Estamos desvalidos. Ante el sol
que declina en la tarde del otoño,
de este otoño en concreto. No cumplimos
nada de aquello, somos sombras solo
de lo que prometíamos. Quizá
en la postpuesta pueda volver todo
a su primer origen, la esperanza,
o quizá nada sirva
-nada-
y sea necesario
dejar que el sol decline, lentamente,
en esta tarde,
en este otoño.
© Pedro Ojeda Escudero
5 comentarios:
He ahí un grato margen en el que detenerse y alimentarnos.
La vida es un renacer constante... un rehacer constante... carga y descarga y carga y descarga y carga... y así una y otra vez... hasta que seamos capaces de "soportar" la luz siempre despiertos sin perder la razón...
Abrazo.
El sol que declina y ver los caminos plagados de hojas secas es lo más hermoso del otoño.
Saludos
Pues aquí ha venido una nube gris.
Besos.,
A la esperanza siempre hay que dejarle aunque sea un resquicio...
;)
Un beso, Pedro.
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