domingo, 31 de enero de 2016

Y al mar se llega siempre


Y al mar se llega siempre cuando la luz guarda las cosas con delicadeza. Como si las envolviera entre algodones para que nos estuvieran esperando, intactas, al día siguiente. Una a una: la barca, el azucarero heredado de la familia, la piel sonrosada. Me las entrega con un gesto y yo las tomo, con tanto miedo de que no se me caigan.

sábado, 30 de enero de 2016

Aquí la primavera no aguarda el permiso de los fondos de inversión


Porque antes de alcanzarte me detengo
en las marismas, verde intenso el aire
me llega la primavera.

En mi búsqueda del mar -de otro mar futuro- llego a las marismas de Ayamonte. Anoto: aquí la primavera no aguarda el permiso de de los fondos de inversión. No sé durante cuánto tiempo podrá resistirse. Monte arriba voy silbando. Qué poco pesan las cosas cuando tan de mañana has ajustado el día.

viernes, 29 de enero de 2016

He venido a comprobar si aún existe el mar


He venido a comprobar si aún existe el mar. Es un miedo irracional de los que somos de tierra adentro: que un día lleguemos al mar y ya no exista. No he llegado aún, me he quedado aquí, en Punta del Moral, atrapado por un sueño, como si no quisiera llegar a la orilla y encontrarme la certeza de que alguien, durante la noche, hubiera huido con el mar en un saco, dejando al escapar un reguero de agua salada y una bandada de gaviotas y en su lugar hubiera rellenado las fosas marinas con plásticos y bolas de gomaespuma pintadas de azul cobalto y verde esmeralda.

jueves, 28 de enero de 2016

Calderón es un clásico, pero no un contemporáneo. A propósito de El Alcalde de Zalamea y noticias de nuestras lecturas.


Tenemos que ser conscientes, cuando nos enfrentamos a una obra de teatro barroca, que lo que nosotros leemos o vemos como espectadores difiere notablemente de la comedia concebida por sus autores o recibida en la época -lector o público teatral-. En primer lugar, la trasmisión textual -salvo que dispongamos de un autógrafo e incluso en estas ocasiones- interviene continuamente en el texto para adaptarlo a la compañía o al momento de la representación. Cada cierto número de años, además, las obras sufrían una trasformación. Esta podía ser tan radical que ya no debemos hablar de adaptaciones sino de versiones o de obras nuevas. En segundo lugar, tanto la concepción de la obra, su puesta en escena y su recepción difieren de cualquiera de nuestras representaciones. Todo es diferente: la estructura en tres jornadas, la forma de concebir la función -intercalando obras menores-, la concepción de la compañía, la manera de representar las obras, la adecuación del mensaje de la comedia con el público que asistía a los corrales, etc.

De hecho, debemos pensar en la misma tradición textual de la obra que nos ocupa. Partiendo de una obra anterior de Lope de Vega, Calderón construye la suya que sufre, a lo largo de los siglos, trasformaciones significativas. Incluso en el título, puesto que esta comedia fue conocida durante mucho tiempo como El garrote más bien dado, que pone el acento en el momento escénico clave del drama y en su mensaje ideológico. Cuando nos acercamos a El alcalde de Zalamea, todo nos tienta para que saquemos conclusiones propias más de nuestra ideología que del propio texto. Es fácil leer, incluso en documentos académicos, lecturas feministas o revolucionarias. Ni Calderón era feminista tal y como concebimos hoy este concepto ni mucho menos revolucionario. El texto es una obra plenamente barroca, defensora del sistema estamental del momento y de la visión teológica del mundo en el que cada estamento tenía su misión y cada individuo su lugar. Lo veremos a lo largo de estos comentarios.

Esto no quita que, como ha sucedido a lo largo de los siglos, propongamos nuestra propia visión de la obra e incluso la escenifiquemos conforme a nuestros planteamientos teatrales e ideológicos. Pero eso no es Calderón, sino una obra diferente aunque tenga las palabras de Calderón. Es lícito, pero no deberíamos esconderlo ni hacer declaraciones que conviertan a Calderón -o a Lope- en un contemporáneo nuestro. Son autores y textos clásicos y, como tales, resisten su lectura a lo largo de los tiempos y permiten que cada época los lea de una manera o de otra. Pero no, no son nuestros contemporáneos.

Hay suficientes ediciones disponibles en el mercado en papel y en formato electrónico. Os recomiendo aquellas que vengan acompañadas de prólogo y notas a pie de página. En Internet podéis encontrar una fiable y gratuita en el Portal que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes dedica al autor en este enlace.

Noticias de nuestras lecturas

Paco Cuesta comienza con fuerza esta lectura: plantea una de las claves fundamentales para comprenderla, el concepto del honor. Pasa después a analizar, con acertados toques de actualidad, una de las claves de la obra: la construcción del texto y la autoría.

Pancho escribe sobre la vida de Calderón para, acto seguido, llevarnos a la jornada primera de la obra: la ilumina, haciéndonos del autor una persona que experimentó aquello de lo que habla. Entrada más que oportuna.

Hasta cocinando no puede dejar de llenar la cabeza de literatura y secundarios Mª Ángeles Merino. Si queréis saber por donde sale ahora para comentar este drama os aconsejo que no os perdáis su informada y divertida entrada.

Gelu comienza su comentario de la obra situándonos en el conflicto del honor y el individuo, bien documentada, como siempre.  Y en su otro blog nos regala la información y todo tipo de materiales sobre una de las adaptaciones más populares de la obra, la película estrenada en 1954 y dirigida por José Gutiérrez Maeso, algo convencional a la hora de afrontar el drama como era habitual en aquella época del cine español



Paco Cuesta termina con acierto su lectura de Los Pazos de Ulloa proponiendo una síntesis de objetivos buscados por doña Emilia Pardo Bazán y que justifican los toques folletinescos de la novela.

El listado de lecturas para lo que queda de curso, en este enlace.

miércoles, 27 de enero de 2016

Agua Shock de Edward Burtynsky: una oportuna reflexión sobre la relación del ser humano con el medio ambiente


"Tenemos que aprender a pensar más a largo plazo sobre las consecuencias de lo que estamos haciendo, mientras lo estamos haciendo...", dice Edward Burtynsky, como recoge el folleto de esta magnífica exposición que se muestra por primera vez en España y que es del todo punto aconsejable (Agua Shock, en la Sala Municipal de Exposiciones de San Benito de Valladolid hasta el 6 de marzo).

La idea central de la obra de las últimas décadas de este fotógrafo canadiense es precisamente esta, hacernos reflexionar a partir de la obra artística sobre el impacto que la acción humana tiene en el medio ambiente tanto para bien como para mal, pero sin esperar a que observemos los resultados últimos. Es fácil comprender cómo determinadas actividades humanas condujeron a catástrofes medioambientales hace un siglo, lo que debemos demostrar como especie es que somos capaces de entender los efectos de nuestras acciones presentes sobre el ecosistema a largo plazo y actuar en consecuencia alejándonos de egoísmos y falsos espejismos del progreso. El ser humano, en la historia moderna, ha solido actuar con ceguera provocada por intereses geoestratégicos, económicos y de poder. Lo normal es que no hayamos querido ver lo que nuestras acciones provocaban en el medio ambiente o que nos hayamos dejado seducir por intereses propagandísticos de quienes controlan interesadamente los poderes fácticos. Durante demasiado tiempo hemos pensado que aún había tiempo para solucionar los desastres que nuestra industrialización y urbanismo causan en nuestro entorno. Apenas llevamos décadas comprendiendo el mundo como algo global y estudiando cómo lo que sucede en una región concreta afecta a otra situada a miles de quilómetros.

