Por mi tierra han comenzado a florecer los almendros. Tímidos y delicados. Un año más y con qué cuidado sutil que te hace cuestionártelo todo: qué eres, qué quieres, qué necesitas. No deja de asombrarme. Me ha soprendido así, en mitad de la noche y de una cierta tristeza. ¡Y qué fogonazo de blancura, qué nuevo siempre! Qué promesa de vida, de campo ya hacia la alegría y la luz, que te nace dentro.
7 comentarios:
Eres un romántico.
Por estas tierras del sur aun no han estallado, se encuentra calentitas en sus yemas.
Por aquí también están floreciendo, para sorpresa mía. La de cada año (no olvides que cada día viajo por un entorno rural que cambia). Es como un juego: ¿qué árbol es ese que veo y no conozco, algo fruto de mi cultura lacustre, o sea, con muchas lagunas elementales desde hace años.
Un abrazo
¡¡Cuánta sensibilidad resumas!!
¡Qué belleza!
Cuando he vuelto de nuestra tierra a Madrid, me he encontrado con todos los almendros en flor e incluso algunos prunos, también están llenos de sus flores rosas. La ansiada primavera, ya llega...ya llega....
Besos
Ganas tengo ya de olerlos y sentirlos, por aquí aún luce el invierno.
Besos.
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