lunes, 14 de diciembre de 2015

No es el infierno, es la calle. No es la muerte, es la tienda de frutas.


Hoy he seguido con la explicación en clase de Poeta en Nueva York, ese poemario facticio de Federico García Lorca que cada día me parece más deslumbrante y actual. Me he centrado en Nueva York. Oficina y denuncia, un poema que anticipa tantas cosas en la poesía española. El desprecio de tantos hacia lo propio pone anteojeras. Voy pensando que algunos no quieren que se lea un poemario como este para que no se les vean las vergüenzas. Como vengo diciendo en estas entradas últimas sobre Poeta en Nueva York, aquí hallamos lo que tantos dicen hoy como si lo hubieran inventado, quizá tomándolo de poetas anglosajones mal traducidos casi siempre. Lorca, además, lo dice con una calidad, precisión, contundencia y creatividad que ya quisieran muchos cultivadores de la poesía social y del realismo sucio actual. No busquemos fuera lo que ya se dijo en nuestro propio idioma:

Yo denuncio a toda la gente
que ignora la otra mitad,
la mitad irredimible
que levanta sus montes de cemento
donde laten los corazones
de los animalitos que se olvidan
y donde caeremos todos
en la última fiesta de los taladros.
Os escupo en la cara.
La otra mitad me escucha
devorando, orinando, volando en su pureza
como los niños en las porterías
que llevan frágiles palitos
a los huecos donde se oxidan
las antenas de los insectos.
No es el infierno, es la calle.
No es la muerte, es la tienda de frutas.


Supongo que para muchos es más cómodo instalar a Federico García Lorca en el poeta del Romancero gitano y jugar con tópicos del neopopularismo. Este Lorca es incómodo, este Lorca que gira hacia el compromiso, hacia la rehumanización de su poesía sin abandonar la vanguardia, se sale de los esquemas tan rígidos con los que explicamos y leemos a los autores normalmente. Los que lo ignoran y no lo leen y buscan modelos que no llegan a la fuerza de estos versos, además, no saben que hacen el juego al régimen que quiso borrar la memoria de este Lorca. Algunas de las lagunas culturales más clamorosas del país son estas. Significativamente, un poema como este no es rechazado sino publicado en la Revista de Occidente en 1931. Esto también nos debería hacer pensar. Este Lorca que no se lee es el que más deberíamos leer porque en él está casi toda nuestra actualidad, como en este poema en el que una mitad de la población devora a la otra y a toda la naturaleza, en el que una ciudad a la vanguardia de la modernidad crece escondiendo la sangre bajo las estadísticas frías, como si detrás de los números no se sintiera el dolor que se provoca.

Me he sentado un rato a contemplar la forma en la que está construida nuestra tradición, quitando poco a poco el plástico impostado de las modas y del ruido. Quizá, me digo, sea una batalla perdida y se seguirá rebajando la cultura precisamente por aquellos que más se quejan de que se rebaje. Deberíamos exigirnos más, siempre más, nunca menos. Pero para eso hay que esforzarse cada día, rebajar nuestra vanidad y recuperar las voces de quienes supieron hacerlo mucho mejor mucho antes que nosotros. Leamos.

20 comentarios:

DORCA´S LIBRARY dijo...

Lorca denunciaba lo que una parte despreciada de la sociedad estaba sufriendo a manos de la otra parte. Puede que hayan cambiado los medios de hacerlo, pero el ejercicio es el mismo. Mientras que una parte de la población va a toda velocidad por amplias autopistas, otros, los que las construyeron a cambio de una miseria, se quedan en la cuenta. No es el infierno -nos dice el poeta granadino- es la calle.
Me ha gustado la fuerza que transmites en esta entrada.
Saludos.

Rita Turza dijo...

Unos de mis poetas de cabecera de mi cama es Federico, perdonarme si lo trato como si fuera mi amigo, pero es que es así.
Me encanta todo de él, prosa, verso, teatro.
Es emocionante leerle porque es tan actual que sorprende.
Creo que leer poesía te hace inmune ante tanta barbarie y Lorca es de los que hay que leer en cualquier momento, pero si ves que se te nubla la vida y pierdes rumbo, es el momento.

Gracias por estas entradas.

Besos.

andandos dijo...

Gracias por esta entrada, Pedro, un abrazo.

Joselu dijo...