Por eso es muy interesante el proyecto Agua Shock de Edward Burtynsky. Usa su extraordinaria calidad artística y técnica para situarnos ante la reflexión sobre nosotros mismos. Sus fotografías atraen por el impacto visual y se fijan en nuestra mente por el debate que nos suscitan. Desde el 2009 hasta el 2014, este fotógrafo ha recorrido el mundo captando imágenes del impacto de la acción humana en relación con el agua, uno de los elementos fundamentales para la vida en el planeta. Hay imágenes que nos muestran la mejor forma de optimizar este bien de todos, pero la mayoría nos enfrentan con los efectos negativos provocados por el ser humano. Todas ellas son de una hermosa e inquietante belleza, todas ellas nos implican y nos preguntan. Porque ya no estamos ni siquiera en el largo plazo: la reflexión debe conducir de forma urgente a la acción y a la demanda de soluciones concretas e inmediatas que impidan que continúen los desastres medioambientales y la privatización interesada de la gestión de un recurso que es de todos y que no deberíamos dejar que fuera controlado por los intereses económicos de unos pocos. De hecho, el agua será pronto la gran preocupación de toda la humanidad, no solo de unas zonas geográficas concretas. Y Burtynsky contribuye eficazmente a un debate que nos atañe a todos.

martes, 26 de enero de 2016

Mañana buscaré el sol


Mañana buscaré el sol para hacerte
trenzas de azahar, un barco de luz
y una casa de brazos y palabras.
Y guardarlo, chiquito, entre tus manos
para las noches más tristes y amargas.

lunes, 25 de enero de 2016

Cinco años del Club de lectura presencial


El 25 de enero de 2011 se celebró la primera sesión del Club de lectura de La Acequia en su formato presencial. En Internet, el club de lectura había nacido el 24 de abril de 2008 con la primera lectura colectiva y completa del Quijote de Cervantes en la que se utilizaban los recursos de la web 2.0 y que terminó en diciembre de 2010 ante una olla podrida sanchopancesca que compartimos todos los que pudimos acercanos a Ibeas de Juarros.

A petición de muchos de los colaboradores en aquella lectura, me había decidido a continuar el proyecto. En esas estaba cuando a finales del año 2010 recibí en mi despacho la visita entusiasta de varias personas de la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos proponiéndome la creación en la Universidad de un club de lectura. No sabía yo todavía que la AAAAUBU se iba a convertir en un apoyo constante y fundamental hasta el punto de que hoy no se puede entender el Club de lectura sin ella hasta el punto de que puede denominarse de una u otra manera. Uno de mis objetivos desde entonces fue hacer confluir ambos formatos. Las entradas de los jueves en este blog y las que publican los blogs asociados son fuentes de referencia para los lectores del formato presencial. Y las actividades programadas gracias a la AAAAUBU han deparado encuentros entre los que colaboran en uno y otro formato y a fecha de hoy, en las reuniones mensuales, varios lectores participan de ambos desde el primer título que leímos conjuntamente (Inquietud en el paraíso). La lista completa de títulos puede consultarse en la columna de la derecha de este blog.

Durante el curso, una vez al mes nos reunimos para comentar las obras sometidas a lectura. Las reuniones han resultado siempre muy interesantes y la variedad de opiniones y aportaciones de todos los miembros redundan en beneficio de todos. Incluso para mí. Una de las cosas que he aprendido con esta experiencia es a comprender que solo desde la suma de perspectivas muy diferentes puede comprenderse bien cualquier obra literaria porque su recepción es parte de ella y nadie, por muy especialista que sea, tiene todo el conocimiento sobre ella.

Pero un club de lectura de vida tan larga y actividades diversas como este proporciona mucho más que el placer de leer en grupo. Desde el año 2011 han ocurrido circunstancias personales de todo tipo entre los lectores y el grupo ha funcionado también como un apoyo para todos. Si hablo por mí, no puedo más que estar agradecido a la constancia en el cariño en alguno de los momentos más duros de mi vida.

Sé que todos los que participan en el Club de lectura en su formato presencial comprenderán que personalice en Paloma Fernández-Villa mi agradecimiento. Sin su trabajo eficaz, su entrega y su cariño nada hubiera sido posible. Yo puedo hablar de la forma en la que ha llevado alguno de mis silencios y del apoyo constante y el entusiasmo que desarrolla en cada una de las ideas.

Desde aquel 25 de enero de 2011 hemos leído 40 títulos. Impuse una norma para el club de lectura: leeríamos siempre obras escritas en español y alternaríamos entre autores vivos y clásicos y entre todo tipo de géneros. No porque no crea en la necesidad de las obras traducidas, sino porque considero que una de las diferencias de este club de lectura es que comprende la obra en su forma original. También quise que no nos olvidáramos de nuestros clásicos ni cayéramos en las redes de la novedad y los intereses editoriales. No son los interesados listados de libros más vendidos los que confeccionan el nuestro. Tiempo hay a lo largo del año para leer otras obras.

Otra de las características de este club son las actividades programadas a partir de las lecturas. Por una parte, los encuentros con los autores. He de agradecer que todos ellos se hayan prestado generosamente a desplazarse a Burgos para encontrarse con nosotros y pasar un tiempo que para los miembros del club es inolvidable: Laura Castañón, José Antonio Abella, Fermín Herrero, Diego Fernández Magdaleno. Óscar Esquivias debió haber sido el primero de todos ellos pero circunstancias personales me impidieron gestionarlo en su día. Esto va a ser subsanado este curso con su presencia en un encuentro en el próximo mes de marzo. Todos estos encuentros se han celebrado en abierto, con la asistencia de todos los interesados.

A partir de las lecturas comenzamos a viajar. Primero nos trasladamos a Valladolid para seguir la ruta urbana en la que se desarrolla El Hereje de Miguel Delibes, luego a Aranjuez, que es el escenario de las últimas páginas de El río que nos lleva de José Luis Sampedro, y el curso pasado al norte de África para visitar los escenarios en los que se desarrollan Las crónicas de África de Núñez de Arce. En el presente curso están organizados dos viajes: uno a tierras quijotescas para conmemorar el año cervantino y otro a la Provenza francesa.

Sigamos leyendo juntos. Es una experiencia muy provechosa y compatible siempre con la lectura en soledad. Doy las gracias a todas las personas que han pasado por el club durante estos años. Algunos han estado uno o dos cursos, otros se han convertido en un núcleo constante y verlos año tras año es una de las cosas más agradables de mi vida. Seguirá también, por supuesto, el club de lectura en su formato virtual.

domingo, 24 de enero de 2016

Poner orden en los papeles acumulados


Es curioso esto de poner orden en los papeles acumulados. Esta tarde de domingo ha sido la única en unos meses en la que me he podido dedicar a la tarea pendiente de ordenar papeles, acumulados durante semanas en las que no he hecho otra cosa que apilarlos por falta de tiempo. Hay muchas formas de entretener una tarde de domingo en la que se decide no salir a la calle y dejar pasar las horas muertas hasta que llegue el momento de acostarse.

Entre los paquetes, envíos de editoriales y amigos con novedades que he separado escrupulosamente en dos torres: libros que me interesan y libros que no me interesan. Dudé con uno de ellos, pero lo mal editado que estaba aquel poemario me convenció de que no me interesaba. Daré cuenta de los primeros.

