Esa forma en la que te acercas a los caballos y les das un poco de azúcar o algo de fruta o unas pocas hierbas recién cortadas. Echo de menos la sierra y las sorpresas que depara. Llevo unos días de allá para acá. Feliz, pero me falta algo. Ponerme las botas y salir al campo. Echarme a andar por caminos, cuesta arriba, sin más cosas encima que lo que carga la mochila porque todo se ha quedado allá, atrás, en donde está el ruido de lo cotidiano. Parar junto a una fuente a tomar aliento mientras todo comienza a anunciar el invierno en estas tierras. Y los caballos: esa forma en la que te diriges a ellos cuando nos salen al paso o se llegan a las vallas y pones tu mano, confiada, para que acerquen sus belfos y -con qué cuidado- atrapen la golosina en tus manos.
14 comentarios:
Ellos nos precederán en el reino de la bondad.
Saben quién tiene una mano amiga.
Tiene que dar gusto hacer eso.
recuerdo cuando era nena e iba al campo de unos tíos, caballos había y era maravilloso, apenas con una soga que ocupaba como rienda , cabalgar en ellos era pura libertad
besos y felices fiestas Pedro
nos leemos el 2016
bello,sutil, sabiendo apreciar la belleza, la bondad y la generosidad...
besos,
Ali
Sal al campo y disfruta de esos seres mágicos!!
Besos!
Esa forma que te acercas a los caballos y a cualquier cosa por pequeña que sea...
Feliz tú, que tienes acceso a esos parajes idílicos...
Feliz tú, que tienes acceso a esos parajes idílicos...
Al final, queremos regresar a lo sencillo. Por algo será...
Creo que nos acostumbramos a salir al campo, a equilibrarnos a través de la naturaleza, y se echa de menos.
Un abrazo
Cuando no puedo salir al campo, también lo echo mucho de menos, aunque en mis paseos, no suelo encontrar caballos y mucho menos tan bellos como los de la foto.
Besos
Que recuerdos me traes,
ya sabes cuánto los amo....
Como te entiendo, Pedro, eso mismo me pasa a mi estos días. Mientras sigo esperando ese libro tuyo como el caballo la golosina.
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