Leandro Pérez (Burgos, 1972) es escritor y periodista, ha lanzado varios proyectos en internet y actualmente dirige Zenda, una web literaria de gran interés tanto para el público en general como para los profesionales y académicos, que invito a visitar con calma y recorrer todos sus rincones. Como escritor, se dio a conocer a los lectores con la publicación de Las cuatro torres (Planeta, 2014), una novela negra que ya llamó la atención de los críticos y le aportó un buen número de lectores incondicionales en la que estaba muy claro su potencial como narrador. Allí aparece ya Juan Torca, el personaje principal magníficamente construido. Torca es un exmercenario que se dedica a investigar casos criminales por encargo. El personaje es sólido: bien caracterizado, apasionante en lo que nos dice y en lo que calla, con un pasado oscuro que amenaza de vez en cuando con aparecérsele en su presente, hombre experimentado en todo tipo de situaciones, etc. En una historia de este género, poder construir un personaje como este garantiza el éxito. Dentro del mundo de la novela negra tiene antecedentes pero también un hueco propio. Torca es muchas cosas pero también netamente un producto de la España contemporánea en su forma de pensar, en sus experiencias vitales y, especialmente, en la gente con la que se rodea y se cruza en su vida. Vuelve a aparecer en esta segunda novela, La sirena de Gibraltar (Planeta, 2017), que completa y amplía su retrato y el mundo de referencias en el que se mueve.
La sirena de Gibraltar se ambienta en la España contemporánea ("Esta novela de Juan Torca trascurre en 2012. Los hechos narrados pertenecen a la ficción, la menos virtual de las realidades", dice la nota inicial) y añade sabias dosis de un retrato social con la puesta en juego de pasiones humanas nobles e innobles. La historia está muy bien trazada y mantiene el interés hasta el final, no solo para los amantes del género. Es parte de esta estructura la dimensión temporal que ayuda, por una parte, a anclarla en unos momentos que podemos reconstruir con nuestra memoria o con la consulta de una hemeroteca, pero también a construir un ritmo muy apropiado para estos relatos: desde el lunes 1 de julio hasta el domingo 7 de julio, con un epílogo que nos lleva al 13. La tensión, por lo tanto, se acrecienta con el tiempo marcado sabiamente en la estructura.
El arranque de la novela es magnífico. En la madrugada, Torca asiste a la recuperación del cadáver de una joven, clavado en un bloque de hormigón y arrojado al río Manzanares. La descripción es muy lírica:
La muerte es una sirena andaluza con la cola forrada de hormigón. Una sirena de ojos abiertos y pechos mecidos por la corriente, que seduce a peces y buzos.
El lector se enfrenta, desde el primer párrafo a los enigmas esenciales de este misterio: quién es la joven, quién la asesinó y arrojó así al río, qué razones tenía para hacerlo y, desde la primera página, qué tiene que ver Juan Torca con todo ello. Y ya no podrá soltar la novela.
Continuaremos con el comentario en los próximos jueves.
La sirena de Gibraltar se ambienta en la España contemporánea ("Esta novela de Juan Torca trascurre en 2012. Los hechos narrados pertenecen a la ficción, la menos virtual de las realidades", dice la nota inicial) y añade sabias dosis de un retrato social con la puesta en juego de pasiones humanas nobles e innobles. La historia está muy bien trazada y mantiene el interés hasta el final, no solo para los amantes del género. Es parte de esta estructura la dimensión temporal que ayuda, por una parte, a anclarla en unos momentos que podemos reconstruir con nuestra memoria o con la consulta de una hemeroteca, pero también a construir un ritmo muy apropiado para estos relatos: desde el lunes 1 de julio hasta el domingo 7 de julio, con un epílogo que nos lleva al 13. La tensión, por lo tanto, se acrecienta con el tiempo marcado sabiamente en la estructura.
El arranque de la novela es magnífico. En la madrugada, Torca asiste a la recuperación del cadáver de una joven, clavado en un bloque de hormigón y arrojado al río Manzanares. La descripción es muy lírica:
La muerte es una sirena andaluza con la cola forrada de hormigón. Una sirena de ojos abiertos y pechos mecidos por la corriente, que seduce a peces y buzos.
El lector se enfrenta, desde el primer párrafo a los enigmas esenciales de este misterio: quién es la joven, quién la asesinó y arrojó así al río, qué razones tenía para hacerlo y, desde la primera página, qué tiene que ver Juan Torca con todo ello. Y ya no podrá soltar la novela.
Continuaremos con el comentario en los próximos jueves.
Noticias de nuestras lecturas
Mª Ángeles Merino nos introduce, en conversación paseada con Austri, en la novela de Leandro Pérez: ahí está todo para abrir boca, pero, sobre todo, que abunda más de lo que imaginamos las zonas intermedias entre lo bueno y lo malo...
Pancho continúa con la lectura de las novelas de María de Zayas que nos ha ocupado las pasadas semanas. Aquí nos trae un diablo burocrático y que se pica para ser bueno... y termina con María Dolores Pradera, que es un acierto.
Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos.
Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog, aunque en las últimas semanas no haya podido cumplir esta promesa por diferentes cuestiones que espero se vayan remansando en las próximas.
Información sobre el presente curso en el club en este enlace.
8 comentarios:
Interesante novela, pinta bien.
Gracias Pedro.
besico
Mavi
Hay muchos detalles en el libro (también como objeto físico, no solo como relato) que indican que el autor se mueve con solvencia en la red y entre los artilugios electrónicos de última generación. Si yo fuera amigo de lo ajeno, leería mucha novela negra. Yo creo que en algunos aspectos van por delante de los cacos.
Torca cautiva por ese frigo lleno de ecos. ¿Tiene tiempo a pararse a distinguir las voces de los ecos? Lleva una vida demasiado ajetreada, se mete en todos los jardines. Reparte estopa a diestro y siniestro, pero también recibe lo suyo.
También creo que el comienzo de la novela es espectacular desde la foto de la portada y la cita del Mio Cid. Los libros empiezan desde el principio como siempre nos has enseñado...
Un abrazo.
Esas zonas intermedias entre lo bueno y lo malo son las que nos desconciertan. ¿Es posible un Juan Torca en la vida real?
Todos, o casi todos, tenemos parte de bueno y parte de malo, totalmente de acuerdo. Pero...¿es posible tener una porción de buenísimo que conviva con otra de malísimo?
Yo soy de los "no amantes del género" y se me nota. Lo siento. Me parece más creíble el hijo de Juan Torca, Rodrigo Torca, el policia:
"Pero si te llamaron, si pensaron en ti para asesinarla, es por algo. Porque eres un asesino. Porque matas. ¿A cuántas personas has matado? ¿Las has contado' ¿A que para eliminar a alguien no contratan a la portera de casa o al panadero de la esquina?"
Un abrazo, Pedro.
¡El enlace a mi entrada, porfa!
Besos
Los amantes del thriller disfrutarán con esta novela.
Corregido, Mª ÁNGELES. Gracias por el aviso.
Gracias, Pedro.
Llevo casi cien páginas, en este fin de semana. Me está gustando, parece bien escrita, el argumento es actual y mantiene mi interés. Falta me hacía leer algo así.
Un abrazo
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