Ente los papeles diversos hay de todo: facturas domésticas, circulares, cosas que imprimí para que no se me olvidaran y se me olvidaron. Algunos recortes de periódicos que van tirando a sepia con noticias o artículos que me parecieron relevantes y el tiempo se ha encargado de ponerlos en su sitio.

Sucede también con la bandeja de entrada del correo electrónico. Recibo tantos a diario en mis tres direcciones que no sería capaz de leerlos con calma a lo largo del día en el que llegan y me limito a echar un vistazo al remitente y al asunto para descartar la mayoría y dejar pendientes de contestación unos cuantos que terminan sepultándose en el olvido al pasar a la segunda o tercera pantalla. Pido disculpas si alguien me envió algo interesante de verdad y no he dado respuesta pero me comen los papeles.

Es curioso esto de poner orden en los papeles acumulados y darse cuenta de que lo urgente de ayer es lo insustancial de hoy en muchos casos. Tengo un documento en el que se me pide con toda urgencia algo relativo a mi trabajo que semanas después dejó de ser necesario sin que nadie tuviera el gesto de comunicarlo con la misma exigencia. Me salvó que no hice caso al apremio. Otro en el que un conocido me reclama no recuerdo qué porque era algo importantísimo que dejó de serlo tan pronto que al encontrármelo por la calle unos días después me dijo que me olvidara de aquello, que se había equivocado y no lo necesitaba y que se le había olvidado decírmelo. Ahí estaba todavía el papel para atestiguar la petición como una hoja que pidiera no haber sido escrita.

Tirar. Romper y tirar. Qué pocas cosas quedan después de que uno decide tener una tarde libre de un domingo para poner orden en los papeles. Qué pocas cosas.

sábado, 23 de enero de 2016

Hilachas del último verano


Todas las playas, en invierno, son estampas nostálgicas de otros tiempos. No sé por qué pero no hay futuro en ellas sino hilachas del último verano.

viernes, 22 de enero de 2016

Llegar antes de habernos ido.


Tenemos demasiada prisa para todo. Tanto que cuanto más cosas nos parece que hacemos para aprovechar el tiempo, más rápido se nos va la vida. Y nos parece un avance del ser humano llegar antes de habernos marchado. Terminaremos encontrándonos con nosotros mismos en el pasillo de casa al regresar de un viaje. Con cierta sorpresa nos cruzaremos las miradas mientras pensamos si debemos o no contarnos qué tal nos ha ido.

jueves, 21 de enero de 2016

¿De algo malo puede salir algo bueno? o el final de Los Pazos de Ulloa y noticias de nuestras lecturas


Cuando se termina la lectura de Los Pazos de Ulloa -sobre todo si se desconoce la continuación de la novela-, el lector se pregunta si es posible la bondad en tierras en las que no hay orden e impera la naturaleza más brutal. Se tiene la sensación de que en aquellas tierras la historia solo pasa para remover la superficie porque todo, en el fondo, sigue igual. Los dos grandes caciques han cambiado de partido político por la evolución de los tiempos pero permanecen enfrentados y repartiéndose el poder con artimañas poco democráticas y hasta delictivas, los sacerdotes y otros elementos propios de la iglesia católica intentan frenar el progreso según los nuevos tiempos mientras que los partidarios de este tampoco son ejemplos a seguir.

Ante el desorden de los seres humanos, imperan las normas de la naturaleza salvaje de aquellos pazos. A la casona de los Ulloa no llega la civilización ni el progreso en esta novela. Destruida la relación de fuerzas del Antiguo Régimen, la casa ha caído en decadencia, como la estirpe que le da nombre y cuyo último ejemplar es don Pedro. Esta decadencia provoca un vacío de poder civilizador y el dominio de las fuerzas más primitivas (de ahí el nombre del mayordomo): el sentido de la posesión de hombres y tierras, un sentido de la tradición cargado de componentes nocivos, las explosiones de furia, el poder de la sexualidad. Nada pueden oponer frente a ellas las personas de carácter débil, como don Julián o Nucha.

Sin embargo, hay un elemento diferenciador en Emilia Pardo Bazán. Ante la brutalidad del drama y los acontecimientos, la debilidad o la inocencia pueden convertirse en una fuente de esperanza. Es algo que la separa del naturalismo puro. En la espiritualidad de don Julián observamos una extraña fortaleza de la debilidad de su carácter. Con el final -casi epílogo- de la novela, la autora parece indicar que esa debilidad de don Julián, aunque no pueda evitar los dramas inmediatos que proceden de las explosiones de violencia, es la única opción de sobrevivir a tanta fuerza primitiva. Se sufre pero se triunfa finalmente. De hecho, los diez años que el sacerdote pasa en una parroquia en mitad de la nada lo convierten en un eremita, casi en un santo, que puede volver para intentar reparar algo de lo que ocurrió. Como si el sufrimiento que le provocó la debilidad de su carácter le convirtiera en un ser puro. Hay una pizca de ascetismo en la intención de este personaje, sin duda.

Finalmente, la escena final -preparada a lo largo de toda la novela- en la que vemos a los dos jóvenes hijos de don Pedro, abre la puerta a la esperanza. Doña Emilia parece querer encender una luz a los lectores a los que previamente ha sobrecogido con buena dosis de folletín truculento. Perucho y su hermanastra se encuentran un tanto por encima de la fealdad del mundo. Ya lo estaban desde el principio, a pesar de las circunstancias de sus vidas. De ahí su complicidad a lo largo de la segunda mitad de la narración, una complicidad que procede de la intuición y no del interés, que nace de la bondad de su carácter y que se ejemplifica en sus acciones y, sobre todo, en la belleza física de ambos. La autora parece contradecir aquí el naturalismo que quiere aplicar a lo largo de la novela diciéndonos que de algo malo puede salir algo bueno. La mirada que les dirige don Julián en las líneas finales es todo un síntoma de que doña Emilia no era capaz de mantener la tesis naturalista en todos sus aspectos. Para comprobar por dónde se decanta sería necesario leer La madre naturaleza...

Puede consultarse el interesante y documentado portal sobre la escritora alojado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (en este enlace), en el que se halla una buena edición de la obra (aquí). También aconsejo ver la excelente serie de televisión que adaptó la novela (en este enlace).

Noticias de nuestras lecturas

Paco Cuesta compara con cuadros de tonalidades diferentes la obra y los rasgos de personajes y acciones. Y acierta.

Pancho presta atención a la forma en la que trascurre el paréntesis de calma y en la manera en la que se describe la decadencia de estas casas solariegas ganadas irremediablemente por fuerzas naturales al dejar de prestar su función de ordenación del territorio. Después comenta la focalización de la narración a través de los ojos de Julián y los cambios que ocurren en la casona cuando acontece el embarazo de Nucha.

Gelu nos da la versión que de doña Emilia tenía José Sánchez Rojas. Y un pequeño regalo: el vídeo con las imágenes de la autora en 1920. Para no perdérselo.

Para aquellos que no pudisteis acudir a la reunión del club de lectura en su formato presencial (que mantuvimos el pasado martes), Mª Ángeles Merino hace la detallada crónica correspondiente. En ella podréis leer el debate sobre la actualidad o no de esta novela que para algunos lectores ha envejecido mal.

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis.

