Hemos perdido el miedo a la noche. A esta de hoy y a todas. Quizá es la batalla más constante y larga que hayamos dado como especie: conquistar la noche, burlarnos de ella, iluminar hasta el exceso, echar luz a las sombras. Y nos parece que la hemos ganado. Tenemos mucho de vanidad soberbia. Hasta que todo falla, claro, y volvemos al miedo.
8 comentarios:
Hay interesados en que el miedo sea permanente, comienzan con el tio del saco, luego que si pierdes el trabajo para finalmente decirte lo malo que es morirse.
A mí esta noche no me gusta nada y mañana día de los santos mucho menos, son días tristes.
Me gustó el comentario de Emilio, y estoy de acuerdo en lo que dice.
Un beso.
Siempre todo puede fallar. Todo menos el miedo, claro.
Saludos,
J.
Hay noches de los tiempos históricos a las que hay que temer más que nada. Hay noches de nuestro tiempo personal nada fáciles de superar. No soy optimista. Y, sin embargo, hay que anhelar la luz.
Supongo que tenemos que procurar que la luz nos dé de cara...
Sobrevivimos con neones mientras esperamos el amanecer de un tiempo sin oscuridad...
Abrazo
Confiamos mucho en la técnica. Apagas la luz y ya es de noche. El clima, al menos por ahora, no parece dispuesto a dejarse dominar, más o menos igual que cuando ves venir una tormenta, o la veías venir hace treinta años y sabías que no podías hacer nada: el agua caerá donde quiera y seguirá los caminos que ha seguido siempre.
Un abrazo
Eso parece que hemos perdido el miedo a la noche, en especial en las grandes ciudades. Ayer llovía en Madrid y las calles lucían abarrotadas de gente que iba y venía por las aceras con los paraguas y chubasqueros, pero ...¿ es solo una apariencia?
Besos
Los demonios ya andan sueltos...
Besos, Pedro.
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