lunes, 8 de junio de 2015

Poesía de circunstancias


La abundancia, predominio y extensión de la poesía de circunstancias hoy es tan abrumadora en España que uno no comprende por qué insisten estos poetas en que nadie les hace caso. Este rasgo victimista del poeta de circunstancias (en las múltiples variantes en las que se presenta en nuestros días), me temo, tiene más que ver con su propio carácter antes que con la realidad y con unas creencias que no se ajustan a lo que pasa. Tienen sus editoriales, las mismas posibilidades de autoedición que el resto, sus revistas, sus espacios en las redes sociales, sus grupos en todas las ciudades españolas y sus amigos que les compran los libros con mayor solidaridad que a los otros, su presencia activa en la sociedad, su visibilidad en los medios de comunicación, que cada vez recurren más a ellos. Es más, definen, por sí mismos, la generalidad de la mayor parte de la poesía de nuestra época y hasta la esencia cultural de nuestros tiempos. A no ser, claro, que su queja venga porque no pueden entender que otros escriban de otra manera.

A mí, que tantas veces he recurrido a la poesía de circunstancias y la he leído, dramatizado y escrito en muchos momentos de mi vida sabiendo que este tipo de poesía es caduca y no supera la finalidad para la que ha sido escrita, cada vez me parece más que la verdadera circunstancia es la de esa pequeña flor que nace en la cuneta más humilde. Lo que les suele ocurrir a los poetas de circunstancias de hoy en día es que se han elevado y envanecido tanto en sus propios grupos -parecen sobrevivir solo en ecosistemas cerrados en los que no suele haber más libros que los suyos- que ya no son capaces de agacharse para verla. Mucho menos para saber mirarla.

5 comentarios:

Ele Bergón dijo...

La poesía siempre ha sido muy minoritaria y ahora también. Esta poesía de circunstancia de la que escribes, es eso, escrita para determinados momentos y es efímera, así que no entiendo la queja de quienes la escriben. Y es verdad lo que cuentas. Los poetas y los que lo pretendemos ser, nos leemos los unos a los otros y nada más. Sin embargo, la poesía que permanece en el tiempo, creo que esa la buena, porque conseguir enlazar palabras y sentimientos, impregnados de belleza, no es fácil y requiere un cierto esfuerzo.

Poesía me parece a mí, que es esta bella foto, de esa florecilla azul.

Besos

Edurne dijo...

En eso estoy completamente de acuerdo contigo.
Besos
;)

lichazul dijo...

un poeta sabe que su poesía le trasciende
un poeta sabe que las palabras son herencia
un poeta sabe que el nombre es solo una circunstancia

bss

LA ZARZAMORA dijo...

Completamente de acuerdo.

Tan ensimismados en sus propios ombligos, tan lejos de beber de la literatura, de desdeñar a los clásicos, que les basta con tomar un lápiz y un folio y, zas, a creer que hacen poesía de todo aquello que les pasa por la cabeza, por el simple hecho de arrancárselo de las tripas y de la inspiración, ante los ojos ególatras de su manada que retroalimenta dichas circunstancias.
La Poiesis es el arte por excelencia, y Poeta no lo es todo aquel que no trabaja como cualquier artesano, su obra, y en este caso en particular, el trabajo es arduo y considerable. Llegar a rozar la Universalidad no está al alcance de todos.

Besos, Pedro.

DORCA´S LIBRARY dijo...

Después de leer tu interesante exposición me surge una duda que quiero decir en alto, bueno en realidad son dos las preguntas. Hablamos de poesía de circunstancias y de poesía clásica, lo importante no es en realidad que sea realmente poesía?
Por otro lado lo que se denomina ahora poesía clásica no sería en el momento en que se escribió de circunstancias?
Un abrazo.