Las tormentas de estos días han lavado las hojas de los árboles y el verde cobra matices: las hojas de los castaños, los erizos, las hojas de los robles y nogales. Y el cielo azul. La fuerza del agua ha descarnado los caminos, dejándolos en el terreno apelmazado por los pies de los caminantes y la piedra. El terreno tiene las marcas del agua, cárcavas como heridas abiertas y recientes. Bajo la hierba vieja agostada por los calores han surgido brotes verdes, los helechos se adensan y dotan de misterio de siempre al monte. Ando estos días refugiado en la sierra terminando trabajos pendientes pero en la mañana temprana y fresca la sierra es una llamada que me adentra en lo que nunca debería haber olvidado. Hacia la umbría el bosque, como un cuento.
8 comentarios:
La naturaleza siempre nos llama y nos acoge.
La vida es color, sólo el hombre es gris.
Saludos,
J.
Por estas latitudes nos ha lavado poco, los guarros no han podido limpiarse, eso si, viento por un tubo.
Los helechos. Creo que surgen donde apenas llega la luz. Yo tengo poca cultura... de naturaleza, la de sentido común, creo, pero mi mujer sí la tiene, y parte de su familia montañesa también. Es un placer ir con ellos por bosques espesos, porque conocen las plantas, los arbustos, los árboles, los ruidos, las setas,los excrementos, los animales pequeños, medianos y grandes... todo. Me alegro de que estés refugiado en la sierra terminando trabajos pendientes, esos que casi nunca terminamos del todo.
Un abrazo
Buen paisaje para meditar..
=)
Ella es sabia,aunque se enfade de vez en cuando, con toda la razón...
Que pases un feliz verano hasta la vuelta.
Un abrazo.
Colores que huelen a humedad.
Como un cuento,
con sensación de frescura.
Besos
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