martes, 22 de marzo de 2016

El juego y los títeres, exposición central de la Feria del libro antiguo y de ocasión de Valladolid


No puedo resisistirme a una Feria del libro antiguo y de ocasión. La de Valladolid, organizada por la Asociación de libreros de viejo y antiguo de Castilla y León, cumple 24 ediciones y abre las casetas al público hasta el 10 de abril. Me encontraréis por allí estos días, rebuscando entre los libros a la espera de hallar algún tesoro aunque cada vez son menos porque estos se guardan para otras ocasiones que no son las ferias, como todos los aficionados sabemos. Desde hace muchos años, en estas casetas lo que se pueden hallar son libros de ocasión, restos de ediciones, antiguas colecciones de quiosco, reproducciones pseudofacsimilares, etc. Nada de gran valor para coleccionistas y bibliófilos pero mucho para aquellos que buscan un determinado libro a buen precio o un título que se les pasó hace años.

Lo que no se debe perder ningún visitante de esta Feria situada en el Paseo Central del Campo Grande (que no en la Acera de Recoletos como dice erróneamente toda la publicidad) es la carpa dedicada al mundo de los títeres y la literatura infantil. Del 18 al 20 se dio en ella un Simposio sobre ese tema y hasta el domingo 10 de abril se celebran diferentes actuaciones de compañías de títeres y cuentacuentos.

En la carpa se ha instalado una recomendable exposición, El juego y los títeres. Papeles, libros y otros documentos sobre los títeres en España, comisariada por los Titiretos de Binéfar (sin duda, una de las compañías españolas más interesantes dedicada a este mundo), de los que proceden los fondos expuestos. No se centra la exposición en títeres profesionales sino en materiales domésticos, juegos infantiles, publicaciones (Pinocho, Pipo y Pipa, Macaco, etc.) y otros elementos que servían para que las familias se entretuvieran montando su propio espectáculo de títeres en casa: desde unos sonajeros hasta teatros de sombras o de papel y cartón con una calidad sorprendente. En las primeras décadas del siglo XX estuvo de moda esta afición a los títeres y el teatro doméstico, que despertaban la imaginación, divulgaban obras literarias y personajes (en la exposición hay una deliciosa escena de Sancho Panza como gobernador de la ínsula de Barataria), fomentaban la creatividad de los niños y, sobre todo, permitían una diversión para toda la familia o un grupo de amigos. Hubo un negocio editorial que fomentó esta diversión y surtía de personajes recortables, telones de escenario, teatros completos y libretos de historias pero no eliminó las variantes más económicas de los títeres elaborados por los padres o por los propios niños. No era una nonada: García Lorca se aficionó al teatro en estos teatritos y escribió varias obras para títeres que él mismo representaba para sus sobrinos; Francisco Nieva recuerda en sus memorias cómo se despertó al mundo del espectáculo teatral con estos mismos teatros caseros.

Una parte sustancial del recorrido de la exposición rinde homenaje al creador de Pinocho y Pipo y Pipa, el madrileño Salvador Bartolozzi, un artista injustamente caído en el olvido y que en los años veinte y treinta del siglo pasado fue muy popular y prolífico. Sus historias de Pinocho llegaron a sustituir en fama, iconografía y recuerdo a las del original de Carlo Collodi. Durante décadas, para los españoles Pinocho fue el Pinocho de Bartolozzi. Y no está mal elegido ese motivo central de la exposición. Como recordarán los vallisoletanos con cierta edad, los personajes de Bartolozzi eran las figuras centrales de lo que algunos consideran el primer parque temático infantil del que se tienen noticias. El parque del Poniente, construido en 1863, se reformó en 1933 para convertirlo en exclusivo recreo para los niños y en las entradas estuvieron las estatuas de personajes de los cuentos infantiles hasta que el vandalismo consiguió, a finales del siglo XX, que desaparecieran.

No dejen de ver esta exposición. Pregunten por las visitas guiadas y gratuitas que realiza Isabel Benito. No se arrepentirán, aunque no vayan con niños.

Sobre los títeres en España recomiendo visitar los Documenta títeres y el clásico libro de J.E. Varey, Historia de los títeres en España (desde sus orígenes hasta mediados del siglo XVIII) . Muy interesante la aportación de Federico Corriente recordando para España la herencia oriental en este tipo de espectáculos.

3 comentarios:

andandos dijo...

No hace falta que te diga nada de los Titiriteros de Binéfar, los he visto muchas veces y son buenos, si los ves lo verás. Y buenas personas, eso también.

un abrazo

Myriam dijo...

Me das ideas para mis nietas :-)

Beso

Campurriana dijo...

Pedro, me gusta cómo acaricias las letras.