Cuando mi hija tenía nueve años, leíamos juntos poemas cada noche -ya no es así-. Lorca le fascinaba. Se aprendió varios de memoria. Uno de ellos era La aurora de Nueva York que todavía recita alguna vez. Es uno de los más conocidos pero revela a la vez ese mundo trágico que ha perdido la aurora por los números y leyes, frente al mundo natural, espontáneo, popular que él había recreado en otros poemas. Sin duda influyó su situación anímica, tras algunas relaciones amorosas fallidas. Llegó en un mal momento emocional para encontrarse con el crash de la bolsa de Nueva York en 1929. Todo pareció venirse abajo. Lorca tiene la ocasión de contemplar el mundo capitalista en estado puro a la vez que la indefensión de los débiles y los más frágiles con que el se identificaba. De ahí estos poemas en estado de alucinación frente a la realidad obscena. Lorca se convirtió allí en atracción de salones de damas y caballeros bien situados a los que encandilaba con su piano y su conocimiento del folklore popular en el que era un maestro. Pero su corazón estaba en estado de shock. El mundo de Nueva York es de pesadilla, a diferencia del mundo cubano que conoció después y que definitivamente le entusiasmó en todos y cada uno de sus sentidos pues aquello era España, la España del Caribe, y aquellos negros salerosos y sabrosos que le ponían hasta extremos desconocidos. Lorca volvió de Cuba desembarazado, libre, desenvuelto y habiendo aceptado su uranismo. Más gordo y aficionado a la ginebra. Fue un viaje provechoso del que nos dejó este libro poético (me gusta mucho más que poemario que me resulta algo engolado y ampuloso) que traza un arco poético entre la desolación más extrema y la lucidez gozosa del trópico.

Emilio Manuel dijo...

Hay que leer, pero leyendo bien, y Federico no es fácil de leerlo, demasiadas veces confunden su poesía, como bien dices, con tópicos andaluces.

Recomenzar dijo...

me gusta como escribe aunque nunca fue mi preferido
Un abrazo y gracias por darnos tus letras

lichazul dijo...

acá en Chile los poemas sociales son adn
todos los que abrazamos la poesía los hacemos, será porque la naturaleza humana y natural nos forja duro

besos Pedro

Pedro Ojeda Escudero dijo...

LICHAZUL: no es cuestión de escribir o no poesía social. Es cuestión de escribirla bien y estudiar, leer y comprender cómo otros lo hicieron para aprender de ellos. De lo contrario, se corre el riesgo de banalizar la poesía social hasta hacerla solo fácil toreo de salón ante un público de adeptos. Y entender que dentro de nuestra propia tradición en el idioma tenemos a quien debemos abrir los caminos que ahora trillamos. Y que los abrieron en tiempos verdaderamente difíciles. Recuerda que a Lorca lo asesinaron por eso.
Por cierto, desde hace unos días visito tu blog pero no puedo dejar comentarios porque el sistema lo impide.

lichazul dijo...

Pedro, acá no banalizamos , ojalá algún día leas poesía chilena social, así sabrías y entenderías mejor la pasta de poetas que somos

el comentar en mi blog lo dejé cerrado , el próximo año de seguro estará abierto para comentar

Pedro Ojeda Escudero dijo...

LIZCHAZUL: Leo poesía chilena, mexicana, española, etc., como bien sabes. Es mi trabajo. Y sí, hay que comenzar a demandar que, además del contenido social (muchas veces facilón y demasiado evidente porque quiere conseguir el aplauso fácil de los ya convencidos), haya más calidad, más riesgo poético, más originalidad y también, por qué no, más riesgo personal. Veo demasiados poemas que son fotocopias unos de otros y que, además de poco originales, tienen mala calidad sobre todo porque adolecen de desconocimiento de lo que otros escribieron antes y mejor. Salvo excepciones notables, claro. Estoy ya un tanto fatigado de quienes pretenden ser poetas sociales y solo torean de salón y mal. Esto no va a mejorar nunca ni la sociedad ni la poesía. A diferencia de lo que hizo Lorca, claro. Como pidiera Rubén y como pidiera Machado, distingamos a los que abren caminos, las voces de los meros ecos.
Será un placer volver a comentar en tu blog el próximo año.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Y que conste que esto no es un alegato contra la poesía social sino contra la mala poesía social que practican tantos y la forma en la que lo hacen. Sin riesgo. Sin calidad. Sin originalidad...

Teruelandia dijo...

