El pasado 23 de enero se cumplieron 125 años del fallecimiento del poeta José Zorrilla en Madrid. Por mucho que a algunos les pesara y les pese incluso hoy, Zorrilla era el poeta más famoso de la literatura española y ha conservado ese recuerdo en el imaginario colectivo gracias. Y esta condición se demostró en los actos de aquellos días, los que siguieron a su muerte, con la capilla ardiente en la sede de la Real Academia y su primer entierro. Nunca un escritor había alcanzado en España e Hispanoamérica semejante fama, tanto en círculos académicos como en el ámbito popular, en la prensa y en la trasmisión oral de sus obras, en poesía y teatro. De hecho, el drama Don Juan Tenorio sigue presente como la obra más representada del teatro español. Quizá Lope de Vega es el único con el que podría compararse en este aspecto, con una diferencia: Zorrilla obtuvo esa fama con 19 años y no cesó -a veces contra su propia voluntad- hasta su fallecimiento, en una época en la que la prensa actuaba como difusor de las grandes personalidades del momento. El 21 de febrero hubiera cumplido 76 años. El 3 de mayo de 1896 se procedió a trasladar sus restos a Valladolid siguiendo los deseos expresos del escritor, que reposan definitivamente desde el 4 de abril de 1902 en el Panteón de Vallisoletanos ilustres, cuya construcción se proyectó para que fuera el primero que lo ocupara.
Desde el 21 de febrero del pasado año hasta el 21 de febrero de este 2018, se conmemora el bicentenario de su nacimiento y esta celebración coincide con esta fecha redonda de los 125 años del fallecimiento. Como saben los que leen habitualmente este espacio o siguen mi perfil en las redes sociales, estoy implicado en los actos del bicentenario bien como asesor académico del mismo en la Casa Zorrilla de Valladolid -que ha modelado una conmemoración ejemplar de la mano de Paz Altés y del que haré balance en los últimos días de febrero para que se comprenda la magnitud de lo conseguido en un país que se ha mostrado siempre cicatero en el homenaje a sus grandes personalidades- bien como conferenciante, autor de trabajos sobre el autor o también como organizador de algunos de ellos, singularmente a través del convenio firmado con el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla o el fin de semana que Béjar dedicó a Zorrilla.
Mañana sábado intervendré como tal y en representación delegada del Instituto de la Lengua de Castilla y León en la Parada poética y ofrenda floral en homenaje a José Zorrilla que conmemora el 125 aniversario de su fallecimiento. Se ha pretendido rescatar el sentido que tenían estos actos en tiempos del mismo Zorrilla porque el bicentenario ha conseguido actualizar al poeta, su biografía y su obra y ponerlas a disposición del público actual. El evento está organizado por el Ayuntamiento de Valladolid y en él se repartirá una reproducción facsimilar de extraordinaria calidad y oportunidad de los ejemplares monográficos que publicara la revista ilustrada el Blanco y negro el 4 de febrero de 1893 y el 16 de mayo de 1896 (con motivo del fallecimiento y del traslado de los restos a Valladolid, respectivamente). En esta publicación ha colaborado el decano de la prensa española, El Norte de Castilla.
3 comentarios:
Ya sabía yo que este Josito llegaría muy lejos con su pluma y su fértil imaginación.
Dada la magnitud que me consta han alcanzado los festejos por el Bicentenario de Zorrilla esta vez, cero cicatero. Cero. Más bien todo lo contrario. Todos los implicados han hecho una tarea magnífica.
Para mi ha sido un gusto haber compartido el homenaje en Valladolid, haber conocido a Paz ALtés y a Javier Calaveras; encontrarme con los compañeros del grupo de lectura, etc. etc. Y vuelvo a decirlo aquí, el "gordo de Zorrilla" de 1300 páginas, que me gané en la Rifa de la casa Zorrilla al final de un día extraordinario, me acompaña como lectura que disfruto en las noches. Gracias a ti por toda tu implicación en estos festejos. Zorrila además de orgulloso, debe estar saltando de alegría allí en donde se encuentre.
Espero tu balance al final de febrero. Abrazos
Implicado hasta la médula en un homenaje tan necesario como justo. Gracias.
Felicidades.
Un abrazo
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