras cosas: Durante varios años mi dedicación fundamental ha sido la escritura. Es desde ese escritor desde el que se nos cuenta la historia completa -o el autorretrato fragmentado-. No solo la materia de lo narrado o el presente desde el que se cuenta sino, sobre todo, la forma en la que se hace.
Como autor, Cancho ha publicado cuatro novelas (El viajero junto al mar, Grietas, Indicios y Lento proceso) y construido un territorio mítico personal en el que suceden varias de sus historias (el barrio del Carmen, que se corresponde al recordado barrio de su infancia), sobre las que habla en la parte final del libro. En estas páginas nos plantea también su tesis fundamental: He hablado del poder de la ficción, de la influencia que ejerce en nuestra percepción de la realidad, de cómo puede llegar a imponerse sobre esta. De hecho, el propio relato autobiográfico que son Los refugios de la memoria se ven afectados por esta circunstancia y el yo sobre el que se habla en la obra cada vez le parece más al propio autor un personaje de ficción. Plantea Cancho algo sumamente interesante que nos lleva al límite del pacto de lo autobiográfico: todo lo que se ha contado es cierto y no lo trasgrede pero la propia narración de los hechos nos lleva a cuestionarlo puesto que quizá lo haya ya superado. No solo lo narrado sino, sobre todo, la misma circunstancia de la narración y las técnicas que se emplean. Cancho, así, nos lleva de forma brillante a un interesante punto de reflexión sobre la propia vida y el relato que hacemos de ella, que se convierten a la vez en algo ajeno y apasionante.
Tal y como dije en la primera entrada sobre esta obra, es indudable el interés que despierta en el lector conocer las circunstancias personales de quien se convirtiera en uno de los nombres más conocidos de la oposición a la dictadura franquista en los años setenta del pasado siglo, todo lo que en este caso hay memoria individual y colectiva.
La segunda entrada la dediqué a la forma de comprender la vida por José Luis Cancho: el nómada que recorre el mundo con un hatillo en el que lleva la memoria de un barrio popular de Valladolid, que entiende su historia como ciclos que se abren y se cierran y cuya forma de ser ha sido marcada por las experiencias vividas, algunas tan extremas como las que le ocurrieron en el año 1974, pero no solo. Pero todo esto no existiría como esta narración autobiográfica sin el escritor que es José Luis Cancho. Los refugios de la memoria se anudan precisamente porque hay un momento en la vida de Cancho en el que este decide ser escritor antes que otras cosas: Durante varios años mi dedicación fundamental ha sido la escritura. Es desde ese escritor desde el que se nos cuenta la historia completa -o el autorretrato fragmentado-. No solo la materia de lo narrado o el presente desde el que se cuenta sino, sobre todo, la forma en la que se hace.
Como autor, Cancho ha publicado cuatro novelas (El viajero junto al mar, Grietas, Indicios y Lento proceso) y construido un territorio mítico personal en el que suceden varias de sus historias (el barrio del Carmen, que se corresponde al recordado barrio de su infancia), sobre las que habla en la parte final del libro. En estas páginas nos plantea también su tesis fundamental: He hablado del poder de la ficción, de la influencia que ejerce en nuestra percepción de la realidad, de cómo puede llegar a imponerse sobre esta. De hecho, el propio relato autobiográfico que son Los refugios de la memoria se ven afectados por esta circunstancia y el yo sobre el que se habla en la obra cada vez le parece más al propio autor un personaje de ficción. Plantea Cancho algo sumamente interesante que nos lleva al límite del pacto de lo autobiográfico: todo lo que se ha contado es cierto y no lo trasgrede pero la propia narración de los hechos nos lleva a cuestionarlo puesto que quizá lo haya ya superado. No solo lo narrado sino, sobre todo, la misma circunstancia de la narración y las técnicas que se emplean. Cancho, así, nos lleva de forma brillante a un interesante punto de reflexión sobre la propia vida y el relato que hacemos de ella, que se convierten a la vez en algo ajeno y apasionante.
