Hoy me he echado al campo como quien sale a respirar tras una semana enfermo. Está hermoso el campo en este mes de noviembre. Y no el campo de los grandes bosques o de las riberas, no el campo de la montaña ni el de los valles. El campo este, el de la llanada que traza horizontes en quilómetros sin freno y al que hay que salir sorteando aburridas urbanizaciones y asfixiantes cinturones industriales y de polígonos. El campo este, el que tenemos a mano hoy, tan cerca, y que apenas miramos porque nos parece monótono y conocido.
Un otoño extraño se nos hizo verano hasta que ha comenzado a ser invernizo y nos ha privado por estas tierras de algunas tonalidades que visten las hojas de los árboles de la mirada febril de un pintor. Pero no importa: ahí está el otoño y las bayas y los pomos explotan sus rojos silvestres (¡qué fiera certeza por su hermosura el color del fruto del escaramujo o el del espino blanco o del espino de fuego!) y las hojas amarillas que llenan las miradas. Ahí está, al fin, el otoño, fiel para quien lo desea. La luz es más cierta: no ciega ni oculta. Bienvenido sea este otoño que ha desnudado el campo de aquello que nos reclama como engaño. Solo hay que disponerse -sin resistencia- a aceptar este don en el que la forma esencial es tan hermosa.
14 comentarios:
Y generoso con las fotos. Es un placer mirarlas.
Un abrazo
Las imágenes corroboran tus palabras. Preciosas.
Un abrazo
La naturaleza es siempre generosa con nosotros, aunque nosotros no desarrollemos mucho la reciprocidad con ella. Puedes pasar veinte veces por el mismo sitio el mismo día, ella te regalará en cada momento una visión diferente, vistiéndose de distintas gamas de tonalidades, envolviéndose con diferentes tonos de luz. Puede que el lugar sea siempre el mismo, pero ella,sabia como es, sabrá ponerse el traje oportuno para cada ocasión del día.
Saludos.
La tierra triste de los campos de Castilla, abrasada por el calor inclemente del verano largo, recibe la lluvia de otoño como una bendición. El misterio de la vida que funde los años y se renueva en cada sementera como una excepción de la masa inerte dominante.
Qué preciosidad de imágenes :-)
Qué belleza, Pedro!!
Llegó jugando al escondite,es cierto, pero ya está aquí, ya llegó.
Y cuídate.
Un beso grande.
Todo está muy raro últimamente, hasta yo me encuentro rara conmigo misma...
Ya llegó esa explosión otoñal en el aire, en la retina, en el corazón...
Las imágenes, una maravilla!
Besos de domingo otoñal y medio lluvioso.
;)
Llevo varios meses que no salgo de casa, ni abandono el ordenador. Vivo enclaustrado. Trabajo, casa, ordenador. Espero que llegue la primavera y entonces todo cambia. No sé por qué, pero es así.
As fotos estão espectaculares !
O que me agrada no Outono são os cambiantes das cores.
Do texto, escusado dizer, também gostei muito.
Besos e bom resto de domingo, amigo mio
Las fotos muestran el disfrute de ese gran paseo. Son preciosas.
el otoño me puede , amo el otoño!!!
bss
Buenas noches, profesor Ojeda:
La belleza surge, y tenemos la capacidad de disfrutar de su visión.
Precioso colorido en su paseo, con día de luz otoñal.
Un abrazo
Es bueno "echarse al monte.
Qué barbaridad. Qué riqueza. Siempre pienso que es un mérito el que destaquen tanto los colores incluso bajo un cielo plomizo de blanco y negro. Parece una de esas películas en negro con el efecto especial de conservar, algunos objetos, todo su color.
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