Dos uniones rotas. La primera, consistente como el hierro. La segunda, el cuidadoso atado que nace ya cuando se sabe que nada es para siempre pero se guarda la esperanza. Quizá por eso abandonaron la casa.
Es verdad, nada es para siempre, como los hijos cuando se hacen mayores y se nos van de casa, así lo siento yo, así me llega este mensaje, ay y que duro es ver que ya vuelan solos, pero es ley de vida.
Esto me hace pensar que a veces se confía más en el material débil para asegurar desuniones. Como si costara efectuar un encargo de un material más duradero.
10 comentarios:
Muy sugestivo y simbólico.
=)
Es verdad, nada es para siempre, como los hijos cuando se hacen mayores y se nos van de casa, así lo siento yo, así me llega este mensaje, ay y que duro es ver que ya vuelan solos, pero es ley de vida.
Me gusta la imagen.
Besos.
Suscribo al comentario de Mónica.
Besos
Uniones cada vez más débiles, una metáfora de tantas cosas.
Un abrazo
¿Qué aguanta más una unión de paja o una de hierro?
Eso se llama sacarle punta a la realidad aunque a veces sea un simple problema de oxidación el que la justifique.
Una unión verdadera.
Las uniones pueden ser de diferentes ataduras y la puerta de la casa siempre quedará, por si alguien quiere o puede abrirla.
Interesante foto
Besos
Esto me hace pensar que a veces se confía más en el material débil para asegurar desuniones. Como si costara efectuar un encargo de un material más duradero.
Espera-nza y no desistir en el intento.
besicos
Mavi
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