Noticias de nuestras lecturas
Pancho comenta con todo acierto el murmullo fluido y constante del que brota la escritura autobiográfica de José Luis Cancho. Y termina con Luis Pastor...
Mª Ángeles Merino levanta acta de la última reunión del club de lectura en su formato presencial, algo diferente en su formato a las ordinarias. Comentamos las dos obras de reciente lectura (Akúside y Los refugios de la memoria) y visitamos la exposición El rostro de las letras en el Arco de Santa María.
Los escritores Ángel Vallecillo y José Luis Cancho serán los protagonistas de la sesión del sábado día 2 en la Feria del libro de Valladolid. Se les hará entrega del Premio de la Crítica de Castilla y León que obtuvieron ex aequo por Akúside y Los refugios de la memoria, que hemos leído y comentado estas últimas semanas en el club. Lamento no estar presente, pero invito a los interesados a acercarse al acto.
Mª Ángeles Merino levanta acta de la última reunión del club de lectura en su formato presencial, algo diferente en su formato a las ordinarias. Comentamos las dos obras de reciente lectura (Akúside y Los refugios de la memoria) y visitamos la exposición El rostro de las letras en el Arco de Santa María.
Los escritores Ángel Vallecillo y José Luis Cancho serán los protagonistas de la sesión del sábado día 2 en la Feria del libro de Valladolid. Se les hará entrega del Premio de la Crítica de Castilla y León que obtuvieron ex aequo por Akúside y Los refugios de la memoria, que hemos leído y comentado estas últimas semanas en el club. Lamento no estar presente, pero invito a los interesados a acercarse al acto.
Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos.
Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog, aunque en las últimas semanas no haya podido cumplir esta promesa por diferentes cuestiones que espero se vayan remansando en las próximas.
Información sobre el presente curso en el club en este enlace.
Anuncio de la próxima lectura
Este curso ha resultado intenso y para cerrarlo os propongo la lectura, en el mes de junio, de una novela que os sorprenderá: El pisito: novela de amor e inquilinato de Rafael Azcona. Rafael Azcona (Logroño, 1926 - Madrid, 2008) es, para muchos, el mejor guionista de la historia del cine español, pero lo que no es tan conocida es su faceta como escritor. El pisito se publicó en 1956 y sobre ella escribió el mismo Azcona el guion para la película dirigida por Marco Ferreri, estrenada en 1959, con el que debutara en el cine. La película es una de las obras clásicas del cine español de todos los tiempos. En 2009 se adaptó al teatro con relativo éxito de público, en una versión que a mí me dejó insatisfecho. Descubramos, pues, el relato original sobre el que se hicieran la película y la obra de teatro. Hay varias ediciones en el mercado. Os recomiendo la publicada en la editorial Cátedra por Juan A. Ríos Carratalá. Aparte de un magnífico estudio introductorio, cuenta con la incorporación de fragmentos que se suprimieron en 1956 para evitar la censura de la dictadura de Franco. El curso se cerrará a finales del mes de junio con una comida a la que todos los seguidores de este club podrán apuntarse.
2 comentarios:
Y hemos de morir, entes de ficción. Dios nos piensa, no, nos pensamos nosotros mismos y somos nuestro propio ente de ficción. El escritor es consciente de su propio personaje y se mira desde fuera. Unamuniano José Luis Cancho.6
Aplaudiremos a los premiados aunque no podamos estar en Valladolid. A Vallecillo también.
Un abrazo, Pedro.
La vida del autor daría para escribir miles de páginas, pero se conforma con unas ochenta y se acabó. La capacidad de síntesis y de resumen del autor es tremenda lo cual es una virtud, qué diferencia con otros que necesitan más de ochocientas para contarnos veinticuatro horas.
"El pisito" suena a las películas de La 2 de las diez de la noche. Veremos si los libreros lo tienen a mano.
Un abrazo.
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