Así me va a mí también y desde que nací y mi padre me decía, mientras la yema de tu dedito alcance ese horizonte, no crecerás nunca... nadie ni nada podrá alcanzarte. Y no me ha ido tan mal mientras vea crecer a mi niñez al compás de ciertas olas, mientras columpio pasado y futuros en la pleamar.
Extenso mar... hondo mar... salado mar... intensa travesía... supongo que el meollo está en si se desea lo que se tiene o si se desea lo que no se tiene...
10 comentarios:
¡Qué bonita foto, Pedro
El mar, un desahogo para el alma, así lo veo yo.
Un beso.
Así me va a mí también y desde que nací y mi padre me decía, mientras la yema de tu dedito alcance ese horizonte, no crecerás nunca... nadie ni nada podrá alcanzarte.
Y no me ha ido tan mal mientras vea crecer a mi niñez al compás de ciertas olas, mientras columpio pasado y futuros en la pleamar.
Besos, Pedro.
Al saborear mis lágrimas saladas recuerdo la deuda contraída con el mar.
Muchas veces andamos a la deriva, con el vaivén de esas olas, a veces bravas, a veces, mansas...
Besos marineros!
;)
El mar, esa espada innumerable...
todos conectamos con la mar, ella es el útero primigenio
bss
El misterio de una mirada enigmática que atrae como un imán.
Extenso mar... hondo mar... salado mar... intensa travesía... supongo que el meollo está en si se desea lo que se tiene o si se desea lo que no se tiene...
Abrazo.
Es más grande que muchos interiores, y se mueve.
Un abrazo
Tan enorme, tan inabarcable.
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