martes, 26 de diciembre de 2017

El año se termina



El año se termina. No puedo resumirlo, ¿quién puede? En un año cabe de todo, incluso encerrándose en el egoísmo propio para ser feliz o entristecerse sin ver más allá de ti. Pero si te abres al mundo, aunque solo sea a través de la pequeña ventana que da a tu vida, ese todo se amplía. Puede ampliarse el todo, por supuesto -tengo un conocido a quien esto le parecería un juego de palabras para sacarle de quicio porque no puede comprender que las palabras guardan en su seno una posibilidad de enriquecerse, creciendo-. ¡Cuántas cosas han sucedido en nuestro mundo, ese que podemos tocar con nuestras manos y andar con los pies! Cabe de todo, lo bueno y lo malo y los días anodinos en los que todo pasa como si nos hubiéramos sentado al pie de un árbol a eso mismo, a ver las cosas pasar. Se comienza un año -con esa manía de poner inicio y final a todo- como quien se apunta a un curso de lo que sea y se termina casi sin respiración. Hemos dejado de hacer muchas cosas, decepcionado a personas -aun sin saberlo, sin querer hacerlo-, pero hemos hecho otras que ni siquiera sospechábamos. Y si te lo propones hacer de otra manera, no sé, pasar la página del calendario como quien se preparara el mismo café con leche de todas las mañanas, ni siquiera te dices de este año no pasa. De este día no pasa. De este año no pasa que me haga consciente de que respiro. Bastaría con eso. A veces damos por hecho algunas cosas que son extraordinarias.

10 comentarios:

María dijo...

Dificil es resumir todo un año, pero sí podemos reflexionar sobre lo que no hemos conseguido para poder realizarlo en el próximo.

Feliz Año 2018, Pedro, y que todos tus sueños se cumplan.

Besos.

Emilio Manuel dijo...

¿Como que no puedes definirlo?, lo has hecho en la sexta línea, dices "cabe de todo, lo bueno y lo malo ...", ¿que más quieres?

Abejita de la Vega dijo...

una vuelta nada más

Mavi dijo...

Es la condición humana, seguramente,y lo has expuesto de una manera dulce y muy concreta.
me ha encantado.
Lo mejor para ti en el nuevo año Pedro.
un besico
Mavi

XuanRata dijo...

El año se termina tan solo para que podamos renovar la esperanza en la continuidad y en la sorpresa. No podríamos vivir sin la certeza de la primera ni sin la posibilidad de la segunda. Que el año comience es un acto de fe que nada tiene que ver con el paso del tiempo. Ojalá acertemos con los ritos adecuados.

Edurne dijo...

La verdad es que es muy curioso el concepto de fin, de inicio... cuando en realidad, aun día le sucede otro exactamente igual (a saber, 24 horas, tantas horas de luz, tantas de oscuridad, lluvias, sol, vientos varios...) ¡pero tan distintos!

Cierto es que necesitamos marcar esa frontera, psicológica creo yo, para hacer borrón y cuenta nueva; para creernos eso de que se acabó y a otra cosa mariposa... En fin de cualquier forma, la esperanza nos mantiene vivos, y de todo vamos saliendo.

¡A por otro más!
¡Feliz Año Nuevo, Pedro!
Besos.
;)

LA ZARZAMORA dijo...

En la sencillez del gesto, del paso a paso, encontraremos la palabra justa, el impulso, la belleza necesaria en el movimiento y en la piedra, en los óleos o los versos, en el café de la mañana, o en la sonrisa de un niño, y en nuestro genio (travieso o gentil)
para seguir caminando, besando, suspirando, gimiendo, y hasta enojándonos, y le arrancaremos las hojas al calendario una a una al ritmo de sus estaciones... En suma seguiremos viviendo al ritmo que nos sugiera y dé alas el corazón que nos da la vida.
Felices Fiestas, mi querido Pedro.
De lo bueno, lo mejor para ti, y que un año más podamos seguir compartiendo letras.

Myriam dijo...

Lo bueno de abrir esas ventanas es la intercomunicación con otros
y la fidelidad de los lazos que se forjan, muchos de ellos incluso, de amistad, de amistad basada en la confianza. Y es maravilloso.

En lo personal, con respecto a eso de hacer o no hacer cosas,
he dejado de pedir. Y me repito:
"no pedirás favores para este nuevo año
ni para ningún otro porque esos pedidos se pierden
en los pliegues de las dunas del desierto, allí
dónde ni siquiera llegan los ecos de las montañas
porque no las hay". A esta altura de mi vida
y por el resto, dejo y dejaré que la vida me sorprenda.
Esto es lo que he aprendido.

Un beso

Ele Bergón dijo...

Son costumbres y rutinas que nos ponemos los humanos para intentar controlar el tiempo. Lo que no queremos admitir que él, muy díscolo, camina a su libre albedrío, mientras nosotros, caminamos a veces por lugares difíciles, otras nos engañamos y muchas disfrutamos. Es la vida.

Besos

Campurriana dijo...

Siempre siento vértigo cada vez que comienza un año. El vértigo es, además, cada vez más acentuado. No lo puedo remediar, Pedro.