Joan Miró. Cántico del Sol y otros diálogos literarios (en la Sala Municipal de Exposiciones de la Iglesia de las Francesas de Valladolid hasta el 18 de octubre) es una exposición insuficiente. La comisaria, Dolores Durán ha cometido un error en el que suele caer de vez en cuando. Hoy no es suficiente contar con la oportunidad de mostrar un conjunto de litografías y otros objetos relacionados con un aspecto temático de un artista como Miró para ocupar un espacio tan privilegiado en todos los sentidos como esta sala. Una exposición de este tipo no debe limitarse a colgar un número de cuadros solo porque se haya tenido acceso a ellos o porque unas colecciones estén circulando por el país y se ofrezcan a los ayuntamientos correspondientes. De hecho, en esta ocasión el espacio es tan superior a la colección mostrada que esta queda empequeñecida y perjudicada ante el visitante ocasional no excesivamente interesado en este artista o ante el interesado pero no suficientemente capacitado para comprenderlo en su totalidad. Y no por la calidad de la obra de Miró ni porque esta no deba mostrarse, sino porque se hace sin ningún sentido moderno de lo que debe ser una exposición artística de esta categoría. Y no es cuestión ni de dinero ni de dificultad sino de falta de preocupación y de trabajo previo.
En esta exposición se muestra un recorrido por la obra de Miró relacionada con textos literarios con los que dialoga ilustrándolos, interpretándolos y traduciéndolos a formato plástico. Pero se hace sin una explicación suficiente, sin una ordenación clara para el visitante medio, sin recursos audiovisuales que faciliten su entendimiento y con fallos tan evidentes que asombra que nadie los haya detectado en la preparación de la misma. Por ejemplo, si el cuerpo principal de la exposición son los 32 grabados con los que Miró se enfrentó al Cántico del Sol de San Francisco de Asís asombra que este no se exponga en un panel, se explique y se ponga en relación con la obra del pintor. Asombra que no se explique tampoco ni se ilustre la importancia del elemento solar en el santo y en el pintor. Como asombra que no haya nada más que un panel y un folleto mejorables en cuanto a su confección y redacción como explicación de la asombrosa manera en la que Miró trabaja con la obra de San Francisco de Asís para reinterpretarla en una clave de mediterraneidad terrenal que celebra el cántico del monje y establece con él una interrelación espiritualizada.
Una ocasión perdida para hacer algo más que colgar unos cuadros en un espacio tan privilegiado.
3 comentarios:
Podrían ser las prisas, la falta de profesionalidad, o que haya considerado, a pesar de sus palabras, a este Miró "menor". No sabía que a Miró le interesara al mismo nivel la literatura que la pintura.
Un abrazo
Una pena, por lo que dices, la comisaria de esta Exposición ha olvidado que una de las funciones museísticas es la comunicación efectiva de las obras que se exponen, y por ello, la educación debe ser el pilar sobre el que debe sustentarse. Una buena exposición es aquella que también cumple su función pedagógica.
Besos
Una pena, por lo que dices, la comisaria de esta Exposición ha olvidado que una de las funciones museísticas es la comunicación efectiva de las obras que se exponen, y por ello, la educación debe ser el pilar sobre el que debe sustentarse. Una buena exposición es aquella que también cumple su función pedagógica.
Besos
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