Nuestra próxima lectura: 
El alcalde de Zalamea, de Pedro Calderón de la Barca


Con la entrada de hoy cerramos el comentario de Los Pazos de Ulloa. Aprovechando que la Compañía Nacional de Teatro Clásico ha montado El alcalde de Zalamea y que podemos verlo en alguno de los teatros españoles del circuito habitual de la compañía, leeremos esta obra de Calderón de la Barca. Ya sé que muchos no compartís mi afición a leer textos teatrales y así me lo habéis hecho notar en otra ocasión, pero en esto soy muy tozudo... Hay suficientes ediciones disponibles en el mercado en papel y en formato electrónico. Os recomiendo aquellas que vengan acompañadas de prólogo y notas a pie de página. En Internet podéis encontrar una fiable y gratuita en el Portal que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes dedica al autor en este enlace.

Como curiosidad: "mi debut" en el teatro con una compañía profesional fue con la que formó Fernando Fernán Gómez en 1979 para poner en escena esta obra. Tenía yo 16 años y necesitaban figurantes locales en su paso por el desaparecido teatro de la Feria de Muestras de Valladolid (en el que tanto buen teatro vi en aquellos tiempos). Hacía de campesino.

--

Coro Entreaguas comienza muy acertadamente el comentario de El alcalde de Zalamea vinculando la obra con la violencia de género, algo permanente en la sociedad que está en el desencadenante del conflicto del drama.

El listado de lecturas para lo que queda de curso, en este enlace

miércoles, 20 de enero de 2016

Personas a las que quiero que me despresenten.



Hay personas que no saben conversar ni escribir sin soltar en cada frase el nombre de alguien que conocen y que tiene peso en la materia de la que se trata. A veces es para darse tono: jalonando sus palabras de nombres importantes quieren evidenciar que ellos también lo son y hemos de tenerlos en cuenta; otras ocasiones es para amedrentar al interlocutor y hacerle pensar que tiene muchos contactos. En realidad son personas que valen muy poco porque quien es verdaderamente importante no tiene necesidad de avalarse con nombres de conocidos salvo en ocasiones muy concretas y casi siempre en conversaciones privadas.

En mi profesión es muy frecuente. Algunos colegas sueltan retahílas de nombres insignes, políticos o escritores como si comieran con ellos a diario. Y siempre saben la última de unos y de otros y, por supuesto, ellos estaban allí cuando ocurrió tal o cual anécdota. Conozco una colega que se hizo un hueco en determinado lugar diciendo que era muy amiga mía. A esta colega hace muchos años que borré de mi agenda porque era un auténtico dolor de cabeza, pero ella insistió en su afirmación de lo muy amigos que éramos durante unos cuantos años. Otro sigue usando mi nombre a pesar de que yo le haya retirado el saludo porque no soporto a los covachuelistas que son serviles con el poder y soberbios con los débiles, los tiralevitas que son capaces de denunciar a sus venerables madres con tal de congraciarse con quien manda. En los círculos próximos ya no le sirve, porque todo el mundo conoce lo que hay, pero no deja de usarme fuera en cuanto puede.

Hay un caso en mi profesión que vaya donde vaya se hace fotos con todos -al estilo del pequeño Nicolás- y luego las cuelga en su Facebook y así parecer que conoce a todos y que todos le hacen caso y le estiman. Parece inocente, pero en su institución quiere hacerse imprescindible y las fotografías le sirven para eso. La última vez que coincidí con él en un acto público me escabullí haciéndome el distraído mientras me reclamaba a voces para que posara para una foto de grupo. Como no lo consiguió, publicó la única que tenía junto a mí puesto que interveníamos en la misma mesa. Así consiguió completar su álbum de fotos sin que yo pudiera hacer nada.

Es un tipo social muy interesante que uno debe siempre mantener lo más alejado posible. No hablo del que admira o quiere sinceramente a alguien y necesita un recuerdo que valora con cariño y sin otra intención sino de aquellos que luego utilizan el trofeo de tu nombre o tu imagen para llegar a otra persona. Sucede que luego tiran la escalera por donde subieron para que nadie pueda reconstruir sus pasos, confiados en la falta de memoria de muchos. Siempre hay un tanto por ciento de ellos lo suficientemente listos como para conseguir el objetivo del ascenso profesional o social o el nombramiento para tal o cual cargo gracias a ese álbum de fotos y listado de nombres. Como me dijo hace tiempo una amiga mía a la que echo mucho de menos, a este tipo de personas prefiero que me las despresenten.

martes, 19 de enero de 2016

Perderse gran parte de la grandeza del mundo


Atados a la imagen que tienen de nosotros. En la segunda parte del Quijote escrita por Cervantes, gran parte de los personajes conocen a los protagonistas porque han leído el primer volumen o porque han oído hablar de él. Se dividen entre los que quieren que don Quijote y Sancho se comporten según la idea que han sacado de su lectura y exigen de ellos que sean loco y simple y aquellos que dan tiempo a conocerlos y comprenden que tienen derecho a tener su propia personalidad más allá de la imagen que han construido de ellos y que esa personalidad puede cambiar con los tiempos y circunstancias. Son lectores a la antigua o lectores a la moderna. A don Quijote y a Sancho poco les afecta: actúan como son y responden a su propia voluntad de ser. Esta es una de las lecciones cervantinas. De ahí el famoso elogio a la libertad que exclama don Quijote apenas salen de tierras de los Duques.

Así nos quieren muchos: atados a la imagen que tienen de nosotros o a circunstancias de nuestro pasado que ya hemos superado o a lo que les han contado que somos. En España -no solo en España, en casi toda la cultura latina-, no aceptamos fácilmente que el otro sea diferente a lo que hemos pensado de él o que haya cambiado con respecto a lo que fue un día. En otras culturas, en cambio, se da un tiempo para que pueda definirse por sus propias acciones. Juzgar al otro como un objeto que debe responder a nuestra idea sobre él solo nos define a nosotros mismos. Pobre de aquel que ata así al otro porque en el fondo se está atando a sí mismo. Se está perdiendo gran parte de la grandeza del mundo.

lunes, 18 de enero de 2016

Cuando la fe mueve montañas (pero mejor ayúdate de una pala)


En la más que recomendable exposición temporal del Museo Nacional de Escultura de Valladolid sobre la figura de Santa Teresa de Jesús (Nada temas, dice ella. Cuando el arte revela verdades místicas), sobre la que hablaré otro día, se proyecta en la última sala el vídeo Cuando la fe mueve montañas, sobre el proyecto artístico del belga Francis Alÿs. Uno de los lemas de este artista es que "A veces hacer algo no conduce a nada" y con este motivo convocó el 11 de abril de 2002 a 500 personas en una zona desfavorecida de Perú con el objetivo de mover una duna de 500 metros de largo. La idea era moverla 10 cm. de su posición. Para sorpresa de quien esté leyendo esto consiguió que 500 voluntarios se presentaran en el lugar, tomaran una pala y trabajaran durante horas bajo un sol de justicia para dar cumplimiento al objetivo marcado. Un trabajo en apariencia inútil: en pocas horas el viento devolvería la arena removida a su lugar. El proyecto parecería, sin más, una estupidez o un simple divertimento artístico. Sin embargo, debemos contextualizarlo. Esa duna se movió a poco de salir del régimen de Fujimori y en unas durísimas condiciones sociales del entorno. Por una parte, proponerse mover una duna sin que sirva para nada sirve para mucho: el esfuerzo coordinado del ser humano para tareas absolutamente irracionales y sin sentido ha cambiado el mundo muchas veces. Incluso aunque se fracase, puesto que son semillas para el futuro. Un arte que no parece comprometido pero que lo es más que muchos otros que lo pretenden desde el inicio. En aquella ocasión era una verdadera forma de arte social, una iniciativa por la cual se visibilizó que la unión de muchos tiene un sentido. Aunque se tenga asegurado el fracaso. Pues eso, la fe mueve montañas, pero ayúdala con una pala y una fila de voluntarios.


