Como avena silvestre tu cabello
en la mañana húmeda de la sierra de Béjar.
Ayer llovió con hambre ferocidad de otoño,
con los robles hincándose en las nubes;
hoy brillan los nogales ya cargados de frutos,
las peñas espejadas y los silbos del viento.
¡Qué limpia se despeina la melena
pajiza al sol que lame la montaña
cuando tu boca dice
frescor de agua profunda
y verde!
© Pedro Ojeda Escudero, 2017
7 comentarios:
El poema es bellísimo como bellísima,
su destinataria. ¡Enhorabuena!...
y que continúe por siempre inspirándote
como nosotros leyéndote,
Besos x2
¡Pues sí,
la rubia de verde mirada
ha de estar totalmente desmayada!
(Yo lo estaría).
Besos.
;)
Todo tiene su encanto: la tormenta y la calma posterior, pero tus palabras, sutilmente elegidas, lo incrementan más, si cabe.
Un abrazo
O cuando la naturaleza nos proporciona los elementos de las metáforas que hacemos nuestras, que unimos a nuestra propia naturaleza sensorial. Qué estimulante poema.
Estoy con Edurne.
Creo que es preciosos y sentido.
Un abrazo
He apreciado por estas tierras lejanas a las mías todo lo que dices...aquí en Suecia, al sur, Skona, todo es asi....y se siente y se admira todo lo que aquí, maravillosamente, describes.
Gracias Pedro por tu presencia y sensibilidad.
Beso,
Ali
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