miércoles, 14 de octubre de 2015

Corre la voz de Luis Felipe Comendador


Corre la voz, nos dice Luis Felipe Comendador en el poema que da título a todo el libro, como si nos susurrara un secreto para que lo hagamos llegar a otros a través del boca a boca, al margen de los grandes noticiarios:

Corre la voz,
que hay bandadas de pájaros subiendo desde el Sur,
nubes cargadas de agua
y dispuestas a devolverte el color de la piel,
tréboles que se multiplicarán en los caminos
para que los sujeten tus ojos,
libélulas como cítaras
sobrevolando bajo los pantanos,
oleadas de insectos polinizando todo...

Al secreto -más que secreto, anuncio de que se abre un nuevo ciclo- llega el poeta por observación de la naturaleza, por acumulación de elementos que están ahí y él sale a contemplar para comprender los efectos que tienen en quien los contempla como si fuera una inundación lenta. El poeta se convierte así en anunciador de nuevos tiempos gracias a esa capacidad para penetrar en las primeras señales de que algo está cambiando, que hay un nuevo ciclo de vida. Este poema marca, como un himno, todo el resto del poemario. Su fuerza radica en esa brillante acumulación de imágenes que proceden de la naturaleza y que nos enseñan -gracias a la sencilla voz ética del poeta- las cosas importantes de la vida, como una necesidad de desaprender las capas más inútiles de la civilización basada en los elementos materiales y las creencias más prescindibles. Hay algo de premonitorio basado en ese momento en el que el poeta ha salido a dejarse llenar por el ciclo inevitable de la naturaleza:

Corre la voz
y espera a que suceda lo que ha de suceder...
porque sin que lo quieras
vas a lo inexorable.

Luis Felipe Comendador (Béjar, 1957) es poeta y editor de larga trayectoria. Ha ido trabajando una obra sólida tanto en verso como en prosa y practica una escritura de aforismos y diarística de gran interés de la que da algunas muestras en su blog y en sus cuentas de Twitter y Facebook.

Corre la voz (Béjar, SBQ SOLIDARIO, 2015) es su último poemario, que condensa las claves de su poesía en los últimos tiempos, un prodigio en el juego de los ritmos y el hallazgo de imágenes conseguidas a través de un léxico que sorprende por su creatividad exuberante:

Anacardos y verte vampirísima,
encalada de luz
como un muro recién pintado
o viajar hasta Praga como un viejo geómetra
o un soldado sin balas...

(...)

No es colirio,
pero encierra lepantos en sus ojos de azufre,
cadáveres flaquitos en sus labios de crema,
ancianos persas en sus cabellos líquidos
y una punta de lápiz en su voz de pantera...

En Corre la voz hay una energía vital que nace incluso de la resignación ante el paso del tiempo. La voz del autor -que se deleita en la contemplación de su propia decadencia física- toma fuerza de esa misma constatación. Uno de los poemas más oscuros y significativos del libro es El ángel exterminador, un puñado de versos de arte menor que deberían encontrar hueco en cualquier antología de poesía contemporánea de calidad y que sabe jugar con el contraste que establece la ligereza del ritmo y la profundidad del tema:

Llega cada mañana
cansado del trabajo
y se queda dormido
con su espada apagada.

En su agotado ritmo
se ha olvidado de ti,
de que te tocó tu nuca
con intención de muerte
y olvidó la puntilla
por un azar perverso.

Su falta de remate
desola más
acaso
que la muerte que lleva.

Es profesión del hombre
odiarle por su falta
de acierto algunas tardes.

Pero este poema debe leerse, para comprender bien el poemario, junto al inmediatamente anterior, que dedica a su hijo y en el que le lega todo un sentido de la vida (porque su hijo es parte de ese ciclo renovador de la vida), el del individuo que no se doblega ni sigue el camino marcado por lo convencionalmente establecido:

Ellos querrán que sepas
lo que les hace fuertes.

El poemario tiene un valor añadido. Se publica en la colección El brut de los corazones solidarios y lo que se recauda por su venta se destina las acciones solidarias de la ONG SBQ.

13 comentarios:

JOSÉ LUIS MORANTE dijo...

