martes, 13 de junio de 2017

Homenaje a Azorín del Club de lectura de La Acequia y Alumni UBU


Ayer lunes los miembros del Club de lectura de La Acequia y de Alumni UBU (el nuevo nombre que ha adoptado la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos para identificarse con el resto de este tipo de asociaciones universitarias en un proyecto que fortalecerá sus relaciones) rendimos un sencillo homenaje a Azorín con motivo de cumplirse el pasado día 2 de marzo los cincuenta años de su fallecimiento. No estábamos todos, las fechas se adentran ya en el verano, los compromisos son muchos y el calor extremo de estos días no invitaban a salir a primera hora de la tarde.

El acto, hasta donde se me alcanza, es el único que rinde homenaje a José Martínez Ruiz, Azorín, por estas tierras en el presente año. Y no parece que en el resto de España se le recuerde demasiado. No está de moda leer hoy a Azorín, que es un ejemplo de prosa y tratamiento de la literatura como forma de comprender la realidad y el mundo. Por una parte, la razón puede ser el desapego creciente que sentimos los españoles por la cultura y por otra que a muchos se les atraganta o bien su conservadurismo en las últimas épocas de la vida o bien su voluntaria separación de las corrientes más populares, cosa que cultivaba tanto en su personalidad como en su obra. Hacen mal los que no leen a Azorín por estas razones. Su prosa es prodigiosa, llena de admirables hallazgos y siempre apasionante. Es, además, uno de los mejores columnistas de la historia de la prensa española tanto en la crítica cultural o en la lectura de los clásicos como en el retrato costumbrista de gentes y paisajes o en el artículo construido a partir de un pequeño cuento. También en la crónica de viajes. durante cincuenta años fue un nombre indiscutible en las páginas de los periódicos y sus artículos del ABC eran esperados por todos los lectores, incluso los más contrarios ideológica o estéticamente a sus posiciones.

El acto tuvo lugar ante las ruinas del Convento de San Francisco, en la calle de Azorín de Burgos. Tuvimos el privilegio de que Manuel Sancho, presidente de Alumni UBU y persona admirable en su comportamiento en todo tipo de situaciones, nos contara la historia de cómo se decidiera asignar esa calle a la memoria de Azorín cuando se abriera en 1988. Manuel Sancho fue uno de los que más impulsaron el hecho de que se nombrara así este tramo entre la calle de San Francisco y la de José Zorrilla. A continuación, hablé brevemente sobre las relaciones entre Azorín y Burgos (tema sobre el que en su día escribí un artículo) y leí el artículo Burgos, de 1946, que se incluyó en el libro La Cabeza de Castilla (publicado en 1950). Elegí el texto no solo porque aludiera a Burgos. Azorín veía a Burgos, como una ciudad entre española y francesa, abierta a Europa y cuidadosa con la naturaleza, pero elegí el artículo por este fragmento:

Y en suma, el Santo Patrono de Burgos es un francés: San Lesmes. Sobre su tumba, en su iglesia, está San Lesmes, con un libro en la mano, leyendo. Burgos, pues, está presidida por un lector.

Qué mejor manera de celebrar a Azorín en Burgos un club de lectura.


5 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Un pequeño pero intenso homenaje a Azorín, un gran escritor, con independencia de las ideologías. Allí estuvimos, escuchando y paladeando prosa de la buena, buena. ¡La cabeza de Castilla!

pancho dijo...

Cuando uno lee algo de Azorín tiene la sensación de estar ante la verdad revelada, la solidez de la piedra milenaria, la prosa auténtica, desnuda y sin artificios. La palabra precisa, rebuscada entre las miles del idioma, sin distorsiones, para dar el significado exacto. Prosa hipnótica. Por ejemplo: "A lo lejos, una campana toca lenta, melancólica. El cielo empieza a clarear indeciso. La niebla se extiende en larga pincelada sobre el campo. Y en el clamoroso concierto de voces agudas, graves, chirriantes, metálicas, confusas, imperceptibles, sonorosas, todos los gallos de la ciudad dormida cantan"
Hala, a ver si alguien puede mejorar este comienzo de "La voluntad."
Siempre pionero. Sombrerazo por esta iniciativa.

Ele Bergón dijo...

Se os ve a todos en la foto muy sonrientes y fresquitos.¡ Qué pena! No me pude acercar, andaba por los calurosos madriles. Me hubiera gustado mucho compartir con vosotros la lectura de "Brillante" y el homenaje a Azorín.

Besos

andandos dijo...

En su pueblo sí lo tienen presente, por lo que veía en facebook de Monovar. Hubiera sido un gran fotógrafo, sin duda. Leí hace poco "Castilla", que me impresionó. Es increíble su olvido.

Un abrazo

Myriam dijo...


Linda foto grupal.

Abrazos múltiples