jueves, 15 de marzo de 2018

XVI Premio de la Crítica de Castilla y León: Akúside de Ángel Vallecillo y Los refugios de la memoria de José Luis Cancho


Akúside de Ángel Vallecillo y Los refugios de la memoria de José Luis Cancho han resultado ganadores de la XVI edición del Premio de la Crítica de Castilla y León, de cuyo jurado soy miembro como saben los asiduos de este blog.

Entre los libros finalistas, además, se encontraban No habría sido igual sin la lluvia de Rubén Abella, La carroña de Enrique Andrés Ruiz, La librería de Michelle de Verónica Fernández, La vida a medias de Avelino Fierro, Unos ojos en la travesía de Luis Ángel Lobato, Vicisitudes de Luis Mateo Díez, Boreal de Andrés Martín y No hay amor en la muerte de Gustavo Martín Garzo. Una interesante suma de narrativa, ensayo, poesía, diario y memorias en la que se ve reflejada lo mejor producido por castellanoleoneses en los últimos meses y en la que pueden observarse autores ya consagrados y con una larga y exitosa trayectoria y otros menos conocidos por el público, algunos que ya han estado en otras ediciones del premio junto a nombres que aparecen por vez primera, grandes editoriales y pequeños editores. Recuerdo que el premio se otorga a la mejor obra literaria escrita por un autor castellano y leonés publicada en el año inmediatamente anterior. En este caso, a una obra publicada en el 2017.

La convocatoria hubo de aplazarse debido al temporal que azotó la comunidad el pasado 28 de febrero, que impidió la llegada a Ávila de los miembros del jurado. Finalmente, el jurado pudo reunirse a deliberar ayer  miércoles 14 de marzo y comunicar el fallo a la hora acostumbrada, la una de la tarde. Por segunda vez en la historia del premio lo han obtenido dos obras ex aequo. La ocasión anterior fue en el año 2012 (lo obtuvieron El laberinto invisible de Antonio Colinas y El rostro de Cristo de Olgario González de Cardedal).

Akúside de Ángel Vallecillo (Valladolid, Difácil, 2017) es una distopía contra los efectos de los nacionalismos. La construcción de Akúside, sus leyendas y mitos originarios, la forja de su identidad excluyente y obligatoria y todos los acontecimientos que en ella se tratan son inspirados por acontecimientos vividos en el País Vasco durante el período de actividad del terrorismo de ETA pero el resultado final los trasciende hasta llevarlos a un universal que puede recordarnos todos los movimientos nacionalistas de cualquier parte del mundo y de cualquier época. Esta característica del libro le otorga un magnífico valor de reflexión sobre la constitución de los países y de las culturas de forma excluyente y la locura de la espiral posterior. Vallecillo, además, ha demostrado una valentía extrema al escribir un libro con una estructura diferente, original y rupturista, muy interesante y moderna.

Los refugios de la memoria de José Luis Cancho (Madrid, papeles mínimos, 2017) es un libro en el que el autor relata su experiencia personal desde que en la mañana del 18 de enero de 1974 cayera al vacío desde una de las ventanas del tercer piso de la comisaría de policía de Valladolid sita en la calle de Felipe II. Este trabajo de la memoria le lleva a narrar la represión del régimen dictatorial de Franco y sus crímenes contra la libertad pero también la maquinaria de las organizaciones en las que militó, que anulaban al individuo. Aquellos que lean este libro solo como un testimonio antifranquista escrito por alguien que se hizo famoso en España por aquellos hechos de 1974 en los que pertenecer a la oposición era jugarse la vida se equivocan completamente. Cancho abandonó la militancia activa y comenzó la búsqueda de su propia identidad hasta encontrarla en un viajero nómada que pudo desarrollar, finalmente, su dedicación a la escritura. El valor de este libro definido por el autor como un autorretrato fragmentario no está solo en el trabajo de la memoria y el testimonio de un tiempo de transición y una vida sino también en la propia escritura: un estilo depurado, esencial, desnudo casi, lleno de magníficos hallazgos trabajados con la elipsis, la eliminación de lo superficial y el lirismo en ocasiones. También con la reflexión sobre la escritura. Siempre interesante.

Otra cosa que debemos añadir a estos dos libros es que ambos han sido publicados por editoriales pequeñas con un catálogo a tener en cuenta construido con paciencia y sacrificio.

De ambos títulos volveré a dedicarme en las próximas semanas, por separado.

3 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

¡Mi enhorabuena a los ganadores y al jurado!

Del de Vallecillo nada puedo decir, los nacionalismos pueden engendrar monstruos, una distopía puede ser preventiva.

En cuanto al de Cancho, a los de mi quinta, y sobre todo a los que estudiábamos dentro del llamado entonces distrito universitario de Valladolid, nos va a costar verlo sólo como escritor. En enero del 74, en mi instituto,se comentaba en voz muy, muy baja la historia de su defenestración a manos de la policia franquista. Unos años más tarde, en 1979, comenzó a trabajar como maestro en la provincia de Guipúzcoa, como hizo la que esto escribe y muchos maestritos más de las provincias castellanoleonesas que no ofrecían trabajo a los nuevos diplomados. Y se comentaba quién era aquel chico siempre presente en las asambleas. ¿Te acuerdas de aquel que...?

De acuerdo, Pedro, no lo leeremos sólo como un testimonio antifranquista, de tu mano apreciaremos sus valores literarios. ¡Un premio dela Crítica de CyL nada menos!

Un abrazo

Paco Cuesta dijo...

Nuevas propuestas sobre temas que no lo son tanto. Encuentro con dos valientes.
Un abrazo

andandos dijo...

Editoriales pequeñas. Mi hija me llevó, en el último viaje a Zaragoza, a librerías en las que apenas conocía algún nombre. Hay un mundo paralelo al del los grandes nombres, que ella conoce.

Un abrazo