A veces
dan ganas
de quitarse las botas
y dejar el camino.
Pero solo el tiempo justo para reponer fuerzas y volver al camino y al mundo. Fajarse en el combate de estos tiempos en los que la política se ha convertido en el arte de justificar las finanzas de los otros.
dan ganas
de quitarse las botas
y dejar el camino.
Pero solo el tiempo justo para reponer fuerzas y volver al camino y al mundo. Fajarse en el combate de estos tiempos en los que la política se ha convertido en el arte de justificar las finanzas de los otros.
8 comentarios:
A veces dan ganas de dejar el camino, pero tal y como esta el mundo, mejor dejarse las botas puestas por si acaso hay que empezar a correr.
Besos.
Del camino solo podemos apartarnos por el tiempo justo de mear con un poco de intimidad.
Así es... y de tan sencillo, difícil...
;)
Un beso, Pedro.
Yo solo tengo ganas de quedarme en el camino, como mucho, volver a mi castillo que es mi casa.
Saludos
Buenos días, profesor Ojeda:
Dan ganas. Y de olvidarse de las botas, y andar descalzo…
Pero, los que todo lo ambicionan, poseen y controlan, ni eso permitirían.
Saludos.
Te entiendo muy bien Pedro; esas ganas de quitarse las botas me resulta familiar, pero hay que echarle... moral y "si hay que morir" que sea con las botas puestas...
Abrazo
Tendemos los fotógrafos a tratar de corregir estas dominantes azuladas que a menudo invaden nuestras fotos. Me doy cuenta de que es un error: es el color de las sombras, el color de la humedad, el color del silencio.
Un abrazo.
Después de años de hacer, gradualmente, el Camino de Santiago, he visto que hay personas que hacen, indefinidamente, el Camino, ida y vuelta, o solo ida. Podría ser una opción de vida interesante, no lo dudo. A veces fantaseo con esa opción. Irrealizable, aplicando el principio de realidad.
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