jueves, 8 de mayo de 2014

Fórmulas para desarrollar la imaginación en Rosa-Fría, patinadora de la Luna, de María Teresa León y noticias de nuestras lecturas.


Uno de los logros más elogiables de esta colección de cuentos de María Teresa León es la manera en la que la autora reúne elementos propios de los cuentos infantiles tradicionales con las técnicas de vanguardia. Un modelo de escritura que ahora es natural en la narración infantil pero que por aquellos años era una novedad. María Teresa León reutiliza el mundo de la fábula -en la que no rige la verosimilitud realista-, lo conserva como parte esencial de sus cuentos. Un espacio que es reconocible para cualquiera que haya escuchado cuentos infantiles procedentes del folclore. También utiliza otros motivos con este mismo origen: canciones con un ritmo muy marcado, sartas en las que se enganchan hasta el infinito sucesos y que pueden ser la vertebración de todo el cuento, el camino como lugar de los hechos, las sorpesas con giros insospechados, etc.

Sobre este material coloca la autora con gran eficacia los elementos propios de la vanguardia que se ensayaban por aquellos momentos: el sin sentido, el choque entre la tradición y la modernidad para desajustar lo previsible para el espectador, el mundo onírico, la mezcla de personajes y temas de diversos cuentos con un fuerte contenido paródico, etc. Pero donde consigue mejores resultados con esta mezcla es cuando dispara la imaginación: una imagen, una metáfora, un sonido, le lleva a otro y así hasta que se construye todo un mundo de referencias cada vez más separadas del origen, que nos llevan a explorar espacios a los que no se puede llegar solo con lo tradicional-racional. El cuento de La tortuga 427 es un perfecto ejemplo de lo que digo. Imaginar a una tortuga como salvadora de la humanidad dispara la imaginación continuamente, cualquier cosa es ya posible. Esto también sucede en el espacio imaginado de El ladrón de islas o en el de El oso poeta.

Rosa-Fría, patinadora de la Luna es la primera colección de cuentos españoles que suman con este certero pulso tradición e innovación vanguardista para desarrollar la imaginación del receptor -infantil o adulto- con técnicas propias de la modernidad artística.

Noticias de nuestras lecturas

Gelu escribe su cuarta entrega sobre el libro de cuentos de María Teresa León, reseñando en este caso el cuento del Oso poeta. Eso sí, consigue introducir a Serrat...

Luz del Olmo acompaña a Rosa-Fría a los espacios de los cuentos para explicarlos de su mano...

Paco Cuesta escribe una excelente entrada que cuestiona muchas cosas. Bien documentada, además. Con una invitación a dejar de ser adultos de vez en cuando... Imprescindible.



Pancho, tras fijarse con mucha agudeza en las dudas de Aida sobre la forma final de la historia que documenta,  comenta las páginas finales de la novela de Laura Castañón, es especial la forma de tejer todos los relatos dispersos engarzándolos en la sorpresa final. No sé cómo lo hace Pancho, pero consigue que busquemos esa música final que pone -en este caso, Poveda, como si todo fuera un hallazgo casual...

Ahora leemos...



En mayo, El Sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratón (hay muchas y buenas ediciones disponibles, de calidad universitaria; también puede encontrarse gratis en una buena edición en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en este enlace).

Gelu nos facilita varios enlaces con los que podemos comenzar con éxito esta lectura. Entrada muy útil.

Mª Ángeles Merino vuelve por sus fueros en esta lectura y se pone a conversar con la protagonista de la obra, que bien le hace falta a la joven.



Y en el resto del curso...

Terminamos hoy con la lectura de Rosa-Fría, patinadora de la Luna de María Teresa León y comenzaremos la próxima semana con la obra de teatro de Moratíin. Os recuerdo los libros con los que cerramos el presente curso del Club de lectura, después de El sí de las niñas:

En junio, El río que nos lleva, de José Luis Sampedro (la mejor edición disponible, en la editorial Cátedra).

Después nos tomamos las vacaciones de verano. Recordad que, el primer título del próximo curso será la segunda parte del Quijote escrita por Alonso Fernández de Avellaneda tal y como explico en este enlace.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

5 comentarios:

Miguel A. Lama dijo...

Es admirable tu trabajo por la promoción de la lectura de textos tan sugerentes y tan imprescindibles. Abrazos.

Isabel Rodriguez Noarruga dijo...

Me resulto refrescante entrar al mundo de la fabula con esta autora, mi imaginacion vuela y se ha puesto multicolor y efervescente o algo asi. Saludos profe y seguimos adelante con el si. Los acentos se fueron a bailar una rumba le aviso y disculpe, pues.

Abejita de la Vega dijo...

María Teresa León da un giro a todo eso que nos dejaba con la boca abierta cuando , de pequeños, nos contaban cuentos. Recuerdo especialmente esas cadenas interminables.
¿Pueden los niños leer estos cuentos con giros vanguardistas? Pienso que sí, pero arrimo el ascua a mi sardina y añado que pueden...con un buen maestro o educador al lado.
Tal vez comente algún cuento más, ta vez en el vacío bloguero del verano. Tal vez pegue algún sorbito más a la Saga Fuga, tal vez. Ahora me centro en Paquita la del sí que es mi debilidad. Casi tanto como don Quijote...

"Y así como suele decirse el gato al rato, el rato a la cuerda, la cuerda al palo; daba el arriero a Sancho, Sancho a la moza, la moza a él, el ventero a la moza."

Besos

pancho dijo...

Esa vertiente de la creación que parte de la sencillez de las formas tradicionales que citas me parece muy vanguardista. Es difícil que los fundamentos de cualquier arte no descansen en lo simple, en lo ya establecido y sabido, a ello se llega por ensartamiento de eslabones como si fueran las cerezas de un cesto.
Saber escuchar, el silencio, aprender de los que saben, soñar y dejarse sorprender por lo inesperado del camino es la base del proceso creativo.Creo a ciegas.
La música callada de la entrada de un blog viene de lo que uno escucha por ahí, contra viento y marea, aunque no esté de moda.

Paco Cuesta dijo...

Mucho me temo (realmente lo deseo) que el camino hacia los cuentos está abierto, tengo en espera Industrias y andanzas de Alfanhuí.
Un abrazo