"Corre la voz" es un largo recorrido introspectivo, una mirada honda sobre las erosiones en cada existencia. Me ha encantado tu lectura, Pedro, como me encantó el poemario de Luis Felipe Comendador.

Gelu dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:
Luis Felipe es un artista sensible, y se nota en todo lo que hace y dice. No me resisto a copiar -completo- uno de los poemas que más me gustaron de «CORRE LA VOZ», del que usted ha seleccionado dos versos :

A MI HIJO

Te preguntarán
los flujos migratorios desde el Sur a tu tierra,
la estética de Tápies,
el sintagma verbal
y la función sináptica del sistema nervioso...

Querrán que tengas base
de moral y de historia,
que entiendas cómo crecen
las plantas en los campos,
que sepas operar
con una o dos incógnitas
o que sientas el mundo
tal como lo hacen ellos.

No tendrás más opciones
que rendirte a sus normas
o ser un desclasado
feliz –entre otras cosas-,
pero ten muy presente
que si no te doblegas
debes ser fuerte y uno,
sensible y destructivo.

Ellos querrán que sepas
lo que les hace fuertes.

Yo estaré satisfecho
con un «insuficiente».

Luis Felipe Comendador


Abrazos.

virgi dijo...

Realmente fantásticos esos versos que has colgado.
Tienen una hondura realista y sutil.
Un fuerte abrazo

Antonio del Camino dijo...

Excelente disección, Pedro. Seguro que a Pipe le ha encantado.

Un abrazo.

Luis Felipe Comendador dijo...

Abrazo enorme y agradecimiento por tu consideración, amigo Pedro. Nos vemos pronto.

São dijo...

Gostei dos poemas, também da tua análise.

Infelizmente, em Portugal escasseiam os livros espanhóis ...pelo que desconhecia o autor

Abraço grande, querido amigo mio

lichazul dijo...

acá dudo que llegue
en realidad llega pocasa lectura
solo los best sellers de las grandes editoriales y autores calados
el resto solo para "fashionistas" de la lectura jejeje, o para ese snob grupo que se aparta en los recitales

en fin , acá los libros de poemas abundan y más aún los blogs independientes

bss

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Eso ya no es un problema, Elisa. Puedes pedirlo fácilmente a través de Internet. He puesto los enlaces en el texto. Si se quiere leer buena literatura ahora hay más facilidad que nunca.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Eso ya no es un problema, Elisa. Puedes pedirlo fácilmente a través de Internet. He puesto los enlaces en el texto. Si se quiere leer buena literatura ahora hay más facilidad que nunca.

lichazul dijo...

gracias Pedro, claro que sé eso de los enlaces y la web, me gustan los poemas intensos casi al borde del suicidio poético...

bss

pancho dijo...

Los poetas están hechos de la misma madera que los que no somos poetas ni na de na. Lo único que los diferencia de los demás seres vivientes es el tiempo que se pasan orillados y en soledad, pensando para escribir sus poemas y hacerlo lo más bonito que se pueda. A menudo observan las señales del futuro que nos espera, impresas en la naturaleza. Su observación continuada les dota de un don: la capacidad de desvelar las claves que los convierte en heraldos de esperanza o pájaros de mal agüero, nada menos. Para que luego digan que son especialistas en las cosas que no sirven para nada.
Luis Felipe es un gran poeta que además recoge todos los libros ya leídos, o no, para revenderlos y financiar proyectos solidarios. Además ahora cede los derechos de su propia creación, como viene haciendo desde que yo lo conozco.
Un tipo desinteresado de los que quedan pocos por ahí fuera.
Merece tu reseña, por supuesto.

LA ZARZAMORA dijo...

Le echaremos un vistazo.
Me recordó a Goytisolo por momentos.
Besos, Pedro.

Myriam dijo...

Gracias por recuperar esta maravillosa entrada.
Como sabes, estaba de viaje y sí, la leí en su
momento pero no la comenté. Lo hago ahora.
Puedo apreciar por lo que comentas y las muestras
de la obra de Luis Felipe, que es un poemario
con mucha fuerza y que llega al alma.
Le deseo mucho éxito en la presentación en Béjar
este lunes.

Abrazos a ambos y desde luego, a Elena también