No sé por qué tenemos la sensación de vivir una postguerra en la que somos los derrotados cuando aún no hemos dado todas las batallas. En estos momentos, en el campo solo hay un ejército que ha tomado, sin tanques ni bombas, el mundo entero. Demasiado fácil quizá porque no vimos las banderas de los enemigos ni los desfiles de la victoria en las avenidas principales de nuestras calles.
11 comentarios:
Luchar contra los fantasmas del poder yo ni sé si ya tiene sentido...
Estoy por rendirme, creo que ya salí como Alonso Quijano, de la Cueva de Montesinos.
Besos, Pedro.
No necesitaron tanques ni bombas porque el trabajo sucio se lo hicimos nosotros. Cada vez que un empresario pagaba un sueldo injusto, o despedía sin motivos a un empleado, sin saldarle lo que le correspondía. Cada vez que un banquero ofrecía un producto financiero envenenado, cada vez que un empleado aceptaba pagar parte de su sueldo a una ETT por ofrecerle un puesto de trabajo, cada vez que un sindicato vendía a la clase a la que supuestamente debía haber defendido, y un largo etc. Así han ido venciéndonos, sin dar ruido.
cuando demos la última batalla será el fin de la guerra individual
bss
Aún.
¡Claro que no las hemos dado todas! Aún estamos aquí, aunque tengamos este sabor amargo en la boca y en los corazones...
Besos sin desánimo.
;)
Lo peor de todo es lo bien organizado que está el enemigo frente a nosotros, que somos una masa ciega, sorda, torpe y muy peligrosa, pero para nosotros mismos.
Estamos en el medio de la batalla, o de la guerra. Cada día podemos verlo en los periódicos, también en la vida diaria, pero no al final. Ya lo dices.
Un abrazo
Y las seguiremos dando, con esperanza y perseverancia.
Besos
Desde luego que yo no me doy por vencida aunque haya días que así me sienta.
Un beso.
No, pero creo que hemos tomado conciencia de cuál es la estrategia a seguir...
Abrazo
Afortunadamente no hay tanques, ni bombas. Los sustituimos por votos y urnas que deberían de hacer su avío.
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