En la noche, los puentes sufren cambios
que te hacen recorrerlos con urgencia.
Te abrigas y recoges con las manos
el cuello del abrigo. Del petril
esperas ver saltar todas las cosas
de las que no quisiste los recuerdos.
Aceleras el paso. Ya has cruzado.
Estás libre, por esta vez, del miedo.
© Pedro Ojeda Escudero, 2017
7 comentarios:
Es la noche...no el puente, esa que nos acoge y desata nuestro miedo.
Hay que pasarlos cuanto antes, estar en ellos, propicia la locura y el suicidio.
El Malatos tiene muchas horas.
Una buena foto, para ver lo que habla un puente. Cada vez que pasas de un lado al otro, te alivias del miedo que hablas.
Fíjate que nunca me han dado miedo los puentes,
sino todo lo contrario: para mí conectan, enlazan,
quizás porque crea que siempre vale la pena luchar,
hasta el último suspiro.
El poema es precioso.
Besos
Sí, es un poema donde expresas muy bien el miedo. A mí me da ya un poco recelo cruzar el puente de día y con personas a mi alrededor. Hace mucho que no cruzo un puente por la noche en soledad, si a la vez está lloviendo, creo que lo cruzaría, no hay más remedio, pero, efectivamente me salvarían los recuerdos.
Besos
¿Sabes qué en Burdeos el agua va en sentido contrario por la noche que por el día? Añade esto a la inquietud de cruzar el puente.
Un abrazo
Publicar un comentario