martes, 7 de noviembre de 2017

Incluso en su final la rosa es bella



Incluso en su final la rosa es bella,
cuando rinde su gesto
al otoño. Con suave
caricia la recojo
con temor de dañarla.
Todavía conserva
su aroma. ¿Ves? Es rosa hasta el final,
no necesita nada,
le sobro.
Qué delicada luz
la carne de la rosa
en este otoño extraño para el hombre.

© Pedro Ojeda Escudero, 2017


9 comentarios:

María dijo...

Una rosa nunca puede ser fea, ni siquiera marchita, ella tan solo se transforma.

Qué bonita entrada, Pedro.

Un beso.

andandos dijo...

Precioso poema, me ha gustado mucho. Otoño al fin.

Un abrazo

Paco Cuesta dijo...

Nos premia desde la plenitud.
Un abrazo

Amapola Azzul dijo...

Extraño otoño.
Un abrazo y feliz semana.

XuanRata dijo...

Se adensa su aroma al marchitarse, fermenta de manera elegante como el vino bueno, y su forma se libera.

Un abrazo.

Fackel dijo...

Obviamente, les sobramos a las rosas. ¿Residirá tanta belleza, incluso la de su estertor, en la fractalidad que la compone? Me gustó el poema.

Abejita de la Vega dijo...

y si la roaa no es una rosa en realidad

Campurriana dijo...

Preciosa rosa, que al marchitarse, recuerda la belleza que permanece.

Myriam dijo...

Siempre bella, tanto como tu poema.

Besos, Pedro, desde Madrid.