Me consta que a Jorge Guillén le manifiesta que le molesta que algunos lo tengan por poeta de los gitanos.

Esa imagen que se tiene de él, como poeta genuino del "Romancero" le hace temer la recepción que tendrá "Poeta en Nueva York". Así lo manifiesta él mismo:

“Ya está puesto a máquina y creo que dentro de unos días lo entregaré. Llevará ilustraciones fotográficas y cinematográficas. Esos lectores que echan baba lujuriosa sobre La casada infiel, porque solo han visto en él la sensualidad, se encontrarán defraudados con Poeta en Nueva York, que es un libro sobrio, en el que la parte social tiene una gran importancia.”

Teruelandia dijo...

RTVE.- La 2

http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-mitad-invisible/mitad-inivisible-poeta-nueva-york/2770559/

Myriam dijo...

¡Qué fuerza! Extraordinario, Lorca.

¡Gracias por tu clase!
¡Cuánto aprendo contigo!

Besos

Myriam dijo...

Cierto, hay que diferenciar voces de ecos
no sólo en la poesía, sino en todas las artes.

Pero el necio, soberbio e ignorante, repite ecos de ecos
de ecos sin saber que el primer eco lo hizo de una voz original y cree que "él inventó la pólvora". De estos el mundo está lleno, lamentablemente,... y siempre tienen su séquito de acólitos que los aplauden porque de esa vanidad inflan sus mediocres vidas....

Por suerte, como bien dices, existen aquellos que van abriendo caminos, para bien de la Humanidad. Y aquellos que quieren aprender y crecer.

mojadopapel dijo...

Gracias Pedro por acercarnos a Lorca desde tu opinión personal que critica y recupera a un Lorca un poco denostado y esclarece mucho su imagen y su obra, y también a Teruelandia por ese magnifico documental que igualmente nos enseña puntos desconocidos de Lorca y su poemario escrito en Nueva York.

Ele Bergón dijo...

De todos los libros de Lorca, creo que este de Poeta en Nueva York, c es el que más me ha gustado. Es para leerlo y releerlo más de una vez.

Cuando estuve unos días de vacaciones en Nueva York, comprendí mejor el texto de Lorca y cuando volví, inevitablemente tuve que escribir... Por ahí anda un libro que titulo " Un invierno en Nueva York".
Gracias por traerlo por aquí. Es inolvidable, a pesar de que algunos han intentado, en estos últimos años, quitarle el valor que su poesía posee.

Besos

lichazul dijo...

me queda clarisimo Pedro tu postura por la Poesía Social Chilena ( la cual yo misma escribo)
no tengo nada más que hacer ni decir en tu blog

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Pues lo siento, Elisa, porque pienso que no te ha quedado claro. No tengo nada que decir sobre la poesía social chilena. Tengo mucho que decir sobre la mala poesía social chilena, española o andorrana que tiene ínfulas sectarias y que menosprecia el resto de las formas poéticas y, sobre todo, que quiere vendernos como novedad lo que otros dijeron antes, no sobre la buena, que siempre es bien recibida. Tampoco tengo nada que decir sobre los que practican poesía (social o no) con la humildad de quien aprende día a día y solo quiere expresar emociones sin despreciar al resto y, sobre todo, sin dar lecciones ni querer imponer nada a nada. Creo que queda claro cuando se distinguen las voces de los ecos.

LA ZARZAMORA dijo...

Lorca fue uno de los grandes visionarios, recuerdo un texto suyo que todavía sigo estudiando cada año con mis estudiantes y con el que personalmente disfruto enseñando y que no pasará de moda por su tinte universal...
Dura crítica ya al comunismo, al consumismo... y a los ismos. En suma un homenaje a la vida y a lo que nutre en su esencia al hombre, ya bien disponga de libros, o de apertura a ese espíritu libre sin condicionantes ni .

"Medio pan y un libro"
Aquí lo dejo.


http://cinereverso.org/?p=8726

A lo que añade con esa gran humildad que caracteriza sólo a los grandes de corazón:


«Yo no he alcanzado un plano de madurez aún… Me considero todavía un auténtico novel. Estoy aprendiendo a manejarme en mi oficio… Hay que ascender por peldaños… Lo contrario es pedir a mi naturaleza y a mi desarrollo espiritual y mental lo que ningún autor da hasta mucho más tarde… "

Besos lorquianos, Pedro.