(Doy las gracias a Jesús R. Martínez por corregir
 un dato erróneo en la primera versión de esta entrada.) 

domingo, 17 de enero de 2016

La madera es más cierta


En las viejas traviesas quedan marcadas las huellas del uso. Como miembros fantasmas se adivinan los raíles, los tornillos y otras piezas. El tiempo también. Es curioso, pero en ellas no han quedado registrados los sueños de las personas que viajaban por aquellas vías. Tampoco era necesario, la madera es más cierta.

sábado, 16 de enero de 2016

Los almendros han florecido en la Plaza de Santa Ana


Y me llamas para contarme que los almendros por allí han florecido. ¿Ya? Ya y es una locura el aire. Baja pronto, tienes que verlos, baja. Hasta la Plaza de Santa Ana llega tu voz por teléfono, llena de acentos y mares. Acabo de salir de la Cervecería Alemana. No estaba Ava Gadner pero estaba, ni el viejo Hemingway estaba. Me acerco a Federico para decírselo: han florecido ya los almendros, Federico. ¿Tan pronto? Tan pronto. Por aquí tardarán aún y más en mi tierra pero qué importa, por allá han florecido y me dan ganas de dar pasitos cortos de alegría. Es todo ya blanco y nuevo. Tu voz ríe desde el sur cuando me da la noticia. Y han florecido ya -blanco dulce tus ojos verdes al mirarlos- y la luz se alarga hacia la primavera.

viernes, 15 de enero de 2016

En la mesa de la cocina hacíamos los deberes y se me atragantaban las matemáticas


Como todo lo que hago me recuerda a ti no me importa que sea invierno. A veces vuelvo a casa con la nariz fría y me acuerdo también de mi madre, de las fajas de tubo que nos ponían a los niños en aquellos tiempos en los que en las casas de familias como la mía no había calefacción y la bufanda, bueno, la bufanda no, el verdugo. Colocaba mis manos tapándome la boca y la nariz y respiraba para que el aliento me calentara. Eran tiempos en los que se helaban los charcos durante días y semanas en las que se agarraba al suelo una niebla densa. Hasta que un día se levantaba y se resolvía en una tarde soleada y no era primavera pero lo parecía. Mi madre encendía a media mañana la económica con aquel carbón pero primero echaba hojas de periódicos atrasados y papeles y algún trozo de madera seca. Y en la chapa iba creciendo el sagrado enigma de los olores de las comidas llamándonos a la mesa y por la noche bailaban las castañas. En la mesa de la cocina hacíamos los deberes y se me atragantaban las matemáticas.

jueves, 14 de enero de 2016

Cuando la civilización parece triunfar. Un remanso de paz en Los Pazos de Ulloa y noticias de nuestras lecturas, con el listado para el resto del curso actual.


(Como sabéis, por acumulación de trabajo y necesidad de descanso, esta Navidad me salté un día en la publicación de los jueves del Club de lectura. Por este motivo el comentario de Los Pazos de Ulloa no se terminará hasta la semana que viene. El próximo martes día 19 tendremos la reunión habitual del Club de lectura en su formato presencial.)

La parte central de Los Pazos de Ulloa es un remanso en la tensión narrativa. Al final del primer tomo, don Julián convence a don Pedro para salir de sus dominios y buscar esposa en la ciudad. Todo bajo un lema: Dios sobre todo. Al enterarse de que Perucho es hijo del marqués, abre los ojos y se acoge a todo lo que le enseñaron en el seminario. Don Julián no tiene más fuerza que su inexperiencia en la vida y el ingenuo candor de su personalidad y quiere arrancar del lugar a don Pedro porque ha intuido que es allí en donde reinan unas fuerzas primitivas -el nombre del mayordomo de los Pazos es suficientemente explícito y no necesita explicación- que no puede controlar y que están en la raíz tanto del comportamiento del marqués como de la decadencia de la casa.

La estancia de don Pedro y don Julián en Santiago de Compostela y los primeros meses de regreso parecen certificar la oportunidad de la decisión tomada por el sacerdote: don Pedro, aun con sus modales toscos y un cierto ahogo que siente en la ciudad porque no encaja en esa vida, se comporta de otra manera y parece refinarse. En un momento determinado alude doña Emilia al poder civilizador de la mujer cuando es ella quien domina las relaciones sociales (cosa que no ocurre en la casa de los Pazos pero sí en la de los Lage). Y es lo que aparentemente sucede. Aunque no se enamora, don Pedro se casa con su prima Nucha al estilo de tantos matrimonios de aquellos tiempos: es más un cálculo que un sentimiento, una fórmula casi comercial de tratar las cosas de este tipo entre las clases acomodadas. Su elección de Nucha es significativa: de todas las hermanas es la única que no ha aceptado cortejos de otros hombres, ni siquiera suyo. También pesa la recomendación de don Julián. Don Pedro -ya lo demostró con Sabel- es posesivo en el terreno de las mujeres, calderoniano tal y como lo describe doña Emilia.

Durante un tiempo, el regreso a casa del matrimonio parece alimentar la esperanza de don Julián, que no deja de tener un sentimiento de cariño hacia Nucha, prendado por las bondades de su carácter. Sin embargo, el lector tiene los suficientes indicios para comprender que no durará: Primitivo ha tejido una red de poder todavía más fuerte que antes, amparándose en los tiempos revolucionarios que corren y parece un hombre al acecho, que espera su oportunidad de volver a gobernar sobre los instintos de don Pedro. Y la ocasión se presenta pronto. El momento del parto de Nucha saca lo peor del marqués, que abandona sus modales refinados. Desprecia a su mujer por no ser lo suficientemente fuerte para el trance del parto y la crianza. Y, sobre todo, porque la acusa de ser incapaz de darle un heredero varón. Las horas de espera rompen todo el barniz civilizado de don Pedro y estalla en él el furor de señor feudal que lo conecta con la tierra. Doña Emilia nos lo hace ver con la descripción brutal del ama de cría elegida por don Pedro: el tipo clásico de la vaca humana. Desde ese momento, intuimos el drama final.

Esta es una de las claves de la tesis ideológica de la novela. Es difícil sustentar el progreso de la civilización en entornos como el descrito en los Pazos de Ulloa. Sobre todo, claro, cuando la civilización es representada por una burguesía que ha perdido todo su afán revolucionario y una sociedad tan parada como la provinciana representada aquí por una ciudad a la que se llama, significativamente, pueblo. Las escenas del casino o los paseos por Santiago de la familia Lage son suficientemente esclarecedores.

Puede consultarse el interesante y documentado portal sobre la escritora alojado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (en este enlace), en el que se halla una buena edición de la obra (aquí). También aconsejo ver la excelente serie de televisión que adaptó la novela (en este enlace).  La lectura de Los pazos de Ulloa nos ocupará hasta el jueves 21 de enero.

Noticias de nuestras lecturas

Leyendo la entrada de Pancho al respecto, resulta más fácil comprobar cómo mueve los hilos doña Emilia para que la elegida para el matrimonio con don Pedro sea Nucha. Toda una forma de poner en evidencia la hipocresía decimonónica sobre el matrimonio. Pasa después a contarnos el remanso antes de la tormenta...

Gelu llega al final de la novela poniendo de relieve las frases y párrafos más relevantes. No os perdáis el último. Ni su acertado comentario final sobre la forma de escribir de doña Emilia.

Mª Ángeles Merino hace llegar a su narrador epistolar al capítulo clave en donde se nos desvela la verdadera fuerza que manda en los Pazos. Y el pobre tiene poco que hacer ante ella...

Listado de obras para lo que resta de curso
en el Club de lectura

Desde hace semanas tenía pendiente completar el listado de lecturas para lo que queda de curso. Os pido disculpas, pero me ha sido imposible sacar tiempo para  enhebrar antes títulos y fechas.  Por suerte, la espera ha facilitado que uno de los autores más queridos en este Club de lectura, Óscar Esquivias, saque libro en las próximas semanas y podamos traerlo aquí de forma inmediata. La inclusión de este título hace que alteremos por una vez el ritmo por el que alternamos libros de autores vivos y libros de autores fallecidos. Os facilito el listado:

- Febrero: Aprovechando que la Compañía Nacional de Teatro Clásico ha montado El alcalde de Zalamea y que podemos verlo en alguno de los teatros españoles del circuito habitual de la compañía, leeremos esta obra de Calderón de la Barca. Ya sé que muchos no compartís mi afición a leer textos teatrales y así me lo habéis hecho notar en otra ocasión, pero en esto soy muy tozudo... Hay suficientes ediciones disponibles en el mercado en papel y en formato electrónico. Os recomiendo aquellas que vengan acompañadas de prólogo y notas a pie de página. En Internet podéis encontrar una fiable y gratuita en el Portal que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes dedica al autor en este enlace.

- Marzo: Andarás perdido por el mundo de Óscar Esquivias. Este volumen de cuentos publicado por Ediciones del Viento estará disponible en las librerías desde mediados de febrero, así que podremos disfrutar de la lectura de una novedad editorial. Esquivias es uno de los autores más importantes para este Club de lectura y le debemos un encuentro que cuando abordamos su trilogía dantesca no pudimos tener. Lo compensaremos y el autor se reunirá con nosotros en una fecha que anunciaré más adelante. Como siempre, este encuentro, organizado por el Club de lectura, será abierto a todos los que nos quieran acompañar.

- Abril: Noches lúgubres de José Cadalso. Revisitamos uno de los textos fundacionales del romanticismo europeo para sorprendernos con su actualidad, con el vigor de su lenguaje y con la modernidad de sus propuestas, además de comprobar que el amor puede llevar a la locura... Hay suficientes ediciones en el mercado, pero también tenéis una gratuita y muy fiable en el excelente Portal que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes dedica al autor en este enlace.

- Mayo: Óscar Esquivias me recomendó el pasado septiembre (en la inauguración del curso del Club de lectura con Diego Fernández Magdaleno) que prestara atención a Cicatriz de Sara Mesa (Anagrama, 2015) y desde que leí esta novela sabía que iba a incluirla a finales del curso presente y quizá tengamos alguna sorpresa con este título.

- Junio: este mes lo dedicaremos a leer el título que motiva (o justifica) nuestro viaje de fin de curso por tierras de la Provenza francesa. En aquellas tierras tendremos la clausura oficial del presente curso. Daré a conocer el título más adelante, así como las instrucciones a seguir por los interesados en viajar con nosotros. Aviso que son plazas limitadas.

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis.

miércoles, 13 de enero de 2016

Cuánto tiempo me falta para el destino


No sé qué aplicación habré activado en mi móvil o qué orden expresa habré aceptado sin leer pero desde hace unas semanas, después de estar un tiempo en un lugar, me informa de cuánto tiempo me falta para regresar a casa o para ir al trabajo cuando detecta que me pongo en marcha. Sé que no debería sorprenderme su exactitud, el cálculo minucioso de minutos, su conocimiento de dónde estoy y a dónde me dirijo. A veces, a propósito, como un niño rebelde, me voy por otra calle diferente a la habitual o imagino tomar un tren en sentido contrario. No importa, el programa vuelve a calcular el tiempo y me indica de nuevo el destino de forma insistente. Quizá nuestra cadena la llevamos siempre de forma tan alegre en el bolsillo de nuestra chaqueta.

martes, 12 de enero de 2016

La luz de El Bosque


Como la luz filtrada por el agua entre los árboles de El Bosque eres dulce y fuerte y tan ligera que cabes en mi mano solo el segundo justo -¡qué maravilla!- que tardo en darme cuenta de cuánta certeza de esa necesito.

lunes, 11 de enero de 2016

Noticias de piel, mi nuevo libro de poesía


El pasado lunes 4 de enero se presentaron en el Café Bar El Murallón de Béjar los dos últimos libros de poesía publicados en 2015 por las colecciones de la ONG SBQ: Corre la voz, de Luis Felipe Comendador (en la colección El brut de los corazones solidarios)  y piel, mi nuevo poemario (en la colección Libros del desasosiego).  Mi hija Elena contribuyó con su música.

El lema del acto fue "La poesía del humanismo pequeñito" porque esa es la intención de esta ONG a la que se ceden los beneficios de ambas publicaciones. Desde hace tiempo pienso que la palabra por sí sola no sirve de gran cosa. De ahí algunas de mis polémicas con los muchos seguidores de la llamada poesía social (o política o revolucionaria, etc.) que se limitan a escribir sobre lo mal que va el mundo, que les va a ellos o que le va a su entorno próximo. Tengo la sospecha de que gran parte de esa poesía social desaparecería si al que la escribe le tocara un buen pellizco en la lotería o encontrara un trabajo como ejecutivo bien pagado. De hecho, una de las cosas que más me sorprende es que un buen puñado de los escritores sociales busquen publicar en colecciones de editoriales que funcionan (en grande o en pequeña escala) como empresas típicas del sistema comercial al que tanto parecen detestar en sus denuncias y que no le harían asco a publicar en el catálogo del más odiado de todos ellos, Visor. Hay poco riesgo y poca solidaridad en el común de la poesía social y poco de denuncia más allá de la palabra. Yo también hago poesía social, pero en mi último libro he buscado un canto al amor y a la amistad, un canto optimista a lo mejor del ser humano. Reconozco que estoy un poco fatigado de poemas que no salen más allá de un rencor general contra el mundo y la vida y que buscan la crítica evidente, el chiste fácil y una expresión antipoética que ya no puede venderse como novedad sino como una antigualla apolillada.

En estos tiempos, la palabra por sí sola no sirve de gran cosa. Las redes sociales están llenas de poesía y textos de denuncia. Todos estamos concienciados, nuestra sociedad no es inocente. La palabra debe ir acompañada del gesto y de la acción. Si escribes poesía revolucionaria deberías hacer la revolución en tu vida, si escribes poesía social deberías implicarte a diario en la acción solidaria, al menos en una buena parte. Todos tenemos un porcentaje de hipocresía pero conozco algunos casos de nombres insignes de la actual poesía española en los que hay tanta falsedad y tanta pose en sus textos que solo se alimentan del aplauso fácil y la adulación continua de sus seguidores. que los miran como santones. No hay sinceridad en lo que expresan ni consecuencia con su forma de vida. En una ocasión un partidario de la poesía social me alababa la vida solidaria de determinadas comunidades del Norte de África que había conocido por algunos viajes en varios períodos de vacaciones y en las que, entre otras cosas, se practica la discriminación por motivos de género y la xenofobia, incluso la ablación del clítoris. Me enaltecía tanto su vida tradicional, su nomadismo, su sociedad tribal y la adaptación al entorno natural (en ellas, según me decía, no se conocía la depresión ni tantos males de la vida moderna occidental), que no pude más que recomendarle sinceramente que se fuera a vivir con ellos  y lo dejara todo (me había confesado lo estresante que era para él la vida profesional que llevaba en la que, además, ganaba un buen sueldo puesto que pertenecía a una de las profesiones mejor pagadas del mundo). Antes me había fijado en que solo su reloj de pulsera valía mucho más que toda la ropa que tengo en el armario de mi casa y los muebles con los que la he decorado.

Los que habéis comprado piel habéis contribuido al bienestar y la felicidad de un puñado de niños de una zona desfavorecida: los cerros de Trujillo, en Perú. Solo lleva un mes disponible y en este tiempo se han obtenido los suficientes recursos como para cerrar la campaña de Navidad iniciada eficazmente por la ONG SBQ con otros recursos que siempre parten del trabajo generoso y el tiempo de muchas personas -mercadillos solidarios, venta de libros, presencia constante en las comunidades que se atienden, etc.-. Muchos niños han tenido un juguete por Navidad que no hubieran tenido de ninguna otra manera. Y una familia ha recibido un carrito pollero con el que podrá ayudarse económicamente para subsistir y pagar las medicinas de su hijo enfermo. No es caridad, es otra cosa bien distinta: esta familia tendrá que trabajar con ese carrito para ganar el dinero que necesita. Podéis encontrar la información en este enlace.

Por eso mi agradecimiento a todos los que habéis adquirido este libro y a los responsables de los puntos en los que se distribuye y que hacen una generosa labor de difusión. Su principal valor es, sin duda, vuestra generosidad y la sonrisa de esos niños que viven en condiciones tan duras. Lo demás es secundario.




domingo, 10 de enero de 2016

General Electronic City de Jesús Capa



Una ciudad hecha con basura electrónica. Esa es la nueva instalación del artista Jesús Capa (Medina de Rioseco, 1955) expuesta con el título General Electronic City en la Sala municipal de exposiciones del Teatro Calderón de Valladolid hasta el próximo 7 de febrero. La apariencia es inocente, la de un mecano, un juego infantil de piezas ensambladas. Para construirla, Capa ha usado componentes electrónicos de equipos cedidos por familiares y amigos, reutilizados para dar apariencia de calles, plazas y edificios y situados sobre módulos adaptables a cualquier espacio expositivo. Previamente han sido pintados de blanco. Desde hace años, Capa trabaja la ausencia de colores en su obra consiguiendo efectos sorprendentes a través de los volúmenes, la luminosidad de la pintura y los efectos de iluminación y, sobre todo, eso mismo, la ausencia de colores. A veces la ausencia es más informativa y efectivamente estética que la presencia. Es una arriesgada e intencionada voluntad artística, una marca personal de lo que podríamos llamar ya el blanco Capa. Esconde toda una propuesta estética y una reflexión sobre el arte, que le llevó ya a la excelencia en otras exposiciones como Pliegues, Circus Museum y La Biblioteca Blanca (el directo precedente de esta que comento hoy).

La obra parte de un motivo primero y evidente: la sociedad actual, especialmente la concepción de la ciudad moderna, genera toneladas de residuos electrónicos contaminantes. En algunos países se encuentran basureros incontrolados que ocupan quilómetros cuadrados, casi la extensión de algunas comarcas de un país avanzado. Trabajar desde el arte con estos componentes es, en primer lugar, denunciar este despropósito, ponernos ante nuestros ojos nuestras carencias como civilización y la urgente necesidad de buscar soluciones. Hacer la maqueta de una ciudad con ellos es toda metáfora de lo que somos. Estos componentes electrónicos crean espacios mecánicos, fríos, aparentemente sin humanidad ninguna. En estos espacios -sinécdoque de nuestras verdaderas ciudades- la vida parece ausente, como el color. Todo es aséptico y perfectamente funcional.

Sin embargo, Capa da un paso más allá. Ha trabajado con componentes electrónicos cedidos por conocidos y cada uno de ellos -extraídos de planchas, televisores, aparatos de dvd, etc.- ha tenido un uso previo por estas personas. Y esto es lo más singular de esta instalación. Más allá de la aparente frialdad, cada una de estas piezas guarda dentro de sí el rastro humano de quien las utilizó durante años. Y por eso, cuando el visitante se aproxima a la maqueta recibe la impresión de que la ciudad está lista para ser usada de forma funcional y cómoda, como si al salir por la puerta de la Sala de exposiciones pudiera entrar en la instalación que acaba de contemplar. En el fondo, esta sensación tiene mucho de cierta.

Es esta extraña sensación la que me llevé al visitar la exposición. Por una parte, la denuncia necesaria del consumismo de elementos electrónicos que no se reciclan y acaban contaminando nuestro planeta. Por otra, la impresión de la huella humana en cada uno de ellos. Como siempre, Jesús Capa consigue que quien contempla una obra suya se pregunte cosas que van más allá de la primera respuesta y que lo aparentemente fácil y sencillo nos interrogue en lo más profundo de nuestras conciencias.






sábado, 9 de enero de 2016

Escena Abierta 2016


Desde hoy y hasta el próximo día 17 de enero se celebra en Burgos el Festival Escena Abierta organizado por el Instituto Municipal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Burgos, la Universidad de Burgos y la Fundación Caja Burgos. Siempre he alabado este Festival y el año pasado lo puse como ejemplo de sentido común frente al derroche de tantos festivales de artes escénicas que perdieron el rumbo y en la época de crisis han tenido que echar el cierre o quedar en nada. Como dije, esto se debe sobre todo a la personalidad de quienes han estado en la organización que llega ya a su XVIII edición. Este año continúa con su planteamiento de obras que desarrollen propuestas imaginativas pero íntimas y próximas, alejadas de lo tecnológico entendido como forma de perder la capacidad de interrogación del ser humano. 

Sin restar un ápice de mi admiración por los coordinadores que mantienen este Festival en estos tiempos tan duros para la cultura, pienso que ha llegado el momento de replantearse los objetivos y de modificar algunas de las líneas. Sin perder las señas de identidad que siempre han caracterizado a Escena Abierta -la novedad, el pequeño formato, el riesgo en lo artístico pero el sentido común en el gasto, la dureza de las fechas elegidas dada la climatología burgalesa habitual a mediados de enero-, sería bueno no acomodarse y buscar un riesgo aún mayor en propuestas menos aceptadas en las programaciones de este tipo de festivales. Quizá debiera buscarse, en una parte de la programación, algo que inquietara más y que no diera la sensación de que todo ya está visto. Especialmente en estética pero también en cuanto a la recepción.

viernes, 8 de enero de 2016

Me ha tocado el premio del roscón de Reyes


Me ha tocado el premio del roscón de Reyes. Sin hacer trampa. Igual que ha comenzado a llover como si fuera otoño y no invierno, con una lluvia fina que lo empapa todo, que tan necesitado de agua estaba. Y en las sierras comienza a verse ya la nieve y podré subir pronto al Calvitero para comprobarlo y que todo esté en silencio allá arriba, tapado el mundo con finura blanca. Así, con el café, con la porción que me serví en el plato. Roscón sin nata ni relleno de ningún tipo, como me gusta, tradicional y con frutas escarchadas. Allá estaba, una figurita envuelta en una bolsita de plástico. Me tocó el premio y sonreí como cuando era niño y mis padres hacían trampas para que unas veces tocara a unos y otras a otros o yo mismo hacía siempre trampas para que tocara a mi hija cuando era pequeña. Lo que escondo es que en un trozo anterior también me había tocado el haba.

jueves, 7 de enero de 2016

Cómo preparar un salto argumental o el efectivo truco de los ritmos narrativos en Los Pazos de Ulloa y noticias de nuestras lecturas.


Hay un momento en Los Pazos de Ulloa en el que la autora decide cambiar bruscamente el ritmo. El juego es tan certero que percibimos este juego como si estuviéramos ante una obra musical. El lector queda golpeado ante esta estrategia narrativa y aumenta su interés por lo contado.

Tras plantear los elementos primeros de la acción con la introducción de don Julián en los Pazos como un elemento extraño que terminará dinamizando todo lo que ocurre consigue que el lector se familiarice con el lugar y sus habitantes, que comprenda todas la red de relaciones. Para provocar definitivamente ese conocimiento, la autora se lleva a don Julián a una fiesta en una localidad vecina. Allí se da cuenta de un elemento sustancial para comprender la parte ideológica de la novela: la política, la degradación del sistema español basado en el caciquismo y cómo a las tierras más perdidas no llega la modernidad de las ideas.

Aquella comida en casa del párroco de Naya es desproporcionada -aunque con base real- y evidentemente simbólica. Y en esos festejos don Julián se entera definitivamente de la relación de fuerzas de aquellas tierras y de un secreto -por lo menos para él- que lo desasosegará: Perucho es hijo de Sabel y don Pedro. Como el pobre cura no tiene más armas dado que no conoce de verdad el mundo, se agarra a su emblema religioso: Dios sobre todo y decide actuar con esa máxima. Pero al llegar a la casa solariega se encuentra con una escena brutal: don Pedro golpea a Sabel, en una mezcla de rabia provocada por los celos y el sentimiento de dominio como señor feudal. Aprovecha para convencer al marqués de la única salida posible: sacarlo de aquellas tierras aunque sea temporalmente y buscarlo una esposa. Cree don Julián, en su ingenuidad de hombre civilizado, que eso será suficiente para vencer a las fuerzas de la naturaleza que imperan en los Pazos de Ulloa. No sin riesgo: estos momentos de máxima tensión culminan en el incidente del camino protagonizado por Primitivo, que intenta hacer valer su dominio sobre todo lo que ocurre en el lugar.

Emilia Pardo Bazán juega con maestría la disposición del argumento. Después de la tensión provoca una pausa en el ritmo narrativo en todo lo que ocurre en Santiago que no será más que un paréntesis para continuar después con los preparativos del drama. El pobre don Julián, durante un tiempo, se cree dueño de lo que ocurre pero la fuerza de la naturaleza reclamará pronto su verdadero lugar en la historia.

Puede consultarse el interesante y documentado portal sobre la escritora alojado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (en este enlace), en el que puede hallarse una buena edición de la obra (aquí). También aconsejo ver la excelente serie de televisión que adaptó la novela (en este enlace).  La lectura de Los pazos de Ulloa nos ocupará hasta el jueves 14 de enero.

Noticias de nuestras lecturas

Coro Entreaguas analiza la forma que tiene la autora de ver la vida en provincias de ese pueblo que es Santiago y todas las componendas que se hacen en casa de los Lage para casar a alguna de las hijas con el recién llegado don Pedro.

Paco Cuesta presta atención a cómo se estructura la novela en esta primera parte, cuando todo se ha planteado y comienza a desencadenarse la acción que conducirá al drama.

Gelu continúa con su personal y acertadísimo acercamiento a la novela seleccionando las frases más significativas de los capítulos XXI a XXIV y no menos ilustra y resume los capítulos XXV y XXVI. Recomiendo no perderse el vídeo final.

Mª Ángeles Merino sigue con su estrategia literaria epistolar para ponernos en evidencia el mundo narrativo de la novela. Aquí se encuentra don Julián con los papeles y el estado de abandono de la casa y sus propiedades, símbolo clave de la novela y aquí llega a la inesperada sorpresa del pobre cura, que se cae del guindo...

Hasta la pobre sor Austringiliana se mete en zarandajas en los Pazos y nos lleva hasta una pila bautismal y la pérdida de la inocencia...

Pancho comenta los pasajes en los que doña Emilia parece remansar la acción y lo que ocurre es que se prepara la tormenta y después llega al análisis del Dios sobre todo, el emblema de vida y acción al que tiene que recurrir don Julián cuando la vida -para la que no está preparado- le desarbola.

Luz del Olmo nos regala un retrato ateneístico de doña Emilia, su posición como mujer pionera y el final de la novela (lo advierto para quienes no lo hayan leído) en su entrada.


Pancho se multiplica y continúa con el análisis de las Novelas ejemplares cervantinas que nos ocuparon con anterioridad. Terminó el año y termina su comentario de El coloquio de los perros, para darnos la última lección cervantina, la de la virtud...

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis.

miércoles, 6 de enero de 2016

Mi propósito de año nuevo


Comenzar el año lentamente. Hay demasiados gritos en el mundo como para añadir el mío. Hay demasiados aspavientos en este país mío que se decanta siempre por la comedia bufa y la interpretación a gritos. De tanto gritar nos estamos quedando sordos y roncos. Hablaré bajito para quien quiera oír y escucharé a quien hable bajito. Bajito, como cuando se está en una conversación entre verdaderos amigos ante un café mientras se pasa la tarde. Las cosas de amor, susurradas al oído. Las otras, de frente, con el sosiego de la palabra que responde y busca respuesta. Mi propósito de año nuevo. Todo lo demás es secundario pero este año termino de escribir una novela.

viernes, 1 de enero de 2016

Piel en Béjar y una pausa de unos días


Para abrir bien el año, el próximo lunes 4 de enero, a las 19:30 horas presentaré mi libro de poemas, piel, en el Café Bar El Murallón de Béjar. Siguiendo el propósito de que cada presentación de este poemario sea diferente, en esta ocasión se trata de un acto cargado de significado. Luis Felipe Comendador, editor de piel, presentará también Corre la voz, publicado en la colección El brut de los corazones solidarios y del que ya di cuenta aquí hace unos meses. Ambos libros son los últimos títulos publicados por las colecciones de SBQ y por eso el acto se llama La poesía del humanismo pequeñito, acogiéndose al lema de esta ONG. Todo lo que se recaude se destina a los proyectos solidarios de SBQ. El lugar elegido, el Café Bar El Murallón, además de un lugar con personalidad propia que ha sabido ganarse un público fiel y en crecimiento desde su apertura en Béjar, colabora también con esta organización de forma habitual. La música, en la presentación, la pondrá mi hija Elena, así que no puedo estar mejor acompañado. Solo falta la presencia de tantos buenos amigos de allí y de todos los interesados en la poesía y en la solidaridad que quieran y puedan asistir.

Aviso: Me tomo unos días de descanso. La Acequia volverá a publicarse el próximo día 6 y daré cuenta de esta presentación. Con este motivo, la entrada correspondiente a esta semana en el Club de lectura se traslada al próximo jueves día 7. En ella recogeré vuestras aportaciones de todos estos días. Os pido disculpas, pero necesito